34

39 10 4
                                    

.

.

.





Queda un día para la fiesta





El día siguiente llegó, y con él, la tensión en el aire. Mañana era la fiesta de Evan. Michael se despertó sintiendo una mezcla de nervios y temor. Había hecho todo lo posible para evitar el desastre sus amigos estaban fuera de juego, Jeremy se mantenía alejado, y había advertido tanto a Henry como a William. Incluso habló con Evan, asegurándose de que estuviera más alerta que nunca.

A pesar de todo, una inquietud persistente lo invadía. ¿Había algo que no consideró? ¿Podía confiar en que todo saldría según lo planeado?

Durante el cierre del restaurante esa tarde, Michael y su familia se dirigirían a Freddy's para colocar las decoraciones. Evan estaba emocionado, y Michael lo veía con una mezcla de ternura y preocupación. Por más que quisiera relajarse y disfrutar del proceso, sentía como si algo invisible estuviera acechando, listo para romper el frágil equilibrio que había logrado mantener.

Mientras recogía las cajas de decoraciones, Michael miró a su padre de reojo. William estaba más callado de lo habitual, aunque no era extraño. ¿Sospechaba algo? No podía estar seguro, pero sabía que no podía bajar la guardia ni un segundo.

Solo tenía que mantener todo bajo control, al menos hasta que la fiesta de Evan terminara en paz. Solo un día más.

Henry observó a William con una expresión preocupada, mientras ambos seguían revisando los animatrónicos.

—Es raro, ¿no?—dijo Henry en voz baja, tratando de no llamar la atención. —Michael nunca ha sido de preocuparse por cosas como esta, y mucho menos por los animatrónicos. Algo lo tiene en nervioso—

William asintió, pero su mirada se mantenía fija en el animatrónico de Fredbear —Sí, lo he notado. Es como si supiera que algo va a pasar, como si tuviera un mal presentimiento... pero no quiere o no puede decirlo. He estado observando cómo se comporta, cambia de actitud cada minuto—

Henry levantó una ceja—¿Crees que está ocultando algo? No me sorprendería. Los chicos pueden ser muy reservados a veces, especialmente cuando se meten en problemas—

William suspiró y dejó sus herramientas a un lado, mirando al animatrónico con cierta tensión. —Lo que más me preocupa no es solo su actitud. Es esa mención que hizo sobre los resortes. Michael está aterrorizado, como si estuviera convencido de que los mecanismos de los trajes van a fallar. Como si hubiera algo que nosotros no sabemos—

Henry se frotó la barbilla, pensativo. —¿Crees que podría haber oído algo sobre los trajes? Sabes que hemos tenido problemas con los resortes antes, pero todo ha sido revisado y arreglado—

—Lo sé —respondió William, pero su tono era sombrío. —Pero si Michael ha notado algo que nosotros no hemos visto... o si hay algo más en juego que nosotros no entendemos... entonces puede que estemos ante un problema mayor de lo que pensamos—

Henry lanzó una última mirada hacia el escenario, y luego hacia Michael, que estaba ayudando a Charlie con las decoraciones. —Por ahora, sigamos adelante y terminemos de revisar todo. No podemos permitir que algo salga mal en esta fiesta—

William asintió, pero no pudo quitarse la sensación de inquietud que lo había estado atormentando desde hacía días. Sabía que algo no estaba bien, pero no podía poner el dedo en la llaga. Mientras tanto, Michael seguía nervioso, observándolos desde lejos, como si esperara que, en cualquier momento, todo se desmoronara.

Michael, notando la frustración en la voz de su padre, suspiró antes de acercarse al escenario nuevamente. William, con los brazos cruzados y una mirada impaciente, le indicó que se acercara al animatrónico. —Vamos, Michael. Si sabes tanto, señala exactamente cuál es el problema—

Michael subió al escenario, consciente de la atención que estaba recibiendo, tanto de William como de Henry. Con cuidado, inspeccionó el animatrónico, evitando el contacto visual con su padre.

—Es aquí—señaló finalmente, en una articulación de la mandíbula del animatrónico. —El mecanismo está suelto. Si no lo ajustan, podría desencajarse en cualquier momento—

Henry se inclinó para ver el punto exacto donde Michael había señalado y, tras unos segundos de inspección, asintió. —Está en lo correcto. Hay una pequeña holgura aquí. Nada crítico, pero podría haberse convertido en un problema durante la actuación—

William frunció el ceño, claramente molesto por el conocimiento inesperado de Michael. —¿Cómo demonios sabías eso?—preguntó con un tono que no ocultaba su incredulidad.

Michael, sin voltear a ver a su padre, mantuvo su mirada fija en el animatrónico. —Lo he estado observando—respondió en voz baja. —No quería que nada saliera mal mañana. He aprendido un par de cosas observando cómo trabajan ustedes—

William no estaba convencido. —No me mientas, Michael. Esto va más allá de una simple observación. Sabías exactamente lo que estaba mal. ¿Cómo lo sabías?—

Michael finalmente giró su cabeza y miró a William.—Lo escuché crujir antes— mintió con calma—cuando estábamos probando los movimientos. Algo no sonaba bien, así que presté atención. No quería que hubiera un accidente. No en la fiesta de Evan—

Henry intervino, tratando de suavizar la situación. —Bueno, sea como sea, lo importante es que lo vimos a tiempo. Vamos a arreglarlo. Michael, gracias por señalarlo—

Michael asintió y bajó del escenario, mientras William lo observaba detenidamente, con la sensación persistente de que su hijo le ocultaba algo más importante.

William observó a Michael alejarse hacia la cocina, aún con la inquietante sensación de que algo andaba mal. Henry, notando el momento, silbó suavemente para romper el silencio y comentó con una sonrisa ligera —Vaya, parece que Mike está sabiendo más que nosotros sobre estos bichos. ¿Le has enseñado algo tú?—

William negó con la cabeza, su expresión seria, como si estuviera evaluando la situación. —No, no le he enseñado nada. No sé de dónde lo ha sacado—

Suspiró, visiblemente incómodo. Algo en el comportamiento de Michael lo había estado desconcertando últimamente, y este incidente sólo reforzaba esa sensación. —Pásame la llave, tengo que ajustar este desajuste antes de que sea un problema—

Henry se encogió de hombros con un gesto de resignación. —Sigue sin aparecer. He buscado por todo el lugar. Creo que tendré que ir a comprar otra pronto—

William frunció el ceño, irritado por la falta de control sobre pequeños detalles. —Eso es lo último que necesitamos ahora—Luego, mirando brevemente en dirección a la cocina donde Michael había desaparecido, añadió con un tono bajo, casi para sí mismo—Hay demasiadas cosas que no están encajando bien últimamente—

Henry lo observó en silencio, notando el tono pensativo de William. Sonrió con alivio y comentó —Al menos el ladrón ya no volvió a aparecer—

William asintió, pero su expresión seguía mostrando cierta incomodidad. —Sí, pero sigue siendo inquietante. Algo no encaja—

En ese momento, Michael regresó de la cocina con las pizzas, y los niños, entusiasmados, se acercaron para tomar una porción. El ambiente rápidamente se volvió más animado. William y Henry también se unieron, tomando algunas porciones para comer junto a los demás.

Michael observó el ambiente con una ligera sonrisa en el rostro. Todo parecía estar tranquilo, sin tensiones. El ruido alegre de sus hermanos y la presencia relajada de Henry y William le daban una sensación de paz momentánea. Era un contraste agradable con el miedo y la ansiedad que había sentido últimamente. "Así debería ser siempre" pensó para sí mismo, disfrutando del momento de calma antes de que la gran fiesta de mañana comenzara.





.



Recuerden dejar una estrellita 🌟







Traigan regalos que mañana es la fiesta!!

🌾🌧

Doble Cara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora