MAGNETISMO - Joe Jonas

CAPÍTULO 17: Voy a arreglar esto

¿Quería esto? ¿Qué era lo que realmente quería?

Estar de esta forma con Sophie no se sentía bien, pero se sentía familiar. Siempre he tenido demasiado miedo a lo desconocido y hacer cosas que no me atrevería normalmente, pero cuando conocí a Carla todo eso se fue disipando con fuerza.

De verdad quería conocer mucho más  Carla, pero de cierta forma, este momento que estaba teniendo con Sophie me hacía sentir tranquilo; ella sabía qué hacer conmigo, los momentos de intimidad nunca fueron el problema en nuestra relación, era todo lo demás.

El beso continuaba, pero una sensación de culpa empezó a crecer dentro de mí, hasta que se volvió insoportable. No estaba realmente ahí. Estaba con ella, pero no de la forma en que debería... quería esto, pero no con ella.

Me separé de Sophie de golpe, con la respiración agitada, sintiendo como si hubiera cruzado una línea que no debía haber cruzado. Ella me miró, sorprendida, con los labios aún entreabiertos, tratando de procesar lo que acababa de pasar.

—¿Qué pasa? —preguntó, con una mezcla de desconcierto y frustración— ¿Quieres ir a la habitación?

Sacudí la cabeza. Pasé una mano por mi rostro, tratando de ordenar mis pensamientos, tratando de encontrar las palabras correctas para explicar lo que sentía.

—Esto... no está bien, Sophie —murmuré, todavía sin poder mirarla a los ojos—. No puedo hacer esto.

Ella me tomó de la mano, con urgencia, como si temiera que yo fuera a desaparecer. Su toque era suave, pero su desconcierto era evidente.

—¿De qué hablas? —me preguntó—. Joe, somos nosotros. Siempre hemos sido nosotros. No tienes que explicarme nada.

Sentí el peso de su mano, el peso de su confianza en lo que fuimos. Finalmente, levanté la mirada y la vi, vi a alguien que me conocía mejor de lo que me gustaría, pero también vi algo que ya no podía corresponder, vi a una persona que ya no es para mí, que yo decidí que no lo fuera.

—No, Sophie. No somos nosotros. No más —dije, soltando suavemente su mano. El contacto se rompió, y supe que también estaba rompiendo algo más en ese momento.

Ella se apartó, cruzando los brazos, y pude ver cómo la confusión en su rostro se convirtió en algo más oscuro, algo más doloroso.

—¿Por qué te detienes ahora? —su voz era más fría, como si estuviera tratando de mantenerse firme—. Hace unos minutos estabas aquí, conmigo. Besándome. ¿Y ahora dices que está mal? 

Me dolió escucharla así, pero sabía que tenía que ser honesto, más honesto de lo que había sido hasta ahora.

—No quiero esto, no contigo. —dije, las palabras saliendo más fuertes de lo que esperaba— Te mentí... sí he estado viendo a alguien... siento algo por ella. Algo que no puedo ignorar.

Sophie me miró como si acabara de decirle la cosa más absurda del mundo.

—¿Alguien? —repitió, y su voz tembló ligeramente—. ¿Estás saliendo con alguien? ¿Desde cuándo?

Respiré hondo. Ese no era el tipo de conversación que quería tener, pero ya no había vuelta atrás.

—Desde hace un tiempo... y me gusta, realmente me gusta. No es oficial aún, pero no me voy a cerrar a nada que tenga que ver con tenerla a ella en mi vida.

Ella soltó una risa amarga y se cruzó de brazos, como si eso pudiera protegerla de lo que estaba diciendo.

—¿Me estás diciendo que lo que acabamos de hacer es traicionar a alguien con quien ni siquiera estás en una relación? —sus ojos me atravesaron, llenos de incredulidad—. ¿No te parece ridículo, Joe?