C VIII: Yo puedo

134 22 2
                                    

Era estúpido lo reconocía pero era también tan molesto.

De la nada Huesos había empezado a pedir mas tiempo con Ferdinand, entrenando... Bailando... Almorzando...

"¿No que estaba tratando de conquistarme?" Los pensamientos de Valiente se hacían más fuertes y con ellos más furiosos.

Desde que llegaron a estás tierras prácticamente no se habían separado por mucho y ahora estaba ahí, sonriendo como un tonto frente al toro más pequeño.

Y luego con Guapo... Este toro de sonrisas molestas parecía esforzarse por llamar la atención del toro floreado.

Lo peor de esto era que no podía verlos ni siquiera como dignos del toro líder, lo que solo lo ponía en una posición más molesta.

Al final terminó robándose al gran toro, sonreía tanto que no parecía haber sido secuestrado pero no importo.

Tuvo su siesta habitual al lado del florido toro que apoyo su cabeza en su espalda lo que no era molesto, aunque aún era extraño...

Vio a los molestos toros en la base de la colina y se permitió burlarse con una simple sonrisa.

Después de ello aunque los molestos toros aún trataban de llamar la atención del toro líder logro deshacerse de ellos con relativa facilidad.

Muchas veces solo debía llamar ligeramente al gran toro para que esté llegara a su lado de nuevo.

Sonriendo como un borrego retomando la conversación del momento, era divertido a su parecer ver cómo esa bola de toros miraban decepcionados la situación.

El toro más grande parecía de lo más contento aunque no lo entendía, pero era agradable tenerlo a su lado así que estaba bien... Siempre y cuando no mencionara nada sobre el tema de gustarle.

Terminaban en alguna situación incómoda y la verdad nadie quería eso.

La última vez por poco y el gran toro se pone a llorar... Realmente no estaba orgulloso de lo que tuvo que hacer para calmarlo.

Después de 'calmar' al gran toro con algo de contacto termino con un masaje en su espalda y agradecía haberle dicho que lo hiciera suave... Aunque no estaba del todo cómodo con que le pidiera un 'abrazo' que si eran honestos era imposible de hacer.

Sus cuerpos eran demasiado grandes como para tener ese contacto como tal pero el toro logró subirse un poco para asimilar la idea de un abrazo...

Después de ello sus encuentros fueron... Más problemáticos, el toro pedía al menos un abrazo y muchas veces acababan rodando por la colina en uno de sus intentos.

Era algo divertido no podía negarlo pero era extraño ese actuar... Aún no se acostumbraba del todo a ello.

Después de ello, cada noche no solo se conformaba con estar durmiendo a su lado, ahora también dejaba su cabeza sobre su espalda... Era cálido... Se sentía demasiado cómodo a decir verdad.

Lo que... De alguna manera no le gustaba. Pero tampoco se quejaba así que posiblemente continuarían con esa extraña dinámica entre ellos... Al menos hasta que se cansará de estos o lo más probable, solo se acostumbrara.

------------------------>

Actualización!!!

Ahhhhhh!!!

Espero y les haya gustado!!

Sin mas que decir hasta un próximo capítulo!!!

El territorio de FerdinandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora