Kiyoomi se despierta en la cama que Motoya le preparó, y solo se digna a ver el techo encima de él.La noche anterior solo atinó a llorar hasta que sus pulmones dolieron. Hasta que su cabeza dolió. Hasta que se quedó dormido en brazos de su primo. Quién terminó en su habitación luego de haber esuchado los sollozos del alfa.
A Motoya le dolía ver a Kiyoomi de esa forma. Él siempre quiso lo mejor para el rizado, y siempre se lamentó el que su familia lo haya tratado tan mal. Por eso, cuando era pequeño, siempre le suplicaba a su madre que Kiyoomi se quedara en su casa, por muchos días, para que puedieran seguir jugando. Porque él sabía que en la casa Sakusa, el alfa no tendría a nadie con quién hablar.
Kiyoomi se levanta, luego de unos minutos, y se dirige al baño. Donde pudo ver como sus ojos estaban hinchados, y aún tenía rastros de lagrimas secas por las mejillas.
Se lavó bien la cara, se cepilló los dientes y se metió a la ducha.Bajó al comedor, donde encontró que Motoya estaba haciendo un delicioso desayuno, y pudo ver que un plato estaba repleto de Umeboshi, sus favoritos.
Komori estaba de espaldas al alfa, cocinando un poco de Omurice, tarareando una suave canción. Se dio la vuelta cuando escuchó el pequeño "buenos dias" del rizado, devolviéndole el saludo con una pequeña sonrisa preocupada al ver el estado del alfa.
- ¿Como estás, Kiyo? ¿Como dormiste anoche? - Le preguntó una vez que apagó la estufa, sentándose a desayunar con el pelinegro en frente de él.
El rizado hacia leves movimientos para servirse su comida, y solo negó con la cabeza a las preguntas de Motoya.
Y este supo que Kiyoomi no quería usar su boca para hablar, pero que usaría otros metodos para comunicarse. Siempre hacía eso de pequeño, cuando se sentía muy abrumado por sus emociones y no sabía como escupirlas.- ¿Hablaste con Atsumu? -
Preguntó con una leve sonrisa en su cara, sabiendo que la mención del omega alegraría al pelinegro. Y estaba en lo cierto.
Kiyoomi sonrió levemente, asintiendo. mLo extrañaba. Lo necesitaba a su lado. Necesitaba poder abrazarlo y poder sentir su reconfortante olor.
Extrañaba el olor del chocolate blanco y la vainilla.Hizo una leve mueca de desconformidad al recordar que Atsumu no estaba con él en ese momento.
Motoya notó eso, y solo pudo hacer la misma mueca que el contario.Terminaron de desayunar y Kiyoomi se ofreció a limpiar los platos, y Komori lo dejó hacerlo sin rechistar, porque solo recibió una mirada fulminante del alfa cuando le dijo que no.
Sigilosamente, Motoya se fue a la habitación del alfa. Y buscó su teléfono, tenía que hacer algo con el estado del rizado.
Lo desbloqueó, buscó un contacto, y se lo pasó a su chat. Borrando el mensaje una vez que le llegó.Rápidamente sacó su teléfono y le marcó al dichoso número.
Que le respondió en el último tono.- ¿Hola? ¿Quién es? - Preguntó la voz al otro lado de la línea.
- Hola, Atsumu. Soy Motoya, el primo de Kiyoomi. - Se presentó, esuchando un estruendo algo fuerte por parte del omega. - ¿Qué fue eso? ¿Estás bien? - Dijo algo preocupado.
- Lo siento, solo me tropecé... de todos modos, ¿Por qué llamaste, Toya?¿Omi está bien? ¿Le pasó algo? - Komori sonrió ante la mención del apodo, y solo negó mientras respondia.
- Uhmm... la verdad es que no le pasa nada grave... solo que no habla y está muy apagado. Asi que pensé... que estaría bien si tú venías por unos dias aquí, así él se siente mejor. - Comenzó a jugar con sus dedos, a la espera de una respuesta positiva por parte del contrario. La cual no se hizo esperar, ya que Astumu dijo que sí casi al instante en que su cerebro captó la información.

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Mimado.
FantasyAtsumu y Kiyoomi se conocen en el campamento de entrenamiento, y al momento de cruzar sus miradas, sienten un gran chispazo en sus cuerpos. Descubren que son destinados, y comienzan su estable y adorable relación. Donde Kiyoomi es muy débil ante la...