𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙳𝚒𝚎𝚣

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—¿Bekah? Oye... ¿Estás despierta?

—¿Qué?

Una voz susurrante saca a Rebekah de su sueño. Abre los ojos y puede ver el rostro de Luna a cuatro pulgadas del suyo.

Su rostro está iluminado por la luz
de una farola que brilla a través de la ventana. Rebekah, sobresaltada por la visión inesperada, lanza un fuerte grito.

—Es bueno saber que gritas mucho— dice Luna alegremente, sin que el grito
de Rebekah la perturbara en absoluto.

Sin embargo, Luna estaba bastante
contenta de que no le hubieran dado un puñetazo en la cara. Prefería que no
le rompieran la nariz ni la mandíbula.

—¡Maldita sea! ¿Qué estás haciendo aquí?— susurra Rebekah, mirando el
despertador que está junto a su cama.

—Umm...esta es mi casa— dice Luna inexpresiva.

—¡No! Quiero decir, ¿Qué haces rondando sobre mí como un bicho raro? A las tres de la mañana— Susurra Rebekah con dureza mientras mira fijamente a la morena.

—¡Bueno, ahora ya sabes cómo es eso— resopla Luna, recordando su primera mañana con los Mikaelson en su casa —Y... no puedo dormir en mi
cama.

—¿Por qué no?— Rebekah se pregunta brevemente para saber si tiene que patearles el trasero a sus hermanos por comportamiento inapropiado.

Rebekah mira a Luna, la chica estaba envuelta en una manta, un animal de
peluche debajo de su brazo. "Oh no, ella no quiere dormir aquí, ¿Verdad?" el terrible pensamiento cruzó la mente de Rebekah.

—Porque 'Lijah y Finn están ahí...— Luna tuvo la decencia de parecer un poco avergonzada.

—¿Entonces?

—Ellos son mis...compañeros.

—Sí, ya lo sé. Eso no explica por qué no puedes dormir en tu propia cama—
Rebekah se frota la cara con cansancio. Esta conversación era como intentar sacarle información a un niño pequeño y su paciencia se estaba agotando.

—¿Quién sabe qué clase de cosas raras de almas gemelas van a hacer mientras duermo? No quiero despertarme con un tatuaje cualquiera o con cinco meses de embarazo o algo así— siseó Luna.

Había venido a ver a Rebekah en busca de consueloy hasta ahora no había sido suficiente para proporcionárselo.

Normalmente Luna no molestaría a los demás con sus problemas, pero estaba segura de que Rebekah podría brindarle algo de sabiduría femenina. Después de todo, eran sus hermanos.

—Luna, te acostaste con ellos anoche y no pasó nada malo. Incluso dejaste que te mordisquearan el cuello, así que no creo que las cosas puedan volverse mucho más raras— Rebekah pone los ojos en blanco con exasperación- ¡Ahora regresa a tu habitación antes de que te arrastre!—;sisea Rebekah. Se da vuelta de manera demostrativa para darle la espalda a Luna.

Rebekah sospecha que Luna fue enviada desde el infierno para alterar su ritmo de sueño por el resto de su vida.

—Dios... alguien está de mal humor...— murmura Luna, entrecerrando los
ojos ante la figura inmóvil de Rebekah, preguntándose si la rubia realmente
se había quedado dormida.

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐋𝐘- 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧 𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora