¿ESTAR ENCIMA, O PASAR POR ENCIMA?
Ya entenderán el título JAKAJAKAJA.
Grayson.
Se corrió con mis ultimas penetraciones y salí de ella con la respiración acelerada. Ni siquiera me corrí, cosa que hizo que no me sintiera para nada satisfecho. No sabía que me pasaba últimamente.
Cristina se quedó tendida en el sofá, intentando controlar su respiración. Su uniforme estaba por todos lados, y el sutil pinta labios que llevaba puesto estaba regado.
—Arréglate. —le espeté, quitándome el condon y tirándolo a la basura.
—¿No quieres que haga algo más por ti? —me preguntó mirándome de manera seductora.
Estaba completamente desnuda en el sofá, y la idea se me hacía tentadora, pero el hecho de que mi polla no reaccionara a eso me puso de mal humor.
—No. —negué, subiéndome los pantalones.
Cristina se levantó del sofá y caminó con elegancia seductora hacia mi. Puso una mano en mi pecho y me miró fijamente a los ojos.
—¿Estás seguro? Porque en la noche estaré ocupada con el principio de la misión y bueno, será genial dejarte desestresado.
Otra vez, no hubo reacción de mi polla. Últimamente era mi peor enemiga.
—Ya te dije que no, solo arréglate y ve a prepararte.
Cristina rodó los ojos y se apartó de mí.
—Como quieras, querido.
Cuando ya estaba vestida, alguien tocó la puerta de mi oficina. Odiaba no saber quien entraba, mi asistente tuvo un problema familiar y no estaría trabajando hasta el lunes.
Quité el seguro de la puerta y la persona entró. Me puse rígido cuando mis ojos chocaron con los de Aurora, que me miró a mi y luego la cara de Cristina. Era obvio que habíamos follado.
Cristina sonrió como si disfrutara de la presencia de Aurora.
—Usaré el baño un momento.
Ni siquiera le presté atención. Dejé que se fuera. Aurora sacudió la cabeza y se acercó a mi, extendiéndome unos papeles.
—El director Finnick necesita que firme estos papeles —me dijo, extendiéndome unas hojas —. Los pasará buscando más tarde, supongo.
Eso me puso de peor humor. Habían pasado tres días desde la situación con la fábrica, y ella se la pasó metida en la oficina de Finnick haciendo Dios sabrá que, dado a que mi hermano mandó a inhabilitar la cámara de esta. Le reclamé por ello y solo me ignoró.
Aurora por su parte ni siquiera se había pasado por mi oficina para molestarme, y eso me molestaba.
«Te oyes como un loco, Grayson»
—¿Ahora eres su asistente privada?
—Solo me pidió el favor. —aclaró. —. Disculpe por interrumpir su... momento. Me retiro.
—No te he dicho que puedas irte.
Aunque no tenía nada más que hacer en mi oficina, quería que se quedara ahí plantada. No con Finnick, conmigo.
—No le estoy pidiendo permiso, director.
Se giró para irse, pero la sostuve del brazo. Ella me miró con cansancio. ¿Estaba cansada? Perfecto. Yo estaba harto. Harto de ella y su belleza de otro mundo y su culo perfecto y de mis ganas de follarla.
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Perfecto Engaño
RomanceAurora Sinclair sale de la cárcel con el propósito de destruir a quienes la destruyeron. La venganza corre por sus venas, la manipulación le embriaga el cerebro y la pasión llega por un cuerpo que no le pertenece. El objetivo es claro, sin embargo...