eight.

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Kiyoomi no dejó que Atsumu dejara su lado en todo el día. Si el omega iba a la cocina, el alfa estaba detrás suyo, si se sentaba en el cómodo sofá de Motoya, su alfa rápidamente lo levantaba y lo hacia sentarse en su regazo.

Tuvo que pedirle de favor a Komori que distrajera al rizado para que pueda ir un momento al baño.
Cosa que falló, ya que el otro omega no supo convencer a su primo con "estos cuchillos están sucios, ¿quieres limpiarlos?", asi que Atsumu se vio en la obligación de ordenarle a su alfa que se diera la vuelta si se quedaría en el baño. ¡No podía mear en paz!

Kiyoomi nunca había sido así de pegajoso antes. Pero era comprensible; probablemente creía que el omega se iría y lo dejaría solo, como los demás hicieron.

Por eso, luego de haber cenado, y, estando ya acurrucados en las cómodas mantas, Kiyoomi le dice lo que lo había estado atormentado todo el día. Recibiendo uno lindo puchero y muchos besos por parte de su omega.

Quién le afirmó que nunca lo dejaría solo.
Que cualquier deja vú que tuviera, nunca volvería a cumplirse.
Que si era necesario, Atsumu le enseñaría lo que era el verdadero amor.
Que no debía cargar un gran peso sobre sus hombros.
Y que debía saber que Jigoku era una completa tonta.

Atsumu acurrucó al rizado en su pecho, y rápidamente se dedicó a ronronear para su alfa, sabía que eso podría calmarlo.
Y tuvo razón, porque el menor se quedó dormido al poco rato. Con una cara tan pacífica, casi angelical, lejos de todo mal que el mundo tuviera contra él.

Luego de días de haber llorado, tener pesadillas, levantarse en medio de la noche porque no encontraba a Yumi a su lado, Kiyoomi pudo dormir en paz. Acurrucado con su omega, y su linda niña. Se sentía bien. Era el sentimiento de pertenecer a algo, pertenecer a un hogar.

Porque Atsumu era su hogar.

A la mañana siguiente, Atsumu se despierta solo en la gran cama

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A la mañana siguiente, Atsumu se despierta solo en la gran cama. Lo cual se le hace raro. Ya que él siempre es el primero en despertarse primero cuando hacen "pijamadas" con Kiyoomi.

Pero rápidamente se le borra la preocupación de la cara, cuando ve como el rizado entra con una gran bandeja, con platos como para alimentar a una familia. Pero Atsumu sabe que todo eso se lo comerá él. Osamu lo había acustumbrado a comer demasiado.

- Buenos días, Atsu. - Dijo mientras acomodaba la bandeja con cuidado sobre la mesa de luz a su lado. Dejó un dulce beso en la coronilla del omega, y se volvió a meter en la cama.
Contempló como el rubio estiraba sus brazos, bostezando en el proceso.

- Buenos días, Omi. - Iba a acercarse para dejar un beso en su mejilla, pero unos largos dedos agarraron su cara, deformando sus labios. Haciéndolo ver como un patito chistoso.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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