Capitulo 8:Noah

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Lauren Mcklein

Era un día cualquiera en el instituto, pero algo en el ambiente me decía que las cosas estaban a punto de cambiar. Había estado disfrutando de mis momentos con Fred, pero ese día, mientras entraba al aula, noté que había un chico nuevo: Noah.

Su presencia era difícil de ignorar. Alto, con una sonrisa despreocupada y un aire de confianza, parecía moverse con facilidad entre los demás estudiantes. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí un ligero escalofrío. No era la primera vez que veía a alguien atractivo, pero había algo en su mirada que me intrigaba.

—Hola, soy Noah —dijo, acercándose a mí con una sonrisa.

—Hola, Lauren —respondí, un poco sorprendida por su cercanía.

Mientras el profesor comenzaba la clase, Noah se sentó a mi lado, y aunque traté de concentrarme, su presencia era como un eco constante en mi mente. Durante la lección, intercambiamos miradas de vez en cuando, y en esos breves momentos, el aula se sentía menos abarrotada.

Al terminar la clase, Noah se giró hacia mí.

—¿Te gustaría ayudarme con algunas tareas de matemáticas? Me dijeron que eres buena en eso.

Asentí, sintiendo una mezcla de curiosidad y nerviosismo.

—Claro, puedo ayudarte.

Mientras hablábamos, noté que algunos compañeros nos observaban, pero Noah parecía completamente ajeno a la atención. Su actitud despreocupada me resultaba refrescante, algo que había estado echando de menos.

No obstante, mientras la conversación fluía, sentí una mirada intensa sobre nosotros. Al girar la cabeza, vi a Fred apoyado en el marco de la puerta del aula. Su expresión era difícil de descifrar, pero había algo en su mirada que me hizo sentir incómoda. La tensión era palpable.

Noah continuó hablando, ajeno a la situación, y yo traté de no pensar en Fred. Pero la forma en que él observaba me hizo sentir como si estuviera atrapada en un juego que no había elegido.

Cuando sonó la campana, Noah se levantó.

—¿Te parece si continuamos después de clases? —sugirió, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

Antes de que pudiera responder, Fred intervino.

—¿Vas a ayudarlo? —preguntó, con un tono que no podía ignorar.

Me giré hacia él, sorprendida. La incomodidad en su voz no pasó desapercibida.

—Es solo matemáticas, Fred. No es tan serio —intenté restarle importancia.

Fred no respondió, pero su mirada era una mezcla de confusión y algo más que no podía identificar.

La conversación se había vuelto extraña, y la atmósfera entre nosotros había cambiado. Mientras Noah me sonreía, la tensión con Fred seguía flotando en el aire, y aunque no quería pensar en eso, no podía evitar sentir que había algo más en juego.

Mientras Noah se alejaba un poco, Fred regresó, cruzando los brazos y observando a Noah con desconfianza.

—¿Qué tal, Fred? —saludó Noah, con un tono despreocupado que solo aumentó la incomodidad en el aire.

—Noah, ¿verdad? —respondió Fred, su voz era tensa. Se notaba que no estaba de humor para charlas amigables.

—Sí, soy yo. —Noah sonrió, ignorando la frialdad de Fred. Luego se volvió hacia mí—. Lauren y yo estábamos hablando sobre matemáticas.

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