C IX: Tal vez

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Solo había sido un maldito 'tal vez', no acepto nada pero una vez más la emoción del gran toro fue más rápido que su razonamiento.

En su defensa le había dicho eso ya que había sido la quinta vez en un día donde le pedía formarse como pareja... Y aunque le molestará verse como una vaca a su lado, tampoco podía negar que no disfrutaba del trato privilegiado.

Ser continuamente cuidado y tratado con tanto tacto era tan agradable, comparado a como se comportaba con el resto le daba un aire superior.

Es decir, a los demás les hablaba prácticamente con un tono alegre claro... Pero muy básico. A él le trataba muy bien.

Las preguntas eran tan continúas... "¿Estás bien? ¿Te hace frío? ¿Quieres quedarte a dormir hoy? ¿Tienes hambre? ¿Vamos a dar una vuelta?" Daba muchas mas preguntas pero eran las habituales.

Y claro esos cuidados en su cama compartida... Después de un par de refacciones a los muros se encargo de hacerlo lo más acogedor posible.

Teniendo un suelo mucho más acolchado que el resto a quien presumía claramente y con las paredes recubiertas para no pasar frío... Se estaba esforzando en verdad y de alguna manera eso le hacía sentir algo cálido en el pecho... Una sensación tan confusa y tan agradable.

No era tampoco indiferente con el toro, tenía sus pequeños momentos donde hacia sonreír al toro... Cómo cuando lo llevaba a la cama cada vez que se le ocurría dormir en la colina.

En efecto solo el podría llevarlo así, era imposible que alguno de los demás pudiera, lo que lo hacía de alguna manera extraña feliz.

O cuando hacía el esfuerzo de levantarse tan temprano para acompañar al toro en sus deberes, muchas veces solo le veía desde lejos pero siempre trataba de estar a la vista del toro líder para hacerle saber que estaba pendiente a este.

O cuando se hacía cargo de mantener bien alimentado al glotón que tenía por toro líder, siempre le llevaba a por alguna fruta o merienda que necesitará. Se volvió en una rutina que tenían...

Y ahora... Ahora tenía al toro más que feliz saltando de aquí a allá haciendo temblar el suelo.

Lo dejo ser feliz, se acomodo en el suelo para una siesta merecida y fue rápidamente acompañado por el toro más grande que se acomodo atrás suyo, sentía ese inconfundible calor en su espalda, era más que obvio que ya para este punto se había acostumbrado a ello.

Cada noche teniendo al gran toro a su lado brindando su calor en noches frías y claro... Sofocarlo en noches calientes.

Pero sabía bien que todo esto radicaba de un buen pensamiento... Cómo antes de romperse el cuerno. Pensó incluso después de ello en él... Valoro su vida cuando su carrera como guerrero había acabado... Cuando ni siquiera el ya se sentía digno de vivir.

Sabía molestarlo para que se esforzará más... Para que fuera más, como cuando se esforzaron para liberar a Guapo juntos... Juntos...

Esa palabra era mucho aún... Atemorizante en realidad, para un toro como él.

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Tienen idea de lo feliz que me pone cuando escriben comentarios?

No importa dónde en realidad... Soy tan feliz de saber que les gusta mi contenido que me pone tan feliz que me pongo a escribir...

Está historia en realidad me ha hecho pensar mucho, la complejidad del orgullo que tiene valiente es algo increíble de abordar

La dedicación de Ferdinand habla mucho de su crianza lo que solo me llena de alegría

Pero bueno, yo divagando

Espero y les haya gustado, sin mas que decir hasta un próximo capítulo!!

El territorio de FerdinandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora