Frijolero y el Pino.

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-Bill-
Hoy estoy hasta la madre, de que me pongan sombrero. No me llamen frijolero.

Siempre que paso cerca de un gringo (en fachas) me dice frijolero.

Pinche gringo puñetero.

Me dicen:

"¡¡Hey frijolerooooo!!'

"¡¡Hey, guys! Ahí va el frijolero"

Y se cagan de risa.

Me traen harto. Si pudiera les echo fuego a todos y se acaba el puto pedo.

¿Y ahora?

Estoy llevando a un gringo pendejo hacia la cueva del diablo porque parece que no tiene nada más que hacer en su vida de gringo.

Creo que se aburrió de hacer tiroteos o de venderle armas a los menores. Yo que sé.

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—Hey, mexican. ¿Por dónde vamos?

Bill rodó los ojos notablemente fastidiado.

—Ni hemos salido, baboso. Primero tienes que prepararte.

—¿Para qué?

—¿Cómo que pa' qué? Pues no mames güero, ¿crees que vamos al pinche Xochimilco a pasear en trajineras o qué?

El gringo lo miró confundido y ladeando la cabeza preguntó.

—¿Wha- Qué es una "trayinera"?

—Se dice trajinera. Y me da hueva explicarte.

—Ah, pinche frijolero grosero.

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-Bill-

El colmo.

El puto colmo.

Ahora sí ya estoy hasta la madre. Todavía que ayudo a este pendejo todo estúpido cuyo nombre no me sé (y ni me interesa). ¿Cómo tiene los huevos de tratar así a alguien que lo puede llevar a cualquier otro lado y tasajearlo?

Que no mame, está pendejo.

O es muy valiente, o muy imbécil.

—¿Cómo te llamas?

Pregunté.

—Stanford Pines.

—¿Pines?

—Sí.

—Ahora te diré pino. Por andarme diciendo frijolero.

—¿Qué?

Bueno, ya tenía como hacerle bullying. En fin, lo llevaré a esa mentada cueva. Total, mejor para mí si se petatea.

—Bueno, ya. Vayamos por tus cosas, vamos a preparar todo y pasado mañana saldremos cuando pasen el medio día.

—¿Por qué después del medio día?

Este hombre de verdad que es una prueba para mí paciencia.

—Porque el calor está de puta madre. Y no de buena forma. Así que, si tú te quieres asar y terminar como un pollo de la taquería de don Juan; adelante.

Se quedó callado y solo asintió. Ay pobrecito, casi me dió lástima.

—Entonces...¿Dónde te estás quedando?

—No sé, se llama algo como —Miró hacia el cielo y ladeó la cabeza—, Colonia Urías, supongo.

—No mames, cabrón. ¿Cómo vergas sigues vivo?

—No sé.

Ahora nuevo pedo, ir a esa colonia sin salir balaceado.

Dios en ti confío.


















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Oki, se que no está tan chido pero m vale. Me divierte escribir esto. Más adelante habrá más profundidad en la historia de estos dos y se desarrollará LENTAMENTE su relación.

𝐁𝐈𝐋𝐋𝐅𝐎𝐑𝐃 𝐌𝐄𝐗𝐈𝐂𝐀𝐍𝐎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora