El sonido del tráfico fue lo primero que escuché al abrir los ojos. El bullicio de la ciudad, los cláxones, y la conversación indistinta de personas que caminaban a mi alrededor. Estaba de pie en una acera, como si me hubieran dejado allí sin previo aviso. Mi ropa era diferente, moderna, casual, algo que no recordaba haberme puesto.
Miré a mi alrededor, reconociendo el lugar, pero al mismo tiempo, todo parecía fuera de lugar. Los edificios, las calles, la gente... era mi mundo, pero con una sensación de extrañeza. Entonces recordé las palabras de la pelirroja. "La realidad no es algo que se descubre, sino algo que se crea."
Sentí una presión en mi pecho. ¿Estoy de vuelta? No.
Algo en mí sabía que esto no era simplemente "volver". Había algo más en juego. Era como si estuviera en un lugar que reconocía, pero el tiempo había cambiado. Y sabía, sin lugar a dudas, que las respuestas que buscaba estaban aquí, entre los rostros familiares.
Me puse en marcha, mi corazón latiendo con una mezcla de miedo y anticipación. ¿Dónde encontraría a esas chicas? Si lo que la pelirroja me dijo era cierto, ellas también debían estar aquí, en este tiempo, pero quizás no como las recordaba. Tendría que mirar más allá de las apariencias.
El mundo normal parecía... diferente. A primera vista, era el mismo lugar que siempre había conocido: calles concurridas, edificios altos, autos en cada esquina. Pero había algo en el aire, en la forma en que el sol iluminaba el pavimento y las sombras se proyectaban a mi alrededor, que me hacía sentir fuera de lugar.
Caminaba por la ciudad, mis pensamientos aún entrelazados con las imágenes del mundo que acababa de dejar atrás. ¿Fue un sueño? ¿Una visión? No tenía respuestas, pero sabía una cosa: lo que había experimentado, las chicas que había conocido, no podían ser simplemente producto de mi imaginación.
Mientras caminaba hacia la dirección que me habían dado para la entrevista de trabajo, recordé la conversación con aquella pelirroja. Ella había dicho que empezaría a crear mi propia realidad, pero... ¿cómo encajaba todo eso en este mundo?
— Ya estoy llegando — murmuré para mí mismo, mirando la dirección en el papel que llevaba.
El lugar era un edificio simple, sin ninguna señal distintiva. No tenía idea de cómo había conseguido esta entrevista, pero algo en mi interior me decía que debía seguir adelante. Al entrar al edificio, me recibieron con una breve mirada y me dirigieron hacia una sala de espera.
Fue entonces cuando las vi.
Dos chicas, sentadas una al lado de la otra, parecían estar inmersas en sus propios pensamientos. Una tenía el cabello rubio brillante, casi dorado, mientras que la otra lo llevaba en un tono rojo fuego. Hikari y Homura lo se por los gafetes. Mi corazón se detuvo por un segundo. Aunque estaban vestidas de manera casual, algo en sus posturas y la energía que emanaban me resultaba extrañamente familiar.
Me acerqué lentamente, intentando no parecer demasiado ansioso. ¿Sería posible que fueran ellas?
— Disculpen... — comencé, intentando captar su atención.
Ambas levantaron la vista, primero con una expresión de sorpresa, luego con una especie de reconocimiento en sus ojos. No podían disimularlo. Era como si supieran exactamente quién era yo, aunque no lo hubieran admitido todavía.
Hikari fue la primera en hablar, su tono juguetón y algo desafiante.
— No creí que te veríamos aquí tan pronto.
Homura, en cambio, sonrió con dulzura, aunque en sus ojos había una profundidad que me hizo sentir que ocultaba algo más. — Sí, parece que el destino sigue jugando con nosotros.
Sentí una extraña mezcla de alivio y confusión. Aunque estaba en el mundo normal, de alguna manera estas chicas, que claramente no eran comunes, parecían estar tan fuera de lugar como yo.
— ¿Quiénes son ustedes en este... mundo? — pregunté, sin poder evitarlo.
Hikari rió suavemente y cruzó los brazos. — Es una larga historia. Pero digamos que este no es nuestro primer rodeo.
Homura asintió, con una mirada más seria. — Estamos aquí por la misma razón que tú. Aunque aún no lo entiendas, todo está conectado.
Mi mente iba a mil por hora, tratando de procesar lo que estaba pasando. Había algo más grande sucediendo, y ahora me encontraba justo en medio de ello, sin tener claro hacia dónde me llevaría todo esto.
Antes de que pudiera responder, una voz llamó desde el otro lado de la sala.
— La entrevista comenzará en cinco minutos, prepárense.
Nos miramos por un momento más, como si todos supiéramos que este encuentro era solo el comienzo de algo mucho más grande..
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Hilo de brecha
RomanceLa historia de un joven atrapado en la monotonía de su vida cotidiana, que de repente se ve inmerso en una aventura extraordinaria. Todo comienza cuando empieza a notar detalles inusuales en su entorno, culminando con el descubrimiento de dos mister...