El último pétalo

06

Harry estaba cansado, era realmente agotador hacia la tarea de la mayoría de sus compañeros ¡incluso de grados mayores!

estaba cansado ni todas las tareas de los Dursley se sentían asi, lavaba, planchaba y doblaba ropa además de mantener limpia toda la torre. Para no levantar sospechas a los profesores aprendió a imitar la letra de sus compañeros, realizaba sus tareas ensayos y demás mientras ellos estaban descansando. No sabia como se había mantenido todavía en pie casi no comía ni dormía mucho, a veces se el sueño le vencía y tomaba una siesta en historia de la magia.

Estaban en clases de vuelo Harry, con sus compañeros se dirigían al campo de Quidditch, el corazón latiéndoles a mil por hora. La emoción de volar en una escoba era algo que nunca habían experimentado. La profesora Hooch, una mujer severa con gafas de media luna, los esperaba junto a un montón de escobas relucientes.

Hooch explicó las reglas básicas: agarrarse firmemente, montar con seguridad y, sobre todo, no despegar hasta que ella diera la señal. Los estudiantes se subieron a sus escobas, sintiendo la madera fría bajo sus manos. Harry se sintió un poco inseguro

Cuando Hooch gritó "¡Ya!", todos los estudiantes levantaron los pies del suelo. Harry se elevó lentamente, sintiendo el viento en su rostro. Al principio, se sentía como si flotara, pero pronto se dio cuenta de que controlar la escoba era más difícil de lo que parecía. La escoba se balanceaba de un lado a otro, y Harry tuvo que concentrarse para mantener el equilibrio.

De repente, se oyó un grito. Neville Longbottom había perdido el control de su escoba y se había elevado demasiado alto. La escoba se balanceaba peligrosamente, y Neville parecía a punto de caerse. Harry, sin pensarlo dos veces, se lanzó en su ayuda. Voló hacia Neville a toda velocidad y logró agarrarlo justo antes de que se estrellara contra el suelo.

Hooch estaba furiosa y dictamino un castigo para Harry, y la clase se dio por terminada.

Con un suspiro el niño castigado se quedo en el campo recogiendo las escobas para llevarlas al almacenamiento donde comenzó a pulirlas y a limpiarlas cuando

-Te ayudo- una voz suave y cautelosa se dio a conocer era Neville

-No... enserio por favor vete es mi castigo no tuyo asi que ten la amabilidad de irte- respondió Harry a este punto el cansancio y el enojo estaban en su punto mas alto y no quería desquitarse con el niño que no tenia la culpa de que el haya desobedecido las ordenes de Hooch

-Pero..-

-Vete Neville por favor- replico Harry esta vez vio como el niño se iba espero unos segundos y un sollozo resonó por todo el lugar, solo ese lugar fue testigo de el pequeño segundo de debilidad del niño.

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El campo de Quidditch bullía de emoción. Los colores de Gryffindor y Slytherin inundaban las gradas, y el rugido de la multitud era ensordecedor. Para Harry Potter, este era su gran debut como buscador. Sus manos sudaban al sujetar la escoba nueva, un regalo de Sirius Black.

Cuando el profesor Hooch dio la señal, todos los jugadores se elevaron en el aire. Harry sintió una mezcla de euforia y nerviosismo. La escoba respondía a sus movimientos con una facilidad sorprendente, y enseguida se encontró surcando los cielos junto a los demás jugadores.

La partida comenzó con un ritmo frenético. Los golpeadores lanzaban bludgers con fuerza, los cazadores luchaban por la quaffle y los guardianes defendían sus aros con ferocidad. Harry, con la mirada fija en la Snitch Dorada, se movía ágilmente entre los jugadores, esquivando bludgers y los intentos de captura de el buscador de Slytherin.

La tensión aumentó cuando un bludger golpeó ael guardián de Gryffindor, dejándolo aturdido. Slytherin aprovechó la oportunidad y anotó varios goles. Las gradas de Gryffindor se llenaron de abucheos.