Epílogo: Antes de «nosotros»

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HUENING KAI.

Antes de que tú y yo nos convirtieramos en nosotros, deseaba destruir este mundo podrido. Después te quise y supe por qué el Creador también lo hacía. Había personas como tú que eran las flores en el campo de Los Cielos, esas que te impulsan a respirar el aire puro y agradecer tu existencia misma.

Antes de que tú y yo nos convirtieramos en nosotros después de dos días de vernos, medité toda la noche. Identifiqué el amor en mí, sabía lo que era pero, ¿por qué se sentía desconocido? Tal vez el haber olvidado lo que fui y recordarlo de nuevo fue un golpe duro. No fue la primera vez que amé, pero sí la primera vez que lo sentí con tanta intensidad. Era algo que ustedes lo llamaban «romántico» y no sabía cómo manejarlo. Quería hacer todo por ti y que tú también sintieras lo mismo que yo.

Antes de que tú y yo nos convirtieramos en nosotros, se me había entregado tu destino. Se decía que eran como las hojas de otoño.

Hola, ha pasado un tiempo. He comprendido el final.

Fue aquella vez que vivía mi inusual tiempo libre como ángel. Tu nombre se filtró en mi corazón. Comprendí la fuerza de atracción que tienen los humanos por defecto llamado «anhelo». Mis recuerdos de mi vida original eran hermosos, aunque se me hicieron pesados y dolorosos por la nostalgia, me consolé a mí mismo diciendo que no eran más que historia antigua. Tu nombre, tu alma, tus sueños… todo de ti era diferente en el presente. Agradecí al cielo que, aun si no estuviéramos unidos como almas gemelas, tú volvieras a estar con alguien siendo lo suficientemente feliz.

Si supieras quién fuiste te diría:

Yeoreum, te aseguro que amarás a alguien y este lo hará de vuelta con la misma intensidad. Justo como siempre lo deseaste.

El Joseon por el que luchaste está en crecimiento y es libre. Justo como siempre lo deseaste.

Después de diez días, sé que no hay resentimientos. Ese día que lo supe te miré y cuando lo hiciste devuelta, solo pude avergonzarme. Nunca me habías notado hasta esa ocasión. Uniformado como un estudiante de tu escuela, acompañado de otro chico, no creí que sería atrapado siendo uno más del montón en la ruta escolar. ¿Qué había en tus ojos? ¿Por qué tus amigas también volteaban en mi dirección? Esas preguntas me abrumaron y me convirtieron en un adolescente de nuevo.

Caí en picada a un charco de barro sintiéndome miserable con los comentarios intercambiados entre tus dos acompañantes.

—Es feo.

—¿Qué es eso?

—¿Realmente cree que puede tener tu atención? Es un coreano por debajo del promedio.

—Debe ser por el chico a su lado. Es ver el contraste entre un monstruo y un príncipe.

—¡Horang! Si tienes a un chico como Park Garam como novio debes ver a todos los chicos como bagres. ¿No opinas lo mismo?

Se referían a mí, lastimosamente. En realidad no hería mi ego ni eran palabras que calaban en mi interior, pero era una decepción que fueran el tipo de persona que se fijaban en eso. Me preguntaba si Lee Horang era como ellas.

Detuve al chico a mi lado con mi mano, Park Sunghoon, que era un amigo que me hice cercano por casualidad. Iba a pararse a reclamarles, negué con mi cabeza dándole entender que estaba bien. Mi físico era de un tipo de belleza que se incrementaba por ser un ángel y los seres humanos no podían admirar por la cantidad de poder que manejaba. Normalmente elegía el tipo de facciones para presentarme dependiendo de lo que requería y esta vez era un «coreano por debajo del promedio» como decían. Así creí haber pasado inadvertido, sin embargo olvidé en qué sociedad vivía.

—No.

La firmeza de ella en tu respuesta dejó mudo a los involucrados. Me miraste con intensidad.

—Dicen que no importa como luce el arte, se necesita un buen observador para admirarlo. —Me sonreíste y eso bajó todas mis defensas—. Opino que es como una flor… Del tipo que florece en invierno y es única.

Era verano. Había una lluvia repentina. Existía para ti y me tenías consideración. Fue suficiente para que supiera que nací para amarte en cada una de mis vidas. Tenías la esencia que me llamaba la atención y me atraía a la Tierra.

—Siempre tan amable con los desafortunados. Qué aguafiestas.

—Esta es la parada. Bajemos.

Tus dos amigas se fueron al fondo para bajar. Tú te quedaste porque algo te inquietaba.

—Disculpa. Haré que se de cuenta que hicieron mal —te dirigiste una vez más a mí y me extendiste un paraguas—. No tienes por qué devolverlo. Tómalo a cambio del disgusto que causaron.

No reaccioné. ¡Apenas podía con la idea de que fuera visible para ti! Me arrepiento demasiado de no haberlo tomado y de haber hecho que mi amigo lo hiciera por mí. Sin importar que podría ser un error interactuar contigo y que el destino me castigaría, desearía volver el tiempo y corresponderte.

La única “buena” consecuencia que tuve de esa acción fue que me di cuenta que no fui el único que cayó en tus encantos. Así sucedió cómo te convertiste en el prototipo de primer amor de varios.

Es una pena que esta memoria y yo, la única persona que la recuerda, sabrá que esta es la primera vez antes de «nosotros».

Before You and I become 'We' | Huening Kai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora