"ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ QᴜᴇʀʀÉ ʙᴇꜱᴀʀᴛᴇ, ʀᴏꜱɪᴇ".

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Un estornudo sacudió el cuerpo de Chaeyoung, haciendo que frunciera levemente el ceño y arrugara la nariz con molestia

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Un estornudo sacudió el cuerpo de Chaeyoung, haciendo que frunciera levemente el ceño y arrugara la nariz con molestia. Un adorable puchero apareció en su rostro cuando sintió una pequeña toalla de papel en su nariz, limpiando los mocos que probablemente habían salido sin su permiso.

—Me duele la cabeza. – se quejó, abriendo la boca para tomar un poco de la sopa que Jennie le estaba dando. — Estúpida Lisa.

La mayor soltó una risita, volviendo a llenar la cuchara de sopa y soplarla un poco para no quemar que su novia sin querer.

La razón del porqué estaban así en ese momento era bastante idiota, sin embargo, Jennie como buena novia que era, estaba cuidando a su pequeña, idiota y berrinchuda novia, asegurándose de que no tuviera fiebre y dándole cariñitos que sabía que harían sentir mejor a Chaeyoung.

—Sí, lo es. – concordó la mayor, burlándose de su cuñada. — Pero se supone que tú eres una adulta responsable y que sabe que es lo bueno y que es lo malo, ¿no? – Chaeyoung asintió. — ¿Entonces por qué te pareció que sentarte en una silla en medio de la calle cuando estaba lloviendo era buena idea?

—Ella dijo que podía aguantar mejor el frío que yo. – bufó Chaeyoung. Jennie rodó los ojos. — Además, tú no estabas.

—¿Y qué tiene que ver una cosa en la otra? – tomó una pequeña toallita y le limpió el pequeño hilo de sopa que caía por la barbilla de Chaeyoung.

—Qué me dejaste sin supervisión.

Jennie se quedó completamente quieta, procesando la respuesta de su novia. Frunció el ceño por algunos segundos antes de negar con la cabeza y seguir dándole la sopa a la menor hasta que esta se termino.

—Llevaré esto a la cocina y volveré con las pastillas. – dijo, levantándose de la cama justo en el momento en que Chaeyoung hizo una mueca de desagrado. Jennie la miró con la ceja arqueada. — ¿Qué?

—No me gusta tomar medicamentos, Nini. – se quejó, cruzándose de brazos y reemplazando la mueca de desagrado por un puchero que hizo que el corazón de Jennie se apreciara ante la ternura que su novia desprendía.

La mayor abrió la boca ofendida, demasiado. Sabía que era lo que Chaeyoung estaba intentando y estuvo a punto de ceder, sin embargo, se mordió la lengua antes de aceptar no darle los medicamentos a su resfriada novia.

—Lástima. – dijo. Chaeyoung abrió la boca levemente, sorprendida por la frialdad de Jennie. — Vuelvo en un momento.

Y cuando la menor quedó sola en la habitación, se tiró hacia atrás, volviendo a colocar el puchero y moviéndose de un lado a otro como niña pequeña.

Su plan había fallado.

Se mantuvo quejándose en la cama hasta que Jennie volvió. Abrió un ojo, mirando a su novia de arriba a abajo y soltando un quejido cuando vio la caja de pastillas en una de las manos de la mayor y en la otra un vaso con agua.

—Levanta. – pidió Jennie, sentándose en la cama, mirando fijamente a Chaeyoung.

—No. – dijo la menor, cerrando su ojito y dándole la espalda a Jennie. La mayor suspiró. 

Ella realmente amaba a su novia, con todo lo que tenía,  pero lo que definitivamente no amaba era lo berrinchuda que era su novia cuando se enfermaba y llegaba la hora de tomar su medicamento. Dios, incluso hubo una vez en la Chaeyoung estuvo resfriada por dos semanas por no tomar medicina, y se suponía que era un pequeño resfriado que no duraría más que un par de días.

—Rosie, me enojare si no te tomas esto. – dijo, totalmente seria, aunque realmente estaba mintiendo. Ella no podía enojarse con Chaeyoung, mucho menos por algo tonto como aquello.

Chaeyoung simplemente se encogió de hombros sin tomarse la molestia de voltear y mirar a Jennie.

—Sabes que no puedes enojarte conmigo. – dijo con la voz gangosa.

Jennie asintió levemente, dándole la razón a Chaeyoung.

—Bien, hagamos un trato. – ofreció la mayor. — Si te tomas esto, te daré todos los besos que quieras justo ahora.

Chaeyoung se lo pensó seriamente, sobretodo porque Jennie era de aquellas personas que realmente se cuidaba de no mantener mucho contacto físico con personas resfriadas por temor a contagiarse. También porque había estado todo el día sin besar los suaves labios de la mujer que amaba y realmente los extrañaba. 

—Te enfermaras. – recordó Chaeyoung, volteandose a mirar a Jennie. La mayor se encogió de hombros y dio una sonrisa ladina.

—Meh. – fue lo único que dijo. — ¿Te la tomarás?

Chaeyoung asintió a regañadientes, incorporándose lentamente y tomando un par de pastillas que Jennie le ofrecía junto al vaso con agua. Solo le tomo unos pocos segundos tomar el medicamente, vaciando completamente el vaso, sintiendo un alivio en la garganta.

Jennie sonrió, tomando el vaso de la mano de Chaeyoung y colocándolo en la mesita de noche. Miró a la menor fijamente, acercándose lentamente a su rostro hasta llegar a unir sus labios en un suave, dulce y lento beso, sonriendo ambas en el proceso.

—Yo te hubiera besado de todas maneras si no te tomabas el medicamento. – confesó, dejando pequeños besitos en los labios de la menor, quien seguía con los ojos cerrados. — Enferma o no, siempre querré besarte, Rosie.

 — Enferma o no, siempre querré besarte, Rosie

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Tᑌᖇᑎ Oᑎ TᕼE ᑕᗩᗰEᖇᗩ - [ᑕᕼᗩEᑎᑎIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora