ɢᴏɴɢꜰᴏᴜʀᴢ ౨ৎ˚₊‧ ꒰ ∂єαя тσωєя ꒱ ꩜ .ᐟ
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El príncipe Leehan lleva años
esperando a que el elegante y
caballeroso príncipe mencionado
en la maldición que se le fue
establecida v...
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Las risas eran algo que todos los días adornaban el silencioso ambiente de la torre.
Leehan ya tenía 14 años y no importaba cuánto creciera, seguía siendo igual de infantil que cuando llegó.
Además, gracias a estar creciendo en esa torre finalmente logró vivir una infancia más agradable y divertida que la que está teniendo en el palacio, y como en ese lugar no tiene porqué sufrir la presión de ser el príncipe de Daegu, se dió la libertad de ser él mismo, por muy vulgar o ridículo que pueda parecer.
Total, no había nadie para juzgarlo o regañarlo por ello, seguir las etiquetas establecidas ya no era una obligación. Gracias a su inusual situación se percató de cuán estresante fue la vida en el palacio.
— ¡No es justo, yo no puedo volar! — Gritó cuando Eoduun se apoyó en un lugar alto. Estaban jugando al 'tú las llevas' y era el turno de Leehan.
— Buu uuh
— ¡No me digas buu uuh, señorito, quedamos en un juego limpio! — se quejó con el ceño fruncido
El ave se mantuvo mirándolo con burla, como si se le hiciera divertido verlo enojado. Que realmente era así, Leehan hacía pequeños berrinches no muy molestos cuando se enojaba con el ave, y es imposible tomarlo en serio al verlo abultar sus mejillas y labios de una manera tierna.
Segundos después, todo indicaba que el rubio se había rendido en tratar de pillarlo pues se fue a la habitación dando fuertes pisadas sin decir nada más. Es por eso que el búho decidió posicionarse mejor y cerrar los ojos, aún apoyado en la gran y ostentosa lámpara estilo clásico llena de velas.
Sin darse cuenta, cayó profundamente dormido gracias al calorcito del leve fuego. Por eso no llegó a escuchar cómo Leehan había traído y colocado la escalera cerca de la lámpara para alcanzarlo.
— ¡Te pillé! — exclamó el chico al tocar el lomo del ave.
Eoduun se despertó muy sorprendido, y por el susto batió las alas sin cuidado, haciendo que Leehan se balancers un poco en las escaleras para no ser golpeado con las plumas.
Lo que vino después ocurrió muy rápido.
Leehan había caído al suelo, y el búho se preocupó muchísimo al escuchar el golpe, haciéndolo volar rápidamente hacia él.
Contrario a lo que esperaba, Leehan empezó a reír y se levantó del suelo sin problema alguno, sacudiendo un poco el polvo que había quedado en su ropa.
— ¿Estás preocupado~? – preguntó Leehan en un tono burlesco, pero viendo como la usual intensa mirada del ave ahora mostraba miedo y preocupación, dejó las bromas de lado — ¡Estoy bien! – aclaró alzando los brazos y dando una vueltita para que el ave viera que no estaba herido por ningún lado.
En respuesta, Eoduun se apoyó en su hombro y le dió un leve picotazo en la cabeza.
Esa era su forma de regañar a Leehan cada vez que el chico hacía algo temerario.
— Vale, vale, tendré más cuidado la próxima vez.
Desde ese día, Duun dejó de quedarse por zonas donde Leehan no pudiera alcanzarlo.
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