Capítulo 10

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¿ERROR O NO?

Aurora.

Realmente pensé que me arrancaría la ropa ahí mismo, pero me equivoqué. El tipo tenía autocontrol, sorprendentemente.

—... pero cada quien. —se encogió de hombros. —. Ahora, asegúreme que va a cooperar.

Entreabrí los ojos cuando volvió a presionar su rodilla contra mi entrepierna, esta vez no pude evitar frotarme un poco. Suspiré de forma entrecortada. La escena estaba tan mal que me calentaba el doble.

La mirada de Lennox se oscureció. Me pareció peligroso, lo cual, bueno, me encendió más.

—Ujum... —asentí con la respiración acelerada.

Volvió a presionar, haciéndome entreabrir los labios, complacida. Cada vez sentía más presión en mi punto.

—Esa no es una respuesta, señorita Sinclair.

Tenía que dársela, sino me desconocería pidiéndole que me follara ahí mismo.

—Cooperaré, lo haré. —me apresuré a decir.

—No esperaba menos. —y me soltó.

La falta de contacto molestó a mi cuerpo, pero decidí no prestarle atención, ya me echaría un baño de agua fría más tarde.

—¿Qué es...? —al notar que mi voz salía ronca, carraspeé —. ¿Qué quieres que haga?

—Que respondas a lo que te pregunte. —dijo, seco, acomodándose el traje.

Ni siquiera parecía que acababa de masturbarme con su rodilla.

Me crucé de brazos cuando una ráfaga de viento nos atacó. Fue lo mejor que me pudo pasar. La calentura disminuía de a poco, aunque la sensación necesitada en mi coño no se iba.

—Pregunta entonces.

Cerró los ojos un momento como si se estuviera conteniendo de algo. No lo entendí y decidí, por mi salud sexual, mirar hacia otro lado. Cuando avancé hasta que la camioneta no pudo ocultarme, me dio la sensación de que estaba siendo observada.

—¿Hay guardias vigilando la zona? —le pregunté a Lennox sin mirarlo.

Sabía la respuesta, pero prefería asegurarme de no estarme equivocando.

—Si. —respondió, colocándose a mi lado mientras avanzábamos —. ¿Qué piensas qué pasó aquí?

"¿No lo sabes ya?" Quise preguntarle, pero preferí cerrar la boca. Claro que lo sabía, solo quería que yo lo analizara porque al estúpido de Connor se le fue la lengua. Lo asesinaría mientras dormía, eso seguro.

—Antes era una fábrica promedio. No
Demasiado grande, pero tampoco tan pequeña—empecé, mirándolo de reojo. No se inmutó —. No está derrumbada por completo, así que los daños actuales seguro fueron provocados por tres bombas.

—Cuatro. —corrigió.

«Ya lo sé»

—¿Las encontraron todas?

—Así es.

Asentí con la cabeza.

Lennox me llevó hasta la entrada destruida. Sacó dos linternas y me pasó una. Cuando las encendimos, entramos.

Alumbre hacia todos lados. Desde arriba caía el polvo de los bloques de construcción.

—No soy arquitecto ni nada por el estilo, pero a mi parecer esto va a terminar de caerse pronto. —mencioné.

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