Extra #5

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And if I may just take your breath away,

I don't mind if there's not much to say,

Sometimes the silence guides a mind,

To move to a place so far away

-Sweater Weather

Axel.

Sé que Christine me dijo que lo dejara estar, pero no podía. Tenía que hablar con Arthur.

Ya me odió una vez por creer que le tiraba a Michelle, no necesito su llamarada de odio por haber embarazado a su hermana.

Así que para esto habían dos soluciones, o arreglaba las cosas o terminaba peor que una nariz ensangrentada.

Han pasado solo tres días luego de la noticia del embarazo, estando aquí los señores Müller, Christine pasa mucho más tiempo con ellos en la mansión de Arthur.

Sus padres me han invitado cada vez que ella va, y me he negado queriendo darle tiempo para que hablen entre ellos ya que duran bastante sin verse, pero esta vez no me negué a venir.

Christine estaba abajo en el jardín con sus padres probablemente hablando de su embarazo o alguna otra cosa. El chico Stone vive aquí pero no lo he visto salir de su habitación, tal vez esté abrumado por tanta gente en el mismo lugar.

Los días en la cárcel deben de ser duros.

Dile eso a tu padre.

Tema aparte.

Me dejé llevar de mis impulsos y me dirigí hacia el despacho de Arthur en lugar de a la cocina, lo cual fue lo que dije anteriormente para escaparme. Me detuve al finalizar el pasillo y quedar frente a la puerta.

Estaba a punto de tocar cuando se escucharon unos sonidos inconfundibles de gemidos y palabras. La sangre dejó mi rostro, sentí asco pero no por los sonidos, sino por la idea en mi cabeza de Michelle y Arthur teniendo sexo.

—Maldición, no —hice una mueca, alejándome.

Lo hice lo suficiente, esperando de manera impaciente hasta el tiempo que creía podía darle para que terminen. Cuando lo sentí más que demasiado, me acerqué y toqué la puerta.

Esperé por su permiso y sólo cuando escuché su voz, abrí la puerta. Cómo era de esperarse no luce feliz de verme, estoy seguro de que se habría abalanzado a mí para golpearme nuevamente.

Aprieto los labios, Michelle sonríe invitándome a entrar mientras que su esposo canaliza la paz interior que no tiene.

—Axel, ¿qué pasa? ¿Christine está bien?

Asiento sin poder dejar de sonreír. Era tierno ver cómo se alegraba por nuestra nueva situación, pese a que no estábamos juntos y era claro, ella seguía pensando que teníamos un futuro.

También lo creo, la única en oposición era Christine.

—Perfectamente.

—Oh, ¿entonces qué...

—Quiero hablar con tu esposo, Michelle.

Ella frunce las cejas mirándonos a ambos, parece recordar lo sucedido anteriormente entre nosotros porque asiente y se levanta arreglando su vestido disimuladamente. Carraspeo, desviando la mirada.

Demasiado incómodo.

—Bien, los dejaré solos. Arthur, no te atrevas a golpearlo de nuevo.

Solo hay un gruñido como respuesta para esa advertencia, aprieto los labios. Pese a que estaba nervioso, no tenía miedo.

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⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

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