parte 1.

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1. Elegiste bailar con el diablo y tuviste suerte.

Parte 1 de 3.

El aeropuerto VIP de São Paulo estaba tan impecable como uno esperaría, lleno de personas importantes moviéndose con prisa pero sin perder el estilo. Richard había llegado con su equipaje al hombro, vestido con ropa cómoda y sencilla, listo para volver de regreso a casa tras una semana intensa de entrenamientos y compromisos con la selección colombiana. El fútbol, para él, era un escape, pero también un agotamiento mental que solo podía aliviar con algo de espacio para respirar.

Caminaba por los pasillos de mármol con las manos en los bolsillos, revisando su teléfono. Estaba esperando a su amigo que lo pasara a buscar y decidió ir al baño antes de que le mande mensaje. Mientras se acercaba, su mente vagaba hacia lo que vendría la próxima temporada. Era un momento de calma antes de la tormenta.

Cuando llegó a la entrada del baño, giró por el pasillo estrecho que conducía a las puertas de hombres y mujeres. Sin embargo, justo en ese instante, una mujer apareció de la nada, chocando bruscamente contra él. Richard sintió el golpe en el hombro y luego escuchó un sonido seco en el suelo. El teléfono de ella había volado por los aires y aterrizado con un golpe metálico sobre el piso brillante.

—Perdón —dijo inmediatamente, inclinándose para recogerlo, sin siquiera pensar en la culpa. Para él, era lo natural, ser amable.

—¡¿Qué haces?! —dijo la mujer, con un acento brasileño marcado que no pudo ocultar ni siquiera bajo el tono helado de su voz, la voz que lo golpeó más fuerte que el choque mismo. Richard levantó la vista y la vio por primera vez. Sus ojos verdes destellaban con irritación, y su ceño fruncido reflejaba una mezcla de sorpresa y enojo. Llevaba un elegante vestido de diseño, cada detalle impecable. Era evidente que no era una pasajera cualquiera, alguien acostumbrado a este tipo de lugares exclusivos.

¿Quién es esta mujer? Pensó Richard, todavía sosteniendo el teléfono en su mano.

—Te pedí disculpas —respondió, algo confundido por su tono. Estaba acostumbrado a tratar con personas arrogantes en el mundo del fútbol, pero no esperaba este nivel de hostilidad de alguien a quien había intentado ayudar.

—Lo que sea —replicó la mujer, tomando el teléfono de su mano con un gesto brusco—. Deberías tener más cuidado por dónde caminas.

Richard la observó por un momento, sin poder evitar sentirse irritado por su actitud. Estaba claro que ella no pensaba que él valiera su tiempo. Pero algo en su respuesta lo hizo morderse la lengua, conteniéndose de replicar. Tal vez era por la manera en que lo miraba, como si fuera un insecto al que había que aplastar. Pero no iba a dejar que eso lo afectara.

—Bueno, al menos está bien tu celular —comentó, intentando mantener un tono neutral, aunque la molestia ya empezaba a filtrarse en sus palabras.

Ella lo miró de arriba a abajo, evaluándolo como si fuera una prenda que estaba fuera de lugar.

SHOTS; RICHARD +18Where stories live. Discover now