Capitulo 35: Última Carta de Amor

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A veces cuando la vida te golpea fuertemente, siempre puedes levantarte con el apoyo correcto, A sido un largo camino Brandon, creo que ya es hora de que vuelvas a descubrir que es la felicidad

Aun no habiendo sufrido ningún daño en el accidente, el chico fue llevado al hospital para una revisión, no dejo de llorar ni un minuto, preguntando donde estaba su hermana, que quería estar con ella, que lo llevaran con ella, todos lo miraban con tristeza y no se atrevían a decirle nada. Al no tener familia a quien acudir, servicios sociales se encargaron del chico y no tardaron en llamar al Orfanato mas cercano, en menos de diez minutos, la Hermana Margaret ya se encontraba en el Hospital, Brandon no tardo en correr y perderse en sus brazos, llorando aun mas fuerte.

-Se fue Hermana! Mi hermana se fue!

-Sniff… lo se hijo… lo se, oh Dios… ¿Por qué pasan estas cosas?

Brandon lloro hasta que su cuerpo ya no pudo mas y sucumbió ante la fatiga.

Naturalmente como debía pasar, hubo una investigación, al igual que a su hermana, a Brandon no podía importarle menos los detalles, un conductor que se quedo dormido, no freno a tiempo, blah blah blah, lo único que importaba es que había perdido a su hermana, en lo que a el respectaba, ese hombre podía pudrirse donde estuviera. Hubo una ceremonia para hacer tributo a las personas fallecidas en el lugar, Brandon estuvo ahí, gracias a sus conexiones, la Directora Helen había conseguido un lugar y féretro para poder enterrar a Helen, el acto fue hermoso, muchos niños y jóvenes del Orfanato estuvieron ahí, así como muchas personas de la comunidad. Brandon no dejaba de abrazar el ataúd mientras el Padre hablaba, le rompió el corazón a mas de uno ver al peliblanco de ese modo. Una vez terminado el entierro, la Directora junto con una trabajadora social, acompañaron al chico al apartamento de su hermana.

-Ok Brandon, tienes una hora para reunir tus cosas, una vez que lo hagas, te ayudare a empacar.

-Si Hermana…

La voz de Brandon se escuchaba sin nada de vida, casi como si le costara hablar, la Directora sabia que al chico le esperaba una larga recuperación… justo como paso con Helen. Brandon se dirigió a su habitación, selecciono la ropa que mas le gustaba o que en mejor estado tuviera, bastantes de sus juguetes, esos no le importaban mucho pero tal vez a los chicos del Orfanato les gustarían, saco sus dos cajas de tesoros donde guardaba sus objetos mas preciados y el dinero que había ahorrado de sus mesadas… había planeado comprarle algo lindo a Helen para su cumpleaños… una vez mas sintió la depresión invadirlo pero no tenia tiempo para eso, guardando todo lo que creyera muy importante en sus cajas, Brandon salió de la habitación, estaba a punto de acudir a la hermana Margaret para decirle que había terminado pero luego recordó las ultimas palabras de Helen, lentamente camino hacia la habitación de su hermana, reviso primero la mesa de noche, en efecto ahí había un pequeño regalo cuadrado, rompiendo la envoltura sin nada de delicadeza, observo una foto de el y Helen enmarcada, ambos vestían ropas de expedición, recordaba el día que se la tomaron, fue en su cumpleaños numero cinco, habían ido a acampar en el bosque como el le había pedido, fue toda una aventura ese día, la acaricio con cariño y la guardo en su caja y procedió a buscar el segundo objeto… ayudándose de una mini escalera, subió y busco al fondo de la parte alta del closet, detrás de un tablón de madera roto, ahí lo encontró… sin pensarlo mucho, guardo el paquete en el compartimiento secreto de una de sus cajas y se dispuso a bajar pero perdió el equilibrio y callo y sin querer, hizo algunas de las cosas de Helen cayeran al piso sobre el, pasado el dolor sobre su cabeza, observo que había en el piso.

-Hmmmm, a Helen si que le gustaba guardar muchas cosas veamos… adornos navideños, disfraces de Halloween, álbumes de fotos… ¿Uh?

THE LOUD HOUSE: El Doceavo Loud Donde viven las historias. Descúbrelo ahora