Tᑌᖇᑎ Oᑎ TᕼE ᑕᗩᗰEᖇᗩ - [ᑕᕼᗩEᑎᑎIE]

"𝚃𝚎 𝚊𝚖𝚘 𝚝𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒𝚕𝚕𝚘𝚗𝚎𝚜".

Nunca habían estado tanto tiempo separadas desde que habían comenzado a salir juntas 6 años atrás. Se sentía extraño y de cierta manera, incómodo, pero no era como si no pudieran sobrevivir mucho más tiempo separadas.

Una cruel mentira, Rosé estaba que se tiraba del techo de la casa de sus padres. Extrañaba a Jennie, demasiado.

Una semana atrás había tenido que viajar de emergencia a Australia debido a un accidente que tuvo su hermana Alice, y aunque Jennie también había querido ir, ambas tenían un montón de compromisos que atender y su novia tuvo que quedarse en Corea para cumplirlos mientras ella regresaba. 

Tocó la puerta de la habitación de su hermana mayor y esperó hasta escuchar la autorización de su parte para entrar. Su hermana estaba sentada en el centro de la cama con la espalda recostada en la cabecera con el control remoto del televisor en su brazo izquierdo mientras el derecho estaba enyesado al igual que su pierna.

—Sigo preguntándome cómo es que sigues viva. – dijo ChaeYoung, colocando la bandeja con la comida en la cama.

—Caer desde un segundo piso y salir viva, una experiencia única en la vida. – Alice encogió el hombro sano y sonrió. — Gracias.

—Cual gracias, me debes 300 dólares.

—Ja ja ja, que graciosa. – soltó el control remoto y acercó la bandeja que su hermana le había llevado. — Escuché a mamá decir que te ibas mañana.

—Ah, sí. – ChaeYoung se encogió de hombros. — Tengo cosas que atender en Seúl.

—Jennie deberá estar caminando por las paredes. – se rió la mayor.

Alice también sabía que aquella era la primera vez que su hermana y la novia de su hermana estaban tanto tiempo separadas. Aún recordaba como trataban de pasar todo el tiempo juntas aún cuando apenas tenían unos meses saliendo y lo renuentes que eran al separarse cuando llegaban las vacaciones de navidad y ella y su familia tenían que viajar de regreso a Australia para visitar a sus abuelos.

ChaeYoung decidió ignorarla, tomó la cuchara del tazón y se la acerco a la boca.

—Bueno, supongo que debe de estar entretenida con el trabajo.

—¿Supones? – preguntó la mayor ante la mirada triste que había aparecido en el rostro de su hermana.

—Sí, estos días hemos hablado muy poco por Skype, pero dijo que mañana me buscaría en el aeropuerto. – suspiró. — No es nada, también los extrañaba a ustedes, me alegra estar con mi familia.

Y no mentía.

Hace un año atrás, sus padres y su hermana habían tomado la decisión de mudarse de nuevo a Australia para estar cerca de los abuelos, haciendo que ella se enfrentará a una gran decisión que podría cambiarle la vida. Al final sus padres fueron los que la convencieron de que se quedara en Corea debido a su futuro brillante como influencer y creadora de contenido y sí, la pequeña familia que había formado con Jennie y sus dos perrihijos.

Estuvo un rato más hablando con su hermana mayor y luego se fue a su habitación. Jennie le había escrito un poco más temprano sobre que la llamaría a las 08:00pm para que estuviera atenta.

Al llegar a su habitación se sentó en la cama y colocó la computadora laptop en sus piernas, revisando su celular mientras esperaba a que Jennie la llamara.

—Hey, Rosie Posie. – fue lo primero que dijo su novia en cuanto su rostro apareció en la pantalla de su laptop tan solo unos minutos después. ChaeYoung miró la hora disimuladamente, eran justo las 08:00PM.

—Hola, Nini. – sonrió radiante y sintiendo como su pecho se calentaban al ver el rostro de la mujer que amaba y extrañaba. — ¿Cómo estás?

—Uh, bien. – la mayor arrugó la nariz y dió una sonrisa ladina. — Estos días he estado ocupada con el trabajo, extrañándote, avanzando con la edición de los videos que grabamos antes de que te fueras, extrañando tus abrazos, tratando de reunir la suficiente paciencia como para no dejarme llevar por la violencia y golpear a JiSoo y a Lisa, extrañando tus besos, llevé a los chicos con la veterinaria para su revisión mensual y sí, extrañando todo lo que tenga que ver contigo, preciosa. – enumeró y ladeó la cabeza. ChaeYoung hizo un puchero, echando la cabeza hacia atrás intentando evitar que sus ojos se llenaras de lágrimas. — Ha sido una larga y tediosa semana, cariño, ¿cómo te ha ido a ti?

—Creeme que también te he extraño mucho, Nini. Demasiado. – volvió a hacer un puchero. — Está semana he ayudado a mamá con Alice y hemos pasado tiempo juntas las tres junto con papá, pero...

Jennie frunció el ceño ante la repentina cara decaída de su novia.

—¿Pero?

—No vayas a creer que no estoy feliz por estar con mi familia, pero siento que todo sería mucho mejor si estuvieras aquí conmigo. – confesó la menor, dejando que por fin las lágrimas inundaran sus ojos.

—Ay, mi amor. – Jennie copio el puchero de su novia y dió una sonrisa pequeña. — Verás que el día de mañana pasará más rápido de lo que crees y pronto estarás aquí conmigo.

ChaeYoung se sorbió la nariz y sonrió al ver a su novia sonriéndole con cariño y mirándole con amor.

—¿Sabes qué también he aprendido está semana? – fue lo primero que dijo la menor luego de un largo tiempo en silencio. Jennie la miró curiosa, esperando a que su novia continuará. — Está semana me ha servido para darme cuenta de que aún estando lejos de ti, mi amor sigue creciendo día trás día. – sonrió. — Te amo de aquí a la luna y de regreso, te amo cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día. – suspiró y cerró los ojos por un par de segundos y luego miró a Jennie. — Te amo de una manera tan bonita y sincera que no hace falta verte ni tocarte para que mi amor por ti crezca, solo me basta cerrar los ojos y pensar en ti para saber que eres el amor de mi vida.

Está vez fue Jennie a la que le empezaron a lagrimear los ojos y aunque trató de que su novia no la viera y se limpio rápido, ambas soltaron una risita. La mayor ladeó su cabeza y soltó un pequeño suspiro.

—¿Te amo tres millones? – preguntó, usando una frase de una de sus películas favoritas. ChaeYoung asintió y se mordió el labio inferior, tratando de ocultar la sonrisa que comenzaba a aparecer en su rostro.

—Sí, te amo tres millones.

Ambas estuvieron hablando por un largo rato más hasta que Jennie le recordó a su novia que debería dormirse temprano ya que tendría que irse al aeropuerto unas horas antes de que saliera su vuelo. Esa noche fue la primera vez en toda la semana en la que ambas pudieron dormir bien, con la sensación de la otra a su lado.

Esa noche fue la primera vez en toda la semana que ambas se fueron a dormir con una gran sonrisa en el rostro.

𝙷𝚘𝚕𝚒𝚒𝚒𝚒𝚜