CAPÍTULO 13: El sofá

135 14 7
                                    

Después de un silencio incómodo y unos momentos en los que ninguno de los dos sabía cómo moverse en el espacio, lo invité a pasar y a sentarse en el sofá.

Era una sensación rara, él estaba ahí, su perfume chocaba con todo mi ser y podía ver como su cabello caía por su frente, rozando con sus cejas.

Me sorprendía la capacidad que tenía de notar estos detalles de él con tanta facilidad y de quedarme como tonta viéndolo mientras él solo existía.

- Joe, ¿qué haces aquí? - Me animé a decir.

Suspiró y fijó su mirada en mí. - No dejé de pensarte desde que te fuiste. - Frunció el ceño - ¿Por qué lo hiciste? ¿Dije o hice algo mal? 

Inmediatamente pensé en ese día, en cómo me sentí, en todo lo que pensé... de cierta forma todo eso ya había quedado en el pasado, ya estaba resuelto, pero de un momento a otro se me vinieron a la mente las fotos, las benditas fotos con Sophie, ¿debía preguntarle?

Estaba segura de que mi cara y mi silencio expresaban más de lo que podría decirle, porque se acercó a mí, suavemente tomó mi mano y su tacto llenó mi cuerpo de electricidad.

- Viste las fotos con Sophie, ¿verdad? - Dijo casi en un susurró.

No puede conocerme tanto este hombre. Es prácticamente imposible.

- No... o sea, sí las vi pero no...

No me interrumpió, pero simplemente no pude mencionar ninguna palabra más cuando sentí sus dedos rozar por mi mejilla. Levanté la mirada y me encontré con unos ojos que brillaban al verme y una sonrisa que moría por besar.

- No es nada, lo prometo. 

No entendía por qué tenía que darme explicaciones, no las estaba pidiendo, y aunque mi cabeza se esforzaba por encontrar alguna explicación lógica, al mismo tiempo sentía que no las necesitaba.

Joe y yo no somos pareja, no me debe ningún tipo de explicación sobre lo que hace con su vida ¿por qué quería dármela? 

- Está bien, no tienes que...

Esta vez sí me interrumpió - Sí tengo que explicarte Carla - Sentí su respiración aún más cerca de mí.- No voy seguir pretendiendo que no te quiero junto a mí, no seguiré pretendiendo que no me importas, por eso tengo que explicarte.

No pude mencionar una palabra más ya que sentí sus labios presionarse con los míos, una vez más, estábamos en un sofá, deseándonos como si no pudiésemos tenernos.

Todos los pensamientos y ataduras que me mantenían alejada de él, se rompieron. Tomé su cuello y busqué acomodarme más cerca de él, su respiración estaba agitada y la mía se acoplaba a la de él.

Pude sentir sus manos rozar mis hombros y posarse firmemente en mi cintura mientras me hacía inclinarme hacia el posa brazos del sofá; una vez estuve acostada, empezó a bajar hacia mi cuello y gracias a la sensación, solo pude soltar un aireado y suave gemido contra su cabello, pude sentir su sonrisa en mi cuello cuando empezó a bajar aún más. Se separó un poco, se quitó la chaqueta quedando solo en la camiseta que tenía debajo.

Pasó sus manos por debajo de mi camisa y fijó la mirada en mí.

- ¿Puedo? - Sus manos estaban firmes esperando a mi confirmación.

Después de asentir, lo siguiente que sentí fue el aire frío rozar mi piel por la ausencia de tela sobre ella. Joe escondió su cara en mis pechos, quienes estaban siendo sostenidos por un top deportivo.

Incliné mi cabeza hacia atrás, dejándome llevar por las sensaciones, cuando sentí la mano de Joe subir desde mis pechos hasta mi cuello, todo mi cuerpo se erizó, mantuvo su mano firme en mi cuello, lo suficiente para hacerme mirarlo pero no tanto como para que fuese doloroso.

- Dios, Carla, eres preciosa. - Dijo jadeando un poco mientras bajaba la mano que tenía en mi cuello de nuevo a mi cintura. 

Vio mi sostén deportivo y luego me miró en búsqueda de aprobación, asentí y delicadamente lo quitó del camino, dejando mi torso completamente desnudo.

Sentí sus manos posarse suavemente en mi pecho y tuve que tomar aire para no ahogarme en la sensación de sus manos. Cuando lo vi inclinarse hacia mi pecho nuevamente, cerré los ojos antes de sentir su tacto, ya que sabía lo que venía.

Era abrumador lo bien que se sentía, después de unos segundos, tomé su cabello y bajé hasta su mandíbula para hacer que me mirara, acerqué su cara a la mía y pude sentir mi pecho desnudo rozar con su camiseta.

Lo besé nuevamente, esta vez bajando mis manos por su cuello y sus brazos; sus manos se concentraron en sostener mi cintura mientras yo arqueaba ligeramente la espalda para sentirme más cerca de él.

Por unos segundos se separó y mantuvo su mirada fija en la mía, se mordió el labio e inmediatamente sonrío liberándolo.

- ¿Qué tienen los sofás? - Dijo suspirando y negando con la cabeza un poco incrédulo.

¿Me estaba preguntando qué tenían los sofás que nos hacía sentir así?

Mi pregunta era: ¿Qué tenía él que me hacía perder la cabeza cada vez que estaba cerca?


----

Holi, primera vez que les escribo :)

Gracias a todxs los que están aquí leyendo, espero que les esté gustando, sé que es un capítulo cortito pero prometo que pronto se vienen otros más largos esta semana.

¿Qué tal ven la novela? ¿Les está gustando?

MAGNETISMO - Joe JonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora