𝗘𝗡𝗢𝗨𝗚𝗛 𝗙𝗢𝗥 𝗬𝗢𝗨║。˙☽
━ ━ ━ ━ ━ ━ ━ ━ᐥ⬚︎◎˙↳❝ᴄᴀʀʀᴇʀᴀᴀᴀ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ¡!❞
❝I will never be enough for you.... ❞
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。⚘˙。𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 Narela Abigail Bianchi
sufre en silencio por ser dejada de
lado por todo el mundo, incluído qu...
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▬▬Chapter thirteen; She cheats on you
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Rodrigo avanzaba con pasos ligeros por las calles del barrio. El sol de la tarde le pegaba de lleno en la cara, obligándolo a entrecerrar sus ojos verdes. Sentía el calor subirle por la piel, mientras revolvía su pelo castaño en un gesto automático, buscando algún alivio. Llevaba una gorra, pero la traía mal puesta, con la visera para atrás, sin cubrirle ni la mitad del sol que lo achicharraba. Así que, con un suspiro, la dio vuelta y acomodó para que al menos le protegiera la frente.
▬▬¡Carre, una foto! ▬▬gritó una voz femenina desde la vereda de enfrente.
Rodrigo frenó en seco, se giró, y encontró a una chica joven, con el celular ya en la mano y una sonrisa entusiasta. Parecía un poco nerviosa, moviendo los pies mientras lo miraba.
▬▬Obvio, vení ▬▬respondió él con una sonrisa amigable.
La fan cruzó corriendo y se paró junto a él. Rodrigo, con la experiencia de alguien que ya había repetido esa escena mil veces, se inclinó ligeramente, sonrió a la cámara, y esperó el flash.
▬▬Gracias, ¡sos un genio! ▬▬le dijo la chica mientras chequeaba la foto en su celular.
▬▬De nada. Cuidate ▬▬respondió Rodrigo, ya reanudando su caminata.
El peso de la popularidad a veces se sentía más en esos pequeños momentos. No es que no le gustara, pero había días en que preferiría no ser reconocido en cada esquina. Mientras seguía su camino, suspiró y se revolvió el pelo de nuevo, una manía que no podía evitar cuando estaba nervioso o incómodo. "Qué lindo día", pensó, pero al mismo tiempo, el sol le estaba quemando la nuca y eso lo fastidiaba.
Miró su teléfono, convencido de que su novia ya habría llegado a su casa para alimentar a Barry, algo que él había olvidado hacer antes de salir. Aún le quedaban varias cosas por hacer, por lo que sabía que llegaría más tarde de lo previsto.
Narela salió de su casa, frunciendo el ceño. Había olvidado tirar la basura, y ahora se arrepentía. El calor no ayudaba en lo más mínimo. Llevaba un jogging gris gastado, pero cómodo, y una remera vieja que usaba para estar en casa. Caminó por el pasillo y llegó al ascensor, murmurando para sí misma:
