La esfera verde (Parte II)

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Estuvo a punto de tropezarse al final de la escalera mecánica, cuando su mente regresó a la estación de King's Cross.

Se encontraba enfrente del anden de la línea amarilla. Aunque él no tenía que coger este metro, ni tampoco el siguiente. Cuando terminase con lo que había venido a hacer se largaría de allí. Lo primero que hizo fue echar un vistazo a la cámara de vigilancia que estaba a la entrada del andén, justo encima de él. Una rápida ojeada fue suficiente para comprobar como la cámara pendía de un cable y su lente enfocaba al suelo, era como ver la hoja de un árbol sujeta a una rama a punto de caer.

El andén se encontraba lleno. Thomas miró el letrero luminoso donde anunciaban los próximos metros; quedaban tan solo dos minutos para que el siguiente hiciera su entrada en la estación. Era ahora o nunca. Apretó con más fuerza la esfera intentando que le suministrara más valor, y serenidad. Aún así, estaba hecho un flan, unas gotas de sudor surcaban su frente, las manos estaban impregnadas de una capa de sudor frío, y su corazón galopaba como un caballo salvaje. Se colocó entre un grupo de personas, muy cerca de la línea de seguridad amarilla.

-El próximo tren efectuará su llegada a la línea 3 en un minuto -anunciaron por los altavoces.

Thomas miraba a su derecha, a su izquierda, y a las personas que tenía delante. Sin embargo, no parecía encontrar entre la gente a alguien débil o despistado.

-No te preocupes Thomas, yo tomaré el control de tu mente y guiaré tus pasos llegado el momento -la esfera se comunicó con él.

Su mano derecha presionó de forma involuntaria la esfera. Un resplandor verde se hizo mas brillante, más intenso, y fue recorriendo su cuerpo. Desde la mano, al brazo, subiendo por la garganta y llegando finalmente a su cerebro. Sus ojos emitieron un fulgor de color verdoso, y todos sus miedos desaparecieron. Pareciera que de un momento a otro fuera a convertirse en el gigante verde de Marvel. Ese resplandor verde le recordaba a los rayos gamma que convirtieron a Bruce Banner en la bestia sobrehumana de Hulk. Ese fue el último pensamiento que atravesó su mente justo cuando la esfera tomó el control.

Desde el andén se escuchaban los chirridos del metro en el túnel mientras avanzaba a gran velocidad por los raíles. Thomas dio dos pasos adelante. El tren estaba próximo, las raíles vibraban con más intensidad, y el ruido era casi ensordecedor. Las personas que estaban apoyadas en la pared avanzaron unos centímetros esperando la inminente llegada. El metro estaba a punto de entrar en la estación. Los pasajeros de las primeras filas se agolparon a la línea amarilla de seguridad. Un grupo de personas del final del andén vieron asomar el morro del metro como si se tratara de un tiburón sediento de sangre. Era amenazante.

Justo en ese momento Thomas estiró su brazo izquierdo empujando a un hombre con traje que llevaba un maletín negro agarrado a su mano izquierdo, y que veía las ultimas actualizaciones de su cartera de inversión en el móvil con su otra mano. Se precipitó inexorablemente a las vías. Cuando caía agitó los dos brazos como un policía controlando el trafico. El conductor rápidamente accionó el freno de mano, pero era demasiado tarde. El tren seccionó huesos y trituró el cuerpo de aquel joven ejecutivo que regresaba a casa.

La estación se llenó de gritos, estupefacción y desesperación. Thomas caminaba hacia las escaleras mecánicas de subida. Y poco a poco comenzaba a tener el control de sí mismo.

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