capitulo 1

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JEON:

Son  en las noches como estas cuando más extraño a mi madre.
O supongo que, tal vez, solo extraño tener una familia. Alguien con
quien volver a casa.
El viento se levanta fuera, enviando ráfagas de nieve y hojas muertas
que caen por la calle desierta. Cerca de las seis de la tarde de un martes de
Febrero, la ciudad de Gamcheon , Bussan , está muerta. Todo el mundo
está en casa, acurrucado con sus seres queridos y tratando de mantenerse
caliente.
Anoche cayó otro metro de nieve y dicen que esta noche caerá aún más.
Habiendo crecido en Seúl, estoy acostumbrado al frío, pero por alguna
razón, siempre parece ser más frío aquí a lo largo de los Grandes Lagos.Y las montañas
Sigo mirando por la ventana, observando cómo Junji , el
director del banco que está tres puertas más abajo, se ciñe el abrigo y cruza
la calle a toda prisa hacia su coche. Lo veo sonreír y saludar a Betty Ginter
antes de subir, pero ambos me ignoran.
No me gustan las conversaciones triviales y, con los años, todos han
aprendido a dejarme en paz.
Así es como me gusta. Así es más fácil mantenerse a salvo. No pueden
dejarte si nunca estuvieron en la vida del otro para empezar.

«¿Es más fácil?», me pregunta mi subconsciente, pero aparto ese
pensamiento.

Betty termina de cerrar su tienda de artesanía antes de dirigirse a toda
prisa a su coche. El viento cierra la puerta de golpe antes de que ella pueda
cerrarla y veo cómo se aleja del bordillo, dirigiéndose hacia el oeste de la
ciudad. Probablemente debería prepararme para volver a casa antes de que
el tiempo empeore.
Apenas me pasa por la cabeza ese pensamiento, suena el timbre de la
puerta principal y alguien entra corriendo.

—Menos mal que todavía está abierto —dice un dulce y melódica voz,

y yo gruño, deseando haber trancado la puerta un poco antes.

El  chico se abre paso por un pasillo, la parte superior de su sudadera
con capucha entra y sale de mi vista mientras busca lo que sea que esté
buscando.

—¿Puedo ayudarte a encontrar algo? —pregunto con una voz
decididamente poco amistosa.

—¡Oh! ¡Debería haberme presentado! Soy Park Jimin  tu nuevo vecino . Acabo de comprar el local de al lado y voy a abrir mi tienda de
dulces en unos días.

—¿Dulce Tentación? —pregunto, recordando el brillante cartel de color
pastel que habían puesto ayer.

—¡Ese soy yo! —dice emocionado y yo frunzo el ceño.

El otro día miré la vitrina de la tienda y parece que Barbie hubiera
vomitado allí. Todo es de color rosa brillante, morado y amarillo. Me
pregunto cómo puede trabajar allí y no tener un dolor de cabeza al final del
día. No podrías pagarme por poner un pie en esa tienda.

—Estupendo —murmuro,

justo cuando llega a la esquina y tira todo lo
que ha tomado en el mostrador.

¿Sabes esos momentos en los que tienes la sensación de que estás
completamente jodido? ¿Esa sensación de hundimiento en el estómago,
como si supieras que todo tu mundo está a punto de ponerse patas arriba?

Eso es lo que ocurre la primera vez que miro a mi nuevo vecino

El pelo, tan pálido que parece blanco, le cuelga hasta cubrir parte de su cuello y no
puedo dejar de imaginar lo que sentiría al envolver todo ese pelo en mi
puño y tirar de él mientras lo monto con fuerza por detrás.
Tiene los ojos más grandes y azules que he visto nunca en una cara
redonda con pómulos altos y una dulce nariz de botón. Las pecas danzan
por su nariz y sus mejillas, y siento el extraño deseo de besarlas todas...

Frunzo el ceño, no me gusta cómo me hace sentir, pero no puedo parar.
Mis ojos recorren su fina sudadera con capucha y frunzo más el ceño.
Debería llevar algo más grueso si va a estar corriendo con este tiempo.
Quiero darle mi chaqueta, pero me detengo cuando mis ojos se detienen en sus caderas.
Su cara puede parecer un ángel, pero cuando mis ojos bajan por su cuerpo ,, sé que está hecho para el pecado.

Una perfecta figura de reloj de arena que mis dedos cosquillean por
explorar. Sus caderas son anchas, lo que lleva a una cintura estrecha que
mis manos podrían agarrar. Tiene muchas curvas y se me hace agua la boca
al imaginarme pasando horas explorando cada centímetro de el..

—Solo esto —dice, mirándome fijamente con el más bonito rubor que
empieza a manchar sus mejillas.
Miro hacia abajo, observando el yeso de la pared, el martillo y el
destornillador.

—¿Qué estás arreglando?

—Hay un agujero en la pared. Esta de aquí —dice,

señalando el que
conecta con mi tienda.
Mis ojos se llenan de visiones de el tropezando y clavando el martillo
en la pared y en mi tienda.

—¿Por qué no lo arreglo por ti? me ofrezco antes de poder
detenerme.
Me digo a mí mismo que es solo porque no quiero que estropee mi tienda pero cuando me sonríe como si fuera su héroe y mi corazón empieza
a acelerarse, tengo que preguntarme si realmente fue por eso por lo que me
ofrecí.

—¡Eso sería genial! Estuve viendo videos de YouTube y creo que puedo
hacerlo yo mismo, pero realmente no tengo en mi presupuesto pagarle a
alguien si solo termino empeorándolo.

—Claro —digo, intentando apartar mi mirada.. el tiempo
suficiente para registrar sus compras.

—¿Cuánto tiempo has vivido aquí? Parece que todos los que he
conocido hasta ahora han nacido y se han criado aquí —

dice mientras mira
el cielo que se oscurece.

—Me mudé aquí hace unos años. Me crié en Seúl —le digo y luego
me pregunto por qué le he dicho eso....

—¡Qué bien! Soy de Seúl también , pero siempre he querido vivir aquí,
junto al agua, en algún pueblecito, y Gamcheon es tan bonito.

Asiento con la cabeza, dejándolo hablar de todo lo que ha visto aquí y
de lo amables que han sido todos con el. En circunstancias normales, la
gente burbujeante me pone de los nervios, pero no me siento así al escuchar
a jimin  hablar sin parar.

—¿Cuál es tu nombre? Te he dicho el mío, pero no me has dicho el tuyo dice, cogiendo su bolso y deslizándome algo de dinero.

—jeon jungkook

—Es un placer conocerte, Jeon  Probablemente quieras volver a casa
antes de que empiece a nevar, pero estaré por aquí mañana y el resto de la
semana si quieres pasarte a echar un vistazo al agujero.

—Puedo ir ahora —me oigo decir y me pregunto qué demonios me ha
pasado.

—¿De verdad? Sería estupendo.

Me dedica otra de esas sonrisas que me hacen sentir de tres metros de
altura y cojo mi abrigo de invierno y las llaves. Cierro mi propia tienda y
me dirijo a la siguiente puerta para echar un vistazo al agujero de Jimin .
Solo que no es el que realmente quiero llenar....

MY SWEET SWEET TEMPTATIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora