𝐁𝐈𝐋𝐋𝐅𝐎𝐑𝐃 𝐌𝐄𝐗𝐈𝐂𝐀𝐍𝐎.

Sobreviviendo a los cholos.

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-Bill-

¿Cómo terminé metido en una de las colonias más peligrosas de mazatlán?

Cosas en la vida de un pobre.

—¿De verdad vives en esa colonia?

Es que, de verdad no puedo creerlo. Pino debería estar muerto a este punto.

—Sí, ¿por qué tanta sorpresa?

—No, "pos" por nada... ¿Y si mejor vas tú solito? Es que me da culo.

Pino se rió y me jaló del brazo hasta la entrada de un panteón.

—¿Que prefieres, beaner; entrar a este panteón que se ve que te espantan peor que en la isla de las muñecas. O ir a esa colonia que ni miedo da?

—El panteón.

Le valió verga y me llevó hasta esa perra colonia.

Entramos y la gente nos veía. Más a mi, saben quién soy, piensan que aún tengo todo ese dinero.

En fin, no recordemos cosas sin importancia.

— Güey me quiero ir.

—Ya casi llegamos, wait a little, badly dyed blonde.

—No hablo chin chuan chan, ¿Qué dijiste?

—Que te esperes, cosa bonita.

No le creo, eso no dijo.

—¡¡Oye, rubio, yo a ti te conozco!!

Puta madre.

—Stanford, córrele güey.

—¿Eh?

—¡¡CÓRRELE VERGAA!!

Salimos corriendo más rápido que el pinche rayo "macuin", nos caímos más de una vez mientras un pendejo nos perseguía con un machete.

—¡¿BEANER QUE ESTÁ PASANDO?!

—¡CIERRA EL OCICO Y CORRE, VERGA!

—¡RUBIO, DAME TU DINERO!

¿¡CÓMO LE EXPLICO QUE YA NO TENGO MI DINERO?!

—¡¡YA NO TENGO GÜEY!!

—¡¿CÓMO VERGAS NO?! TUS PAPÁS HASTA CAGAN DINERO.

Mejor ya no le digo nada y me largo.

. . .

Logramos perderlo, creo. En fin, ya estábamos cerca de la casa cuando de la nada salió un maliante, otro.

—Ahora sí, cartera y celular.

—Ni vergas.

Saqué una pistola y le dí un plomazo al ratero, ¿por qué no la usé antes? Pues porque quería que el gringo se espantara.

—Oh fuck, did you kill him?

—Háblame en español papito.

—Que si lo mataste.

—Ah, seh. Ahí va a sobrevivir, ha de aguantar vara.