Capitulo 6

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CAE UN SMIRNOV.

Rusia.

Mansión Smirnov.

Aleksander Smirnov.

Traición.

Eso, con una vida como la que yo poseía, se podía esperar de parte de cualquiera, pero no de mi familia. Era complicado pensarlo. Cada integrante del lazo sanguíneo Smirnov era leal a él apellido. No esperé una traición. Mucho menos una por parte de mis hermanos. Por lo mínimo, pensé que cualquiera de ellos siempre sería fiel a nuestro lazo. Yo jamás hubiera hecho tal cosa, ni siquiera cuando estuve en la cárcel se me pasó por la cabeza cometer un acto tan despreciable como ese hacía ellos.

En ese instante me daba cuenta de que no todos pesábamos de la misma manera. Al menos Artem no lo hacía.

Artem... mi hermano mayor, uno de mis mayores ejemplos. Juntos pasamos cosas que solo puedes pasar con un hermano. Él era al que más estimaba desde mi juventud. Siempre, desde niño, corría a sus brazos cuando llegaba a casa luego de un día duro de trabajo. Me enseñó las maneras más efectivas para no ser atrapado siendo mafioso. Junto
con nuestro padre, me llevaron a ver por primera vez las fábricas de droga. Me enseñó a usar armas, y también me enseñó que la sangre iba por delante de todo.

Irónico ¿no es así?

Al girar mi cabeza y observar la foto enmarcada que reposaba en la mesa de noche, mi corazón empezó a latir con rabia.

Mis hermanos y yo años atrás. En ese momento seguíamos siendo los cinco. Andrei, el menor de todos, seguía vivo, siendo la luz de la casa. Era el más puro de nosotros. El único, para ser la exactos. Ruslan, Artem, Dmitry y yo no teníamos ni un poco de pureza en nuestro sistema desde hace mucho.

Aunque Andrei no estaba vivo, algo dentro de mi me decía que él jamás hubiera aceptado ser como nosotros. Y yo lo hubiese apoyado. Lo veía siendo un doctor exitoso, salvando vidas por su gran corazón, mientras el resto de nosotros acabábamos con la vida de otros por tener un corazón podrido.

Nuestro hermano menor murió cuando yo llevaba dos años en la cárcel en una emboscada liderada por el director de la OEMR10 en Sheffield Inglaterra. Finnick Lennox. Mi hermano recibió cuatro impactos de bala, y se llevaron su cuerpo. Lo ocultaron tan, pero tan bien que mis hermanos jamás pudieron recuperarlo.

Finnick Lennox tenía cuentas que saldar conmigo. Estaba seguro de que pensaba en ello todos los días. El director no apretó el gatillo, quien lo hizo ya estaba muerto, por supuesto. Pero fue como si lo hubiese hecho. Y en mi familia nos tomábamos muy enserio lo de "ojo por ojo", y él tenía un hermano menor. Uno que ahora tenía algo de mi pertenecía bajo su poder.

Las palabras de ella hicieron eco en mi cerebro, como si la tuviera a mi lado.

«Eres un cobarde»

«Tu padre si que se equivocó al darte tal título»

«Incapaz»

Perdió el respeto por mi.

La mujer que me pertenecía y que debía estarme venerando por ser quien era perdió su respeto hacia mí porque le demostré cobardía.

Podía tolerar muchas cosas, pero ese tipo de comportamientos de mi parte no. Aurora no podía seguir pensando así de mi.

Aurora Sinclair era una mujer difícil de domar. Lo era cuando sólo tenía diecisiete, y por la forma en la que me habló y desafió, supe que ahora lo era más.

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