"Koichi, un estudiante de intercambio, llega a Japón con sueños de aventura y un nuevo comienzo. Sin embargo, su vida da un giro inesperado una mañana de otoño, cuando se cruza con Chinami, una enigmática chica que lo cautiva desde el primer instant...
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*Narra Chinami*
Caminábamos por los pasillos oscuros de la vieja secundaria, y una sensación rara se apoderaba de mí. No era miedo, pero algo en este lugar me resultaba extrañamente familiar. Todo estaba tan... en silencio. Demasiado.
**Koichi**: "¿Estás bien, Chinami?"
Asentí, pero mi mente estaba en otra parte. ¿Por qué sentía que ya había estado aquí? No era posible... o eso creía.
Pasamos por una puerta rota, y en ese momento un recuerdo borroso cruzó por mi cabeza. Casi como un flash, vi una versión más joven de mí misma corriendo por estos mismos pasillos. ¿Pero por qué? No lograba conectar las piezas.
**Chinami**: "He estado aquí antes..." - lo dije sin pensar.
La profesora Sato se detuvo y me miró.
**Profesora Sato**: "¿Cómo dices?"
**Chinami**: "No lo sé. Es extraño, pero recuerdo este lugar. No sé por qué."
Sentí las miradas de Koichi y la profesora Sato. Todo era confuso. Sabía que este sitio significaba algo, pero estaba tan lejos, como un sueño a medio recordar.
**Koichi**: "Chinami, si no te sientes bien, no tienes que forzarte."
Pero no podía irme ahora. Algo me decía que necesitaba quedarme, que aquí encontraría respuestas.
**Chinami**: "No, está bien. Quiero entenderlo."
La profesora asintió, como si supiera que yo estaba a punto de descubrir algo importante.
**Profesora Sato**: "Este lugar guarda muchos secretos. Si puedes recordar más, quizás podamos entender lo que pasó aquí."
Me concentré. Casi podía ver a alguien más conmigo, pero la imagen se desvanecía rápido. Había hablado con alguien aquí... pero no lograba recordar su rostro.
**Chinami**: "Había alguien más... pero no puedo recordar quién."
Koichi se acercó, me dio un apretón suave en la mano, y supe que estaba ahí para mí. Sus ojos me transmitían una calma que me ayudaba a seguir.
Cerré los ojos y traté de profundizar en ese recuerdo. Algo no estaba bien, lo sentía. Una voz me susurraba, pero era todo tan confuso. Abrí los ojos de nuevo, un poco frustrada por no poder recordarlo todo.
**Koichi**: "¿Seguimos?"
**Chinami**: "Sí... aún no entiendo todo, pero siento que estoy cerca."
Mientras avanzábamos, mis pasos se hicieron más lentos. Cada esquina del pasillo, cada puerta, evocaba una sensación de inquietud. Al pasar por una ventana rota, vi el patio vacío iluminado por una luz débil. Fue entonces cuando otro destello de recuerdo me golpeó.
