MAGNETISMO - Joe Jonas

CAPÍTULO 4: Hola, Joe Jonas

Me senté en uno de los sillones que había en la amplia sala y me quedé con la mirada fija en la vista, tenía acceso a toda la ciudad, veía desde la Estatua de la Libertad hasta los pequeños los pequeños cafés a la orilla de la calle.

- ¿Les traigo algo? ¿Quieren un café? - Dijo Joe acercándose a nosotros.

Mike asintió mientras sacaba todas sus cosas musicales de su mochila.

Yo miré a Joe para responderle, era jodidamente perfecto, sus rizos despeinados caían por su cara y sus ojos color miel con tonos leves de verde iluminaban su sonrisa.

- No, gracias, no soy amante del café. - Le sonreí después de unos segundos de admiración.

- ¿Eres más de té? - Rió.

- Totalmente. - Sonreí y asentí mientras él se iba camino a lo que supongo era la cocina.

Después de unos minutos Joe regresó y yo mantuve la mirada en el celular hasta que lo sentí acercándose a mí, subí la mirada y me entregó una taza con agua caliente y dos sobres de té.

- No sabía cuál podría gustarte, así que te traje dos. Mi favorito es este. - Me señaló uno de los sobres mientras sonreía.

Le devolví la sonrisa.

- Gracias, Joseph, amo este té. 

Me había traído té. Al ser una persona a la que no le gusta el café estoy acostumbrada a que nadie realmente se preocupe por traerme algo más, pero él sí lo hizo.

Joe me guiñó el ojo y se acercó a Mike. 

- Linda, vamos a trabajar en unas voces para el nuevo sencillo de Joe, luego vamos a comer.

Asentí.

- Puedes quedarte con nosotros acá o también puedes darle un vistazo al balcón. - Agregó Joe.

Sonreí acomodándome en la silla, ya me sentía más cómoda. 

- Quiero quedarme, amo todo lo que tiene que ver con música. - Sonreí tomando un sorbo de mi té.

Después de aproximadamente una hora, seguía escuchando la voz de Joe llenar el espacio y a Mike revolver algunos controles en su laptop y un pequeño dispositivo con pequeños botones a su lado.

Mike gruñó desesperado. - No me gusta, algo le falta.

Joe se sentó a su lado. - ¿Algo como qué?

 - No lo sé, pero algo le falta, no me gusta como suena y ya he intentado de todo.

- Le faltan agudos - Interrumpí desde el otro lado del mueble y ambos dirigieron su mirada hacia mi lo cual me hizo sonrojar un poco.

- Tiene agudos. - Respondió Mike cortante.

- Me refiero a la voz, Mike. 

Me acerqué a ellos con confianza, pero con temor por lo que estaba a punto de hacer. Me levanté y tomé el micrófono que Joe acababa de dejar en la mesa de café.

- Reproduce el segundo verso. - Me puse los audífonos y escuché la melodía iniciar.

Esperé el cue de la canción y acompañé el verso con mi voz en una armonía, después de una hora completa, ya me sabía bastante de la canción, además, seguía la letra en la pequeña pantalla que Joe estaba usando como un teleprompter. Terminé de cantar y me quité los audífonos.

Joe me miraba con atención y Mike estaba sorprendido.

- Nunca me dijiste que cantabas. - Dijo Mike.

- Nunca preguntaste.