El primer día en la casa Miya fue muy agradable.Rui recibió a Kiyoomi cómodamente en su hogar, haciéndolo sentir cómodo.
Obviamente, Atsumu no se quedó atrás al presentar su humilde hogar al rizado.Se emocionó al llegar a su habitación, la cual se había encargado de limpiar profundamente el día anterior y esa misma mañana; solo para que el alfa se sintiera mejor.
- ¿Te gusta mi habitación, Omi? - Preguntó con visible emoción el rubio, expectante a buenas respuestas del pelinegro.
- Hmh, es... bastante llamativa, diría yo. - Una leve risa nasal le siguió a su respuesta, al ver como el omega hacia una leve mueca de confusión, esa no era una buena respuesta.
- ¡¿Qué quieres decir con llamativa, Omi?! - Un puchero y un pronunciado ceño fruncido estaban presentes en el rostro del mayor. - ¿No te gusta? En las llamadas siempre dices... que se ve bonita... - El omega desvió la mirada, con su puchero pronunciándose más.
Ante eso, el alfa solo rió. Definitivamente, Atsumu era muy dramático.- Me gusta mucho, Atsu. Se ve muy limpia, eso es un punto a favor. - Acercó su mano derecha a la mejilla del mayor, apretándola. Provocando una pequeña risita al rubio.
- Bien, me alegra que te guste, Omi. - Le dedicó una hermosa sonrisa. - Oh, puedes dejar tus cosas por ahí, y después te decides donde quieres dormir. -
- ¡Ahem! - Una leve (para nada) tos se escuchó en la puerta de la habitación. - Lo siento por interrumpir, pero mamá dice que ya bajen a almorzar... y sepárense, están muy juntos. - El ceño de Osamu estaba levemente fruncido al ver como la parejita estaba algo (demasiado) cerca, solo por haberse acercado cuando Kiyoomi le apretó la mejilla.
- Ya bajamos, Samu. Y cambia esa cara, espantaras a Omi. - Atsumu señaló, riéndose al ver la cara de disgusto de su hermano.
- Bajen ya. No fastidies, Tsumu. - Se dio media vuelta y volvió por el lugar que vino. Siendo seguidos por los dos chicos detrás de él.
El almuerzo fue muy llevadero para Kiyoomi. Quien se la pasó hablando amenamente con Rui, sobre el colegio, qué le gustaba hacer, si tenía mascotas, etc. Lo que hizo que Sakusa se sintiera cómodo fue que en ningún momento preguntó sobre su familia.
Seguramente el omega le habia mencionado la muy mala relación que tenían. Estaba agradecido por eso.
Atsumu también preguntaba muchas cosas, mirando embobado al alfa hablar sobre cualquier respuesta que diera. Lo que provocaba las burlas de Osamu.
Cuando terminaron de comer, Kiyoomi se ofreció a ayudar a lavar los platos, quien rápidamente obtuvo un 'no' como respuesta por parte de la omega mayor.
Atsumu se rió de él por ser muy educado, lo que obtuvo un 'Siempre hay que ser educado en casas ajenas, Atsumu. Solo estoy siendo cortés.' como respuesta.
El omega solo rodó los ojos y lo agarró del brazo, llevándolo a la habitación que compartirían.- ¿Qué quieres hacer ahora? Te pregunto porque siempre que terminamos el almuerzo, acostumbramos a dormir una siesta... pero si tú no quieres hacerlo, podríamos hacer lo que se te ocurra. - Una dulce sonrisa fue regalada al alfa.
Se sentaron en el futón del suelo, frente a frente.- ¿El primer día que vengo a tu casa, y ya lo quieres desperdiciar en dormir? Que buen anfitrión eres, Atsu. - Una pequeña carcajada salió de la garganta del rizado. Que dejó hipnotizado al rubio.
- ¡O-oye! ¡Tú sabes que mis siestas son sagradas! - Se podía ver un ligero rubor en la mejillas del omega, con un adorable ceño fruncido.
A los ojos del alfa era completamente tierno.
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Mimado.
FanfictionAtsumu y Kiyoomi se conocen en el campamento de entrenamiento, y al momento de cruzar sus miradas, sienten un gran chispazo en sus cuerpos. Descubren que son destinados, y comienzan su estable y adorable relación. Donde Kiyoomi es muy débil ante la...