—1 semana después—
—28 de septiembre—
—4:49 Pm—
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Alondra se encontraba en su cuarto haciendo una hermosa escritura para una persona muy especial, sentía su mente inspirada y sus manos se movían de la manera más precisa en cada letra y palabra. El sol chocaba con su cara a través de la ventana y sus ojos se iluminaban por tal hecho. Hoy era un día especial para ella ya que si no se equivocaba, hoy daban los resultados de sus terapias o sesiones tan complejas que se dieron a través de los meses. A pesar de que debían inspeccionarla todo lo que quedaba del año, hoy se podía decidir si dejar a la morena aún en este lugar o si ya llevarla a su hogar. Era un día lleno de mensajes y si llegaba a irse ya tenía un mini regalo para la chica que la había acompañado durante bastante tiempo en ocasiones raras e íntimas.
Este podía ser el comienzo del final de esta historia...
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Rai por otra parte estaba totalmente calmada en su habitación, la verdad hoy debía entregar los resultados de su paciente y estaba algo nerviosa si llegaba a fallar en algo con su Jefe. De todas formas ya sabía que estaban de buena manera y los miedos que la perseguían semanas antes ya se habían esfumados. Cabe recalcar que hoy también era el aniversario de la inauguración de este lugar, ya cumpliendo ciento treinta y seis años de duración y con muy buenas opiniones de parte de pacientes y familiares.
Con algo de flojera se levanto del sofá de su habitación y partió al baño para arreglarse ya que la fiesta de la inauguración era a las ocho y en punto de la noche y prefería ya estar bonita desde temprano.
Ya luego de estar casi cuarenta minutos en su baño salió de este luciendo un maquillaje perfecto para su cara y dejando al son de la luz sus labios carnosos y rosados, llevaba una blusa abotonada blanca y abajo una hermosa y llamativa falda de cuero negra que resaltaba sus curvas en dónde no podían faltar unas muy lindas mayas que atrapaban sus ambos muslos, un peludito gorro negro en forma de dona rodando su cabeza y unas altas botas que llegaban un poco más abajo de sus rodillas. Estaba completamente lista para resaltar a toda hora y en todo momento.
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Alondra dejo el lápiz en dónde escribía su carta y se levantó de sus silla para ir a a vestirse ya que aún se encontraba en pijama. Fue algo normal pero bastante coqueto. Unas tenis blancas con unas bermudas negras pero un top rojo y un gorro parecido a uno de vaquero de color negro. Una mezcla perfecta de comodidad y sensualismo.
Ya iban a ser las cinco y debía encontrarse con Rai para ir con su Jefe por los resultados de sus bastantes rápidas sesiones.
Salió del cuarto y fue directo al consultorio de la rizada. Al llegar abrió la puerta y no se encontró a nadie por lo que supuso que debía estar en otra parte por lo que sin más regresó por dónde caminaba y no podía ser su mejor visión.
Vío a Rai extremadamente hermosa y no logró dónde ubicar sus ojos, era demasiado e involuntariamente no pudo evitar acelerar su corazón y ruborizar sus mejillas. Esta era una escena única y no sabía si lograría contenerse mucho tiempo.
La rizada vino hacía la presencia de Alo con una sonrisa pícara cuando sin previo aviso estampo un corto y lindo beso en los labios de la chica. Alondra se perdió en el sabor tan dulce y mágico del beso que por poco se la comía ahí mismo.Rai se aparto y le sonrió satisfecha con un brillo reluciente en sus ojos mientras posaba sus manos en las mejillas rojas de la morena.
R-¿Sabes que hay hoy? -Dijo inocente-
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Lujuria || Railo || + Temp 2 || PAUSADA
Romance|| ¿Un día normal para la psicóloga Raineliss? || || Alondra Michelle. Una chica cuyo corazón fue roto de una manera muy horrible, empezó a tener pensamientos malos, pero uno en específico resalto. La lujuria. El constante pensamiento de las relacio...