Capítulo 14

62 42 36
                                    

Me sobresalté cuando sentí dos brazos rodearme por detrás y una cabeza descansar contra la mía.

—Dios, vas a matarme de un susto —le reproché a Travis luego de quitarme los audífonos inalámbricos y de dejar mi esmalte de uñas a un lado.

Estaba sentada en un taburete de la cocina, pintándome las uñas de las manos.

—Lo siento —murmuró contra mi cabeza, con el tono más ronco posible, señal clara de que cargaba una resaca de mil demonios.

También lo hacía yo, pero había despertado unas dos horas antes, así que el malestar ya estaba mermando.

En silencio volví a tomar mi esmalte de uñas para retomar la tarea.

—Lo siento, lo siento, lo siento... —repitió una y otra vez contra mi cabeza, con diferentes tonos de voz, algunos de ellos bastante graciosos, debía admitir.

—¿Qué es lo que sientes? —lo presioné con tono serio.

—¿Me harás decirlo? —sus manos se movieron hasta colarse por debajo de mi camiseta para acariciar mi abdomen, y las aparté de un manotazo con mi mano cuyas uñas aún no pintaba.

Me encogí de hombros.

—Tú eliges.

Se separó de mí y se recargó de lado contra la barra de desayuno, mirándome, pero yo seguí atenta a mi actividad por mucho que mis ojos quisieran concentrarse en los tatuajes de su torso desnudo, al cual le había agregado dos recientemente.

—Lamento lo que dije sobre ti y Oliver, y haberte dejado sola toda la noche. También lamento haber vuelto a romper mi promesa —apartó un mechón de mi cabello que caía y le impedía ver mi rostro—. Pero lo que más siento es no haber estado cuando me necesitaste.

Solté un suspiro pesado por la nariz y solo entonces llevé la mirada a él. Nuestro foco respecto a lo sucedido la noche anterior estaba en diferentes puntos: a él lo perturbaba no haber estado conmigo cuando pasó lo de Nick; a mí que no hubiese podido mantener su palabra.

Pero su expresión era de arrepentimiento, y eso, honestamente, me ablandó.

—Está bien —volví mi mirada a mis uñas.

—¿Está bien? ¿Solo así?

—¿Y qué más quieres que te diga? Por más que te pida una y mil veces que me prometas que no vas a volver a meterte heroína, lo harás de todas formas. Eso ya quedó más que claro. Sobre todo ahora que estás tan pegado a tu amiga. Lo demás no es relevante.

Una sonrisa amenazó con asomarse en sus labios, pero sabiamente la hizo desaparecer.

—Alex, Megan realmente es mi amiga. Jamás ha sucedido nada entre nosotros, y jamás sucederá. Primero, porque estoy contigo, y puedes decir lo que quieras de mí, pero si realmente estoy con alguien no ando saltando de cama en cama. Y, segundo, porque tuvo algo con mi hermana.

Casi me dio un tirón en el cuello cuando giré mi rostro para mirarlo.

Eso sí que no me lo esperaba.

Él llevó una de sus manos a mi espalda media para acariciarla mientras ampliaba la información.

—Megan era compañera mía y de Abby en la secundaria. Mi hermana también iba a ese instituto, solo que a dos cursos menos. Eventualmente se conocieron y tuvieron algo, aunque no fue importante. Cuando nos graduamos, ella asistió a un semestre de fotografía en la UA, pero luego le surgió una oportunidad laboral como fotógrafa de una banda emergente para hacer un tour mundial como banda soporte, y no había forma de que la rechazara. Volvió a Arizona hace poco.

Oasis [Bilogía "Abismo", libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora