𝐋𝐎𝐕𝐄𝐋𝐘- 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧 𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚍𝚘𝚜

—¿Ha habido roble blanco en Mystic Falls todo este tiempo ?— Kol exclama indignado. Su rostro era todo asombro y odio mientras miraba a Niklaus.

—Nik, ¿Qué diablos?— Rebekah grita simultáneamente. Estuvo a punto de golpear la cabeza de Niklaus contra la pared más cercana para darle algo de sentido común.

Con todo el dinero y los secuaces de Niklaus, ella pensó que él había investigado un poco antes de establecer a toda su familia en una ciudad con un puente entero hecho de lo único que podría matarlos.

—Lo siento, ¿Se supone que debo tener un radar de roble blanco ? ¿Un sistema de detección de roble blanco ?— Niklaus espeta, no le gusta el hecho de que su familia lo culpe por algo que estaba fuera de su control.

En respuesta, Rebekah arroja uno de sus zapatos a la cabeza de Niklaus. —¡Eso fue totalmente innecesario! —grita Niklaus.

A juzgar por la forma en que Niklaus había esquivado el zapato con bastante destreza, Luna estaba bastante segura de que Rebekah les había arrojado zapatos a sus hermanos antes.

—¡Podrías haber hecho que nos mataran, idiota!— Rebekah se muestra inexpresiva, tentada a lanzar su segundo zapato, con la esperanza de que éste dé en el blanco.

—Estás peleando, otra vez... qué sorpresa.—  Luna se muestra  inexpresiva, bebiendo tranquilamente su café. Se acurruca más al lado de Elijah. Él, contento, se acurruca alrededor de su nariz a la altura de su yugular, claramente no está de humor para interferir con la pelea de sus hermanos.

—Cuando termines de golpear a Nik, Rebekah, no olvides limpiar las cenizas del letrero— Ofrece Luna, insistiendo en no prestar más atención a los hermanos que discuten.

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—No necesitas un bate, cariño.— murmura Elijah, sacudiendo la cabeza hacia su compañera, quien estaba blandiendo alegremente el arma.

—Es posible que nunca sepas cuándo resulta útil.— Luna se encoge de hombros y le muestra una sonrisa inocente.

Elijah suspira, tomando el bate de su mano y sosteniéndolo por ella, accidentalmente le había golpeado la rodilla demasiadas veces para su gusto. Con su mano libre, toma la de ella y le frota los nudillos con el pulgar.

—¿No podrían esconder la maldita cosa en un lugar más accesible? ¿Quizás en una caja fuerte? ¿Como la gente normal?— Kol se queja. Había intimidado con éxito a Finn para que le permitiera escoltar a Luna.

Finn puso los ojos en blanco y quiso reprender a Kol, pero decidió que no valdría la pena. Después de todo, tendría a Luna en su cama esa noche, se aseguró de restregar ese hecho en la cara de Kol antes de aceptar.

—Es bastante inteligente eso de que no se permiten vampiros.— Luna admite. —Sin embargo, es una locura que ustedes hayan estado en las cavernas en su época humana, que hayan dejado su huella.— Agrega Luna, recordando el flashback donde Rebekah había grabado sus nombres en una de las paredes.

—Sí, en aquel entonces Rebekah ya era fanática del vandalismo.— Elijah comenta secamente.

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