ʀᴏꜱɪᴇ + ᴘᴀɴQᴜᴇQᴜᴇꜱ = ʙᴇʀʀɪɴᴄʜᴇ ᴛᴏᴛᴀʟ.

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Si había algo que Jennie amaba de Chaeyoung eran los berrinches que la menor hacia cuando no conseguía o algo no le salía como quería

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Si había algo que Jennie amaba de Chaeyoung eran los berrinches que la menor hacia cuando no conseguía o algo no le salía como quería.

Recordaba como hace un par de meses la menor se había obsecionado con un maldito vídeo-juego. Todo iba completamente normal hasta que llegó a un nivel en el que quedo estancada. No importaba cuantas veces lo jugara y lo intentara, nunca pasaba de nivel.

Uno de esos días, Jennie había llegado a su departamento con total tranquilidad y había entrado a este con ganas de relajarse junto a su enviciada novia, pero todos sus planes se vinieron abajo cuando vio a Rosé sentada en el sofá con las piernas y brazos cruzados, mejillas sonrojadas, ceño fruncido y con un mega adorable puchero en su rostro.

De más esta decir que el corazón de Jennie se había derretido por completo ante la ternura que derrochaba su novia.

Y también el que tuvo que consentir a su novia el resto del día.

Pero aquello no importaba. Rosé era su bebé y ella estaba dispuesta a darle todo a su bebé. Todo lo que estuviera a su alcanze, claro está.

Pero aún así, Rosé era su bebé y ella amaba a su bebé con todo su corazón. Y aquello obviamente incluía los berrinches de la menor, aunque a veces la sacaban de sus casillas, pero equis, igual los amaba.

Y en la actualidad, ella estaba viendo como se avecinaba uno de los más grandes berrinches de Rosé.

"Mataré a Jisoo cuando la vea", pensó, sonriendo a la cámara.

Ella amaba a su hermana, aunque pareciera que no, ella verdaderamente lo hacia. Pero odiaba cuando se ponía a darle ideas a Rosé sobre hacer cosas, que obviamente se le dificultaban a la menor, para sus vídeos.

Por ejemplo, cocinar.

Jennie sabía que la cocina no era el fuerte de Rosé, por lo que ella se encargaba la mayoría de las veces de ese ámbito en su relación. Demonios, Rosé no podía poner agua a calentar en una olla porque se evaporaba.

Y que ahora llegara su hermana a darle la estúpida idea a su novia de hacer panqueques de colores y formas... Dios, definitivamente la mataría en cuánto la viera.

No le importaba ser hija única después de todo.

—Ouh~... – se quejó Rosé al ver, como por mílesima vez en lo que llevaban grabando, el panqueque se deformaba al tratar de quitarlo del sarten.

El pobre panqueque, que al principio era de forma de corazón, había quedado completamente sin forma.

—Tranquila, Rosie, en algún momento te saldra. – dijo Jennie, tratando de animar a su novia. — Siempre se puede editar el vídeo y- – se frenó al levantar la mirada por completo y ver los ojos de Rosé con los ojos llenos de lágrimas. — Aigo~, ¿por qué lloras?

—Quiero hacer un panqueque en forma de corazón para ti y no me sale. – murmuró, el labio inferior de la menor comenzó a temblar. A Jennie se le escapó una pequeña risita. Rosé frunció el ceño aún más y se cruzó de brazos. — Ya no quiero hacer nada. – dijo, pataleando en el suelo como una niña pequeña antes de dar media vuelta y salir de la cocina.

Jennie soltó un suspiro antes de levantarse de la banca, apagar la cámara y caminar detrás de su novia. Cuando la encontró en la habitación que compartían, se arrodillo en el suelo a su lado.

Rosé hizo todo un proceso para voltearse y darle la espalda a Jennie.

—No quise reírme, lo siento. – dijo, comenzando a picar la espalda de su novia con la punta de un dedo. — Es que me inspiraste demasiada ternura.

—Mentirosa. – dijo Rosé. Jennie rodó los ojos con una sonrisa en su rostro.

—Hablo en serio, lo siento. – se levantó un poco, lo suficiente para comenzar a repartir besitos en el rostro de la menor. — Vamos, te enseñare como hacer las formas sin que se te desarmen, quemen o peguen hasta que logres hacerlo tú sola.

—¿Y luego? – preguntó Rosé. Jennie frunció el ceño confundida.

—Luego, ¿qué?

Rosé se volteó hasta encarar a Jennie. La mayor miró a los ojos de la menor fijamente, tratando de adivinar lo que fuera que pasaba por su mente. Y así estuvo durante varios segundos hasta que recordó lo que siempre su novia quería luego de un berrinche.

—Bueno, mientras más pronto terminemos el vídeo, más pronto recibiras mimos y cariñitos, Rosie. – dijo, sonriendo llena de ternura al ver la linda sonrisa que aparecia en el rostro de la menor.

—¡Apresurate! – exclamó la menor, levantándose de la cama y salir de la habitación de forma rápida.

Jennie rodó los ojos y soltó una risita antes de levantarse y seguir a su novia.

—Voy.

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Tᑌᖇᑎ Oᑎ TᕼE ᑕᗩᗰEᖇᗩ - [ᑕᕼᗩEᑎᑎIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora