12 | Dos mundos, un corazón.

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Hay quienes se han dedicado a registrar los hechos ocurridos con la flor de la resurrección »Maehwa« —entre esos yo, quien fue un testigo ocular de la segunda parte—  así que les puedo asegurar que esto tiene veracidad. Poco se tiene información de la noble que vio a su primer amor que se hizo polvo. Algo he rescatado del poeta que se enamoró a primera vista de una doncella. Mucho puedo deducir lo que pasará con los siguientes implicados. De esta manera he recopilado tanto documentos, testigos como yo, como a quienes han escuchado cuentos sobre su origen de generación en generación. Mi investigación empezó de una curiosidad intensa y siguió por la emoción constante de encontrar piezas que encajaban en el rompecabezas. Por eso decidí escribirles esta serie de capítulos en orden lógico y exacto para que estén al tanto. Para que él pueda comprobar la claridad de sus recuerdos…

Qué la esperanza esté con ellos en su siguiente vida.


¿Cómo habían llegado allí? Un muelle solo, un faro que iluminaba,  la oscuridad de la noche, una ciudad desconocida con una humedad que sofocaba en el punto máximo del verano. Huening Kai sentía que su corazón iba a salir de su caja torácica si no encontraba a Horang.

De pie en la punta, vio su figura recta mirando a la nada. A la oscuridad del mar que ponía a cualquiera con los nervios de punta. Pero ella estaba serena como si su mente no estuviera corriendo a mil por hora. Entonces supo que estaba fuera de sí.

Corrió y cuando quiso tomarla de su mano, ella se lanzó.

Fría, como si muchos cuchillos pincharan por todo su cuerpo. Agua azul oscuro. Horang tardó en sentir la desesperación de no poder respirar y la angustia profunda de la realidad. Si estaba soñando, deseaba despertar. Deseaba sentir las cálidas mantas de su cama y poder vivir un poco más. Dejó de zarandear en el agua cuando perdió la fuerza. Todo esto por un largo minuto, hasta que la envolvió unos brazos que la sujetaron.

Estuvo tan agradecida por llegar a tierra firme que clavó sus dedos en la arena como si su vida dependiera de ello. Debido a la conmoción, tardó en ver quien la había salvado.

Esperó a cualquier desconocido menos a Huening Kai.

—¿Estás bien? —preguntó él con desesperación. Estaban muy cerca y Horang no podía distinguir si sentía bien o mal ante eso. El shock solo le recordaba una cosa: no sabía por qué estaba allí y por qué él estaba allí.

Kai tenía una mano en su espalda, la sujetaba con una delicadeza y la miraba con una especial atención que nublaba su mente.

—Sí —respondió, aunque su garganta ardía y no podía respirar por su nariz con normalidad, debido al agua que había logrado entrar por ahí. Todavía tenía muchas ganas de toser.

Al escucharla, negó y apretó sus ojos por las lágrimas que amenazaban en salir.

—¿Sabes lo horrible que es morir de esa manera? —la tristeza tintó su voz.

—No quería morir, estaba… —las palabras quedaron suspendidas al no poder explicarse. Escuchó los fuertes latidos de su corazón, había sentido el miedo más profundo de su existencia—. Ni siquiera sé por qué estoy aquí.

—Dios… —Kai suspiró. La preocupación y el amor en sus ojos dejaron a Horang aún más estupefacta, era tan transparente, tanto que podía llegar a sentir lo mismo que él—. ¿Qué hago contigo?

—¿Por qué estoy…? ¿Y tú?

No podía pensar y se sentía tan cansada…

—¿Deberíamos ir al hospital? ¿Segura de que te sientes bien? —Kai seguía con su bombardeo de preguntas. No sabía cómo, pero sus manos habían llegado a su rostro y lo tomaban como si fuera algo precioso.

En realidad, Kai no dejaba de ser exclusivo con ella.

Justo cuando iba a cuestionarlo, recordó:

«Era un cuarto oscuro, solo había una silla y una mesa a un lado de ellos.

—¿Por qué morirías tú? ¿Qué te da el derecho de decidir eso? —La chica en hanbok discutía con el hombre frente a ella. Él, vestido con su pantalón, camisa y un saco de invierno, tenía una expresión tan sombría como su ropa.

—Yeoreum, no nos hagamos esto. Estás débil.

—¿Por qué tenemos que aceptar ese destino? ¿Acaso eres un tonto? ¡Debemos luchar!

—No hay nada qué luchar —El hombre lucía sin optimismo.

—¿De verdad me amas? —Ella parecía decepcionada.

Él la sujetó por sus mejillas, admirando su rostro con anhelo.

—Eres quien me genera felicidad, Yeoreum

Horang apartó las manos de Kai de su rostro.

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué me salvas?

Él la abrazó. Era cálido aunque estuviera igual de mojado que ella, olía a colonia y se sentía protegida. Tal vez era porque por él estaba viva y porque realmente se veía asustado.

Su corazón rápido delataba demasiado.

—Eres quien me genera recuerdos felices, Lee Horang.

Era el amor que esperó recibir por mucho tiempo.

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BEFORE YOU AND I BECOME 'WE' PARTE I

Muchas gracias por su interés 🙂‍↕️

Todavía no tengo un motor para seguir la historia pero espero encontrarlo pronto!!! A los pocos que se quedaron, es un gusto haberles escrito 🩵

-bok

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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Before You and I become 'We' | Huening Kai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora