Capitulo 11

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Cuando abri cuidadosamente la puerta de mi dormitorio, encontré a Georg en el medio de la habitación con una gran maleta.

- ¿Dónde está Tom?- Casi susurré con la cabeza entre la puerta y el marco. El hombre de ojos verdes me miró y sonrió.

-En la biblioteca, creo. ¿Quieres ir con él? Ahora hablará con su consejero, pero tengo órdenes de llevárte a Tom cada vez que lo necesite.

Entré y cerré la puerta.

-Definitivamente no quiero.- Dije, agitando las manos.- ¿Te dijo que me empacaras?

- Tienes que irte en una hora, asi que necesitarás ayuda, a menos que no la quieras.- Dijo Georg todavia estaba desplegando las maletas.

-Deja de dirigirte a mi de esa manera.

Georg sonrió y asintió, señalando que estaba dispuesto a aceptar mi
oferta

-¿Por qué no me dices a dónde vamos?.- Yo pregunté

-A Nápoles, Roma y Venecia-respondió. - Luego a la Costa Azul

Abri bien los ojos, sorprendido. No he viajado tanto como Tom pensaba mostrarme en los próximos dias.

-¿Conoce el propósito de cada una de nuestras visitas?
- pregunté. -Me gustaria saber qué ropa llevar.

Georg dejó de desplegar las maletas y se dirigió al vestidor.

-Básicamente, sí, pero no debería decirtelo. Tom te explicará todo. Te ayudaré a empacar la ropa adecuada, no te preocupes. -Me guiñó un ojo.- La moda es mi especialidad.

-Si es asi, confiaré en ti al 100%. Ya que tengo menos de una hora.- Georg asintió con la cabeza y desapareció en el abismo de un exquisito gran vestidor.

Entré en el baño, donde el olor del deseo todavía estaba presente.- No lo soporto,.- Pensé. Volvi al dormitorio, lo atravesé, entré en el vestidor y me volvi hacia Georg.

- ¿Ya llegaron mis cosas de la casa de Luca?.- El hombre abrió uno de los grandes armarios y apuntó con su mano a las cajas. -Si, pero Tom dijo que no las movieramos. - Excelente.- Pensé.-¿Puedes dejarme sola un momento?

Antes de que pudiera voltearme para mirarlo, estaba de pie solo en el medio de la habitación. Me lancé a escarbar en cajas buscando lo único que me interesaba: mi colega Pink un vibrador rosa. Cuando finalmente lo tuve en mis manos después de un buen cuarto de hora y habia hojeado docenas de cajas, me senti aliviado de respirar. Lo escondi en el bolsillo de mi bata y fui al baño. Georg estaba de pie en el balcón, esperando una señal mia.

Corriendo por la habitación, asenti con la cabeza y él regresó al lugar que yo habia abandonado rápidamente.

Saqué a Pink de mi bolsillo y lo lavé a fondo. Me quejé al verlo, era mi mejor amigo en ese momento. Miré alrededor del baño, buscando un lugar conveniente. Me gustaba masturbarme, tumbarme cómodamente, no podia hacerlo con prisas ni en posición inclinada. El dormitorio sería lo mejor, pero la presencia de mi asistente fue una distracción. En la esquina del baño, junto al aseo, había una moderna chaise longue de cuero blanco. No será el lugar más cómodo. Estaba tan desesperado que me tumbaria en el suelo en un momento,

El chaise longue era sorprendentemente suave y se adaptaba perfectamente a mi altura. Solté el cinturón de mi bata de baño, y cayó a ambos lados de mi cuerpo. Me quedé desnudo y sediento de un orgasmo. Lami dos dedos y los deslicé juntos para reducir la fricción.

Lentamente fue humedeciendo mi entrada, paseando mis dedos sobre esta. Encendi el vibrador y lentamente deslicé el dildo en mi palpitante interior.

A medida que la parte más gruesa se hundia más y más en mi, un escalofrio recorrió mi cuerpo y supe que no necesitaría mucho tiempo para ponerme cómodo. Con mi otra mano comencé a masturbarme suavemente, mientras en grueso pene entraba y salía de mi interior. Cerré los ojos. Sólo tenía una vista en mi cabeza y era la única que quería ver ahora: Tom de pie en la ducha, con su hermosa polla en las manos.

365 Días, Para Enamorarte. (Tws/Toll) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora