Atsumu y Kiyoomi se conocen en el campamento de entrenamiento, y al momento de cruzar sus miradas, sienten un gran chispazo en sus cuerpos.
Descubren que son destinados, y comienzan su estable y adorable relación. Donde Kiyoomi es muy débil ante la...
Al día siguiente, se dirigió a la estación de tren, buscando el que lo llevaría hasta Tokyo. El viaje solo duró dos horas, en las que se dignó a escuchar música desde su teléfono.
November Rain - Guns N' Roses mostraba su teléfono. Una de sus canciones favoritas.
El tren llegó hasta su destino y bajó. Buscó la salida que necesitaba tomar para llegar a la ciudad. La terminal de trenes era un caos, podrías perderte fácilmente si no prestas la atención necesaria.
Caminó un poco hasta llegar a la salida correcta, y se dignó a caminar más hasta llegar al centro de entretenimiento donde sería el campamento.
Sus auriculares aún seguían reproduciendo música. Ahora Total Eclipse of the Heartde Bonnie Tyler se reproducía.
Entró a su aplicación de mensajes y les avisó a su mamá y hermano que había llegado.
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Luego de mandarle a su mamá, le mandó a su gemelo. Osamu le había obligado a que le mandara mensaje cuando haya llegado al lugar, solo para asegurarse de que todo esté en orden. Mentiroso, amaba demasiado a su hermano y se preocupaba mucho por él. Pero jamás lo diría en voz alta.
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Se rió ante la corta respuesta de su hermano y volvió a guardar su teléfono.
- Llegué... dios, qué cansado estoy. - Si había algo que Atsumu odiara, eso era caminar demasiado, y eso que practicaba un juego en el que se requería demasiado movimiento de piernas.
- ¿Entonces para qué vienes a un campamento de concentración si ya estás cansado antes de entrar? - Escuchó un susurro algo bajo a sus espaldas, pero aún así logró escuchar lo que el extraño dijo.
- ¡Oye! ¿Qué te pasa? Sé mas respetuo- Al girarse para enfrentar al dueño de la voz, se quedó callado al verlo.
Un alto chico de rizos negros, ojos igual de profundos que la noche, con dos lunares peculiares arriba de su ceja izquierda, un ceño fuertemente fruncido, con una mascarilla que cubría la mitad de su cara, y con el uniforme más llamativo que haya visto en su vida, se posó ante sus ojos.
