INTRODUCCIÓN

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8 de agosto del 2016.

Prisión de máxima seguridad para mujeres en Manchester.

Aurora.

—¡Aurora Sinclair!

Mis ojos se abrieron de forma instintiva. No estaba dormida, solo que siempre cerraba los ojos para tener cierta paz en este encierro.

Me apoyé sobre los codos en el colchón y observé con el ceño fruncido a el guardia que estaba abriendo mi celda.

¿Qué hacía? Ya los horarios habían terminado. Eran entre las diez u once de la noche.

—¿Alguien te envió a matarme, Weber? —le pregunté cuando empezó a esposarme.

—Que más quisieras —sonreí—. Pero no, te voy a llevar a un lugar.

—Eso suena bastante sospechoso.

Harold Weber, mi guardia favorito y una gran persona. No era un abusivo como la mayoría, y siempre estaba por ahí evitando que me metiera en problemas. Cuidaba mucho de mi.

Llegamos a la salida del pasillo. Todas las chicas de las celdas nos miraban con desconfianza. Posiblemente pensaban que me iban a hacer algo. Sacarme de mi celda tan tarde no era algo normal.

De pronto, ya no era un guardia el que me acompañaba, sino cinco. Eso solo podía significar una cosa, iban a sacarme.

Llegamos al estacionamiento interno. Fruncí el ceño cuando nos encontramos de frente con el jefe de la prisión. Arthur Cooper.

Eso no era normal. La situación me parecía cada vez más rara, y a decir verdad, prefería que volvieran a meterme a mi celda.

—Tú hermano te solicita en la agencia. —Cooper se dirigió hacia mi, haciendo que me pusiera rígida al instante.

Mi querido hermano... Agente especial de la OEMR10 (Organización Exterminadora de Mafia Rango 10). Eran como la CIA, el FBI y la DEA juntas. Habían resuelto más crímenes de asesinos en serie y derrotado más carteles de droga, prostitución, tráfico de armas, niños y mujeres que todas las últimas mencionadas juntas. Si, eran la puta maravilla. Por eso el 10 en su nombre, significaba que eran los mejores. Al menos eso dijo su nuevo director, porque él fue quien se sacó ese número del culo y se lo colocó al nombre. Antes solo eran la OEM.

Muchas ideas de porqué mi hermano me quería en la OAM se me vinieron a la mente, y no descartaba ninguna.

Llevaba seis años sin ver al hijo de perra, y pensé que jamás lo volvería a tener mis ojos puestos en él. La situación no me inquietaba y tampoco me emocionaba, solo... me despertaba interés. Algo debía de querer.

Sin poder negarme, dejé que me subieran a la camioneta que nos dirigía a la OEMR10. Weber iba a mi lado derecho, y otro de los guardias a mi lado izquierdo.

Luego de unas dos horas aproximadamente bajé junto a Weber, que me tenía tomada del brazo. Subimos por el ascensor privado que daba hacia las plantas importantes.

Todo eso era real. Iba a ver a mi hermano después de un montón de tiempo.

Respiré hondo cuando las puertas se abrieron. Weber me dió un pequeño empujón para que caminara y salí del ascensor con pasos lentos. La mirada de tres agentes especiales se posaron sobre nosotros. Corrección: sobre mi. Entre ellos, Charles Sinclair. Mi hermano mayor.

Pensé que sentiría alguna oleada pequeña de nostalgia. A pesar de todo, antes de que sucediera todo el caos, nos llevábamos muy bien, y nos queríamos. Sin embargo, no hubo nada más dentro de mí que molestia y amargura.

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