Lujuria || Railo || + Temp 2 || PAUSADA

Capitulo 8: ¿Recuerdas?

Recomiendo que lean lento plis

—2 días después—

—20 Oct—

—5:51 Pm—

—

Alo se encontraba en su cama con una pereza fuerte, estuvo algo indispuesta por sus días y generalmente se pedía unos días de descanso, pero si no estaba mal, en un día se debería de acabar su regla.

Angie había decidido arreglarle los ánimos a la morocha por lo que programó un date o cita hoy en la tarde, o bueno, ahora mismo, tenía libre y le gustaba pasar el tiempo con su linda amiga, también salir de tarde es muy acogedor y cómodo, esto podía tal vez subirle la felicidad y su estado de aburrimiento o pereza.

Arregló un poco las cosas y fué directamente hacía Alo, abrió la puerta y la encontró inmóvil viendo a la nada, su pelo desordenado y tapada con una manta encima de la cama. Se veía muy mal.

Tal vez y no quería...

—¿Alo?

—¿Ah?

—Tienes ganas de salir al mundo real —rio suave la pelinegra—

—Ah, salir... Puede ser

—Si no quieres esta bien... Será otro día

Alo proceso lo que dijo Angie pero al final su mente acepto, quería ver la vida y no estar encerrada.

—Si Angie, me arreglo y vamos...

—¿Segura?

—Si Angie. Si iremos —Afirmo con algo de autoridad—

—Okey...

La rubia se arregló lo más rápido que pudo, su pelo lo planchó y su ropa era tan simple como un top negro y bermudas de este color con una gorra blanca y tenis blancos. Que mejor que ella combinado estilo.

Con su amiga de la mano salieron de su casa para ir a un sitio cualquiera, cualquier sitio que fuese cómodo y tranquilo para Alo.

Angie decidió ir al centro comercial algo despejado de la gente, era grande y podían encontrar un rico restaurante para comer ya que no lo habían hecho. A lo lejos vieron un sitio perfecto para alimentarse, un restaurante de comida árabe, era extraño pero llamaba la atención, comidas con salsas raras pero interesantes.

podían probar algo nuevo esta vez.

Se sentaron en una de las mesas exteriores del lugar para esperar su orden cuando los ojos de la rubia viajaron al puesto de adelante.

Sus cejas se fruncieron al reconocer una silueta conocida, colorina pelo rizo y palida...

Rai... Alo supo quién era esa persona e inmediatamente su piel se erizo y su cabeza explotó, la tenía enfrente de su mesa y eso la colocaba nerviosa, más de lo que estuvo todos estos días.

Sus ojos fueron a los de Angie y volvieron hacía los de Rai, no sabía a dónde mirar, literalmente la ansiedad la estaba carcomiendo por dentro.

—Buenas tardes damas, ¿se les ofrece algo? —Ese  mesero relajo un poco la presión de la cabeza de Alo—

—Oh, bueno me gustaría probar este plato típico si no estoy mal... se llama falafel porfavor —Respondio Angie—

—¿Perfecto y para usted señorita? —Pregunto el señor refiriéndose a la morena—

—Yo por ahora... Solo Coca cola...

—Esta... Bien —El mesero se fué dejando solas a las dos chicas—