#1 Abismo Inmortal |Trilogía L'amore in tempo di guerra|

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Mal día

Sua

Han pasado tres días desde que vivo en casa de Jassi y hasta el momento todo ha ido muy bien, bueno al menos en la universidad en ese aspecto todo bien ya que fuera de ella la mala suerte me persigue.

Aun tengo el problema de mi casa, no hemos avanzado mucho y es complicado saber quienes están detrás de esto, pero dejando eso de lado, lo que me sucedió hoy también es malo.
Hace unos minutos mientras me encontraba trabajando recibí una llamada de amenaza, según era una advertencia donde decían que no sabía dónde me había metido y mucho menos con quién que lo mejor que podía hacer sería no hacer ningún movimiento en falso.

Que gran idiotes, pero gracias al identificador de llamadas ví que fue desde la ciudad de Shibuya, puede ser alguna tonta broma adolecente, pero sonaba más serio entonces pensé en mis padres pero analizándolo más a profundidad no se les hubiera ocurrido a ninguno de los tres.

Aunque desde la pelea que tuve con Narumi en la univ de vez en cuando recibo llamadas de números que no reconozco pero al no contestar cezan rápido.

Dejando eso de lado hay otro pequeño problema, bueno es más insignificante, hoy ha sido el día más complicado. Desde que llegué me encontré con una junta y al ser asistente del señor Matsubara debía de asistir; al finalizar fui a mi oficina a terminar de revisar los documentos para la siguiente reunión la próxima semana.

A última hora me avisaron que debía ir a recoger un paquete importante a Shinjuku y al regresar me encontré con la nueva pasante en mi oficina y revolvió algunos papeles que ya había revisado, le había dejado órdenes específicas de nunca entrar a mi oficina y aun así ella hace lo que quiere.  

No estoy tan orgullosa de lo que voy a hacer pero se lo merecía, ya estaba frustrada y con lo que acaba de hacer fue peor. Agarre vuelo y le metí una muy buena cachetada.

–Te deje indicaciones muy específicas y aun así tú has hecho lo que querías - le grite furiosa. –No eres ni capaz de atender una maldita orden

–Será mi superior pero no le dará el derecho a tocarme - dijo mientras sonaba su mejilla. –Esto lo sabrá el jefe

–Por supuesto que lo sabrá, ahora sal de mi oficina - dije y ella salió furiosa azotando la puerta.

Que coraje, ahora tengo doble trabajo, gracias a su idiotez. Las siguientes horas me la pase organizando todo de nuevo y una vez que estuvo todo en orden me fijé en la hora, ya había pasado mi hora de salida y hasta el momento no había recibido noticias del jefe.

Ya no esperé más tiempo, así que comencé a guardar todo en su lugar, apague mi PC y salí de la oficina, cerré con llave y me dirijo directamente al estacionamiento.

Encendí la motocicleta para dirigirme de regreso a casa, estaba demasiado cansada y aún debía checar algunos trabajos pendientes de la universidad. El camino fue muy tranquilo y el aire chocando con mi cara se siente fresco y relajante.

Hay veces en las que quiero salir huyendo de todo, solo con mi moto y conducir sin ningún lugar en específico, recorrer la gran ciudad y salir de acá. Sería una buena manera de desaparecer.

Tal parece que el destino se niega a dejarme ir así porque que así y eso hace que me pregunte ¡Qué karma estoy pagando!

…🥀…

El olor a vino tinto es lo primero que se me viene al entrar en aquel restaurante, todo se ve bastante elegante y sobre todo costoso, estos lugares casi no los visito a no ser que sea para firmar algún trato especial. En esta ocasión estoy aquí porque Henry ha decidido venir y bueno no puedo desaprovechar la oportunidad.