10. Luna de miel

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Izuku estaba recargado en la barandilla del balcón, dejaba que la brisa salada acariciara su rostro, estaba feliz y tenía una de las mejores vistas de toda la isla, Katsuki no había escatimado en gastos para llevarlos al lugar donde se encontraban en su luna de miel, tenía el hermoso anillo de matrimonio en su mano, por fin estaba oficialmente casado a Katsuki.

Escuchó pasos detrás de él, solo sonrió pues solo había dos personas en esa habitación, sintió como unos fuertes brazos lo rodeaban por la cintura y lo atraían hacia el pecho de su esposo.

—¿Perdido en tus pensamientos? — preguntó Katsuki en su oído para luego dejar un suave beso en su clavícula.

Izuku sonrió levemente apoyando su cabeza en el hombro de Katsuki, disfrutaba del contacto y el calor de su amado, pero no aparto la vista de la belleza natural que estaba frente a ellos.

—Solo disfrutaba del hermoso lugar que elegiste para nuestra luna de miel

Katsuki soltó una risa ronca acercó sus labios nuevamente al cuello de Izuku dejando una serie de besos en esa zona antes de contestarle

—Sabía que te gustaría —susurró Katsuki —Te lo mereces, Zuzu, después de todo mi esposo solo se merece lo mejor.

—Gracias por esperarme tantos años, Kacchan — comentó Izuku girando entre los brazos de Katuski y colocando sus manos en su pecho — Te amo, Kacchan

—Yo también te amo, Zuzu —respondió Katsuki, inclinándose para capturar esos labios que amaba, el beso fue suave y lento disfrutando de ese fruto prohibido.

Cuando se separaron del beso se miraron con el amor, nadie podía negar que ellos eran el uno para el otro.

—¿Qué te gustaría hacer mañana? —preguntó Izuku, regresando su vista a la playa que brillaba por la luz de las estrellas reflejadas en el agua.

—Bueno, realmente ya tengo el itinerario listo para mañana

—¿De verdad? — preguntó emocionado — ¿Dónde me llevaras? — sus ojos brillaban de emoción

Katsuki soltó una suave risa — Si te digo ya no sería sorpresa

—¡Kacchan! Pero yo quiero saber — se quejó con un puchero

—Bueno, entonces — se acercó nuevamente para susurrar en su oído — Convénceme para que te diga.

Izuku rió suavemente al escuchar las palabras de Katsuki, sabía exactamente a qué se refería su esposo, y no pudo evitar que un suave rubor cubriera sus mejillas, el calor que siempre sentía cuando recorrían sus cuerpos.

Izuku deslizó sus manos suavemente desde el pecho de Katsuki hacia su cuello, acercándose lo suficiente para que sus labios casi se rozaran, pero sin llegar a besarlo— ¿Y si no quiero convencerte... con palabras?

La respiración de Katsuki comenzó a ser errática, sus manos apresaron por la cintura a su esposo para acercarlo más, se mordió su labio inferior, pero Izuku se alejó un poco para evitar que Katsuki lo besara, buscaba provocarlo más.

—Eres un maldito tentador, ¿lo sabías? —susurro Katsuki su voz estaba cargada de deseo.

Izuku soltó una risa traviesa, le encantaba el efecto que provocaba en su esposo, sus ojos brillaban emocionados por el deseo de lo que esa noche pasaría, después de todo era su noche de bodas.

—¿Y eso es algo malo? —preguntó coqueto mientras se acercaba mas a los labios y esta vez solo los rosaron.

—Zuzu... —la voz de Katsuki sonaba frustrada por no recibir la atención completa de su esposo —No juegues con fuego

—¿Y si quiero jugar un poco? —preguntó, deslizando sus dedos con suavidad por el pecho de Katsuki, sintiendo como los músculos de Katsuki se tensaban bajo su contacto —Después de todo, soy tu esposo, Tengo derecho a hacerlo, ¿no?

Katsuki no aguantó mas y acorralo a su esposo contra la barandilla del balcón, con una mano levantó el mentón de su esposo y lo apretó ligeramente para que abriera un poco sus labios.

—Zuzu —murmuró Katsuki contra los labios de su amado —Creo que olvidaste quién manda aquí.

Sin previo aviso, acortó la distancia entre ellos, capturó los labios de su esposo en un beso pasional, el sonido de las olas se perdió un momento, solo eran ellos dos sintiendo su corazones desbocados por el deseo y el amor que se profesaban.

—Kacchan... —jadeó Izuku entre besos, sintiendo cómo el deseo iba apoderándose de él por completo—. No pares... — se quejó al no sentir como las manos de Katsuki dejaron de recorrer su cuerpo.

Katsuki soltó una risa ronca mientras se detenía en la cintura de su amante y lo levantaba ligeramente para caminar con él hacia el interior de la habitación.

—Nunca lo haría, Zuzu —respondió con voz baja y ronca, antes de depositarlo con cuidado en la cama.

Comenzó a besarlo suavemente comenzando con su cuello y bajando hasta llegar a su pecho, donde dejó su marca de propiedad en varias parte de su piel, continuó bajando hasta llegar a sus caderas donde Izuku arqueo ligeramente la espalda al sentir el placer y buscando tener más contacto.

—Dime... —susurró Katsuki entre besos—. ¿Todavía quieres saber lo que tengo planeado para mañana?

Izuku soltó un suave gemido, mordiéndose el labio inferior mientras sentía cómo las manos de Katsuki lo recorrían hasta llegar a su entrepierna, apenas podía pensar con claridad en ese momento, y lo único que deseaba era perderse en los brazos de su esposo.

—No... no me importa lo que hagamos mañana... Solo... sigue...— pidió con dificultad.

Katsuki río suavemente, satisfecho con la respuesta de Izuku y continúo haciéndole el amor a Izuku.

La mañana siguiente por fin llegó ambos ya estaban despiertos, pero estaban disfrutando de los mimos mañaneros

—Vamos Zuzu, se nos hará tarde y podríamos perder nuestra reservación

—¿Ya me dirás a dónde vamos?

Katsuki soltó una suave risa mientras seguía acariciando la espalda descubierta de su amante — No, además te recuerdo que anoche dijiste que no te importaba mientras continuábamos

Izuku se sonrojo y se escondió entre las sábanas para que no se le notara su vergüenza, pues recordaba perfectamente que había dicho eso y la forma en la que Katsuki lo hizo perderse en el placer del momento.

—No juegues sucio, Kacchan... —murmuró — eso fue trampa

—No estoy jugando sucio, solo me estoy asegurando de que cumplas con tu palabra —respondió con una sonrisa traviesa.

Luego del baño, Katsuki lo guio rumbo a la playa, veía como estaba emocionado amaba esa sonrisa y no la dejaría ir nunca más, finalmente llegaron a puerto donde había varios yates y barcos, Katsuki avanzó sin soltar a su esposo y lo condujo hacia uno de los barcos más lujos que había en el lugar.

—Kacchan... —murmuró Izuku — ¿Vamos a...?

—Sí —respondió Katsuki, con una sonrisa satisfecha—. Vamos a navegar y disfrutar de un día en el mar, no creas que olvide que era uno de tus sueños.

Izuku le devolvió la mirada, claramente emocionado por la hermosa sorpresa, ambos subieron al barco, Izuku estaba muy feliz por el paseo en el barco, disfrutaba del viento contra su rostro, mientras veía como el agua se rompía mientras avanzaban hacia una pequeña isla.

—Vamos a tener la isla solo para nosotros por unas horas. — Katsuki lo miró con una sonrisa—. Pensé que sería el lugar perfecto para pasar un tiempo juntos, sin interrupciones, solo tú y yo.

—Eres el mejor, Kacchan, te amo tanto.

—Y yo te amo a ti, Zuzu.

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Y con este capítulo cierro misión en cubierta, espero lo hayan disfrutado tanto como yo, ¿les gustaría ver algo mas de este fic?

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⏰ Última actualización: Sep 21 ⏰

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