**Jueves 6 de Abril 10:05 pm**
Chinami caminaba sola por las calles vacías de la ciudad. El viento otoñal levantaba hojas secas a su paso, pero el frío no la afectaba tanto como la confusión que sentía en su interior. Después de separarse de Koichi y la señorita Sato, había decidido tomar un camino más largo hacia su casa. No quería llegar todavía, no cuando su mente estaba tan revuelta. La secundaria Kuroyama, los cuadernos, las advertencias… todo parecía desmoronarse y a la vez encajar de una manera extraña.Cada paso que daba parecía despertar algo en ella. Imágenes vagas aparecían en su mente: el pasillo oscuro de la secundaria, la sensación de estar siendo observada, la silueta de alguien más entre las sombras. "¿Quién era? ¿Qué estaba viendo realmente?", se preguntaba.
A medida que avanzaba, un recuerdo nítido le vino a la mente. Era como una imagen congelada de lo que había visto en la secundaria: Yukio Takahashi, el nombre resonaba fuerte ahora. Lo había visto antes, no solo en los cuadernos, sino en su memoria. Aún no entendía por qué, pero Yukio estaba relacionado con todo aquello que ella no lograba comprender. Su desaparición, los mensajes, todo giraba en torno a él.
Finalmente llegó a su casa, pero en lugar de sentirse segura, una oleada de inquietud la invadió. Se dejó caer en su cama, pero las piezas seguían moviéndose en su cabeza. Quería respuestas, pero no sabía si estaba lista para enfrentarlas.
Esa noche, el sueño la atrapó rápido, pero no fue un descanso placentero. Se encontró nuevamente en los pasillos de la secundaria Kuroyama, esta vez no como una simple espectadora. Se movía entre los estudiantes, buscando algo, o más bien alguien. De repente, la figura de Yukio Takahashi apareció frente a ella. No estaba solo. Había un grupo de estudiantes alrededor suyo, hablando en susurros, pero algo en sus miradas era perturbador, como si estuvieran ocultando algo.
Yukio trataba de decirle algo, pero las palabras se perdían en el viento. Chinami sintió un escalofrío recorrer su espalda. Entonces, todo se oscureció.
Despertó sobresaltada, su corazón latiendo con fuerza. Las imágenes del sueño aún estaban frescas, y esta vez, había algo más claro: Yukio no había desaparecido por casualidad.
A pesar del miedo que el sueño le había causado, Chinami no podía sacarse de la cabeza la imagen de Yukio rodeado por aquellos estudiantes. Había algo en sus ojos que no encajaba, como si supieran más de lo que decían, como si fueran cómplices de algo más oscuro. Chinami recordó la mirada de Yukio en ese instante, desesperada, como si estuviera atrapado, buscando ayuda, pero sin poder expresarlo.
Se levantó y caminó hacia la ventana de su habitación. La ciudad se veía tranquila, pero ella sabía que bajo esa calma había una verdad oculta, algo que había estado allí todo el tiempo, esperando ser descubierto.
Mientras miraba la calle desolada, otro recuerdo la golpeó. Era pequeña, caminando por el mismo pasillo de la secundaria Kuroyama, pero esta vez con alguien más. La voz de una mujer susurraba algo en su oído, pero no podía distinguir las palabras. Era como si ese recuerdo hubiera estado bloqueado por años, escondido en lo más profundo de su mente. ¿Quién era esa mujer? ¿Por qué ese lugar seguía apareciendo en sus recuerdos, como si fuera el centro de todo lo que estaba sucediendo ahora?
Chinami sentía que estaba a punto de recordar algo importante...
Se quedó inmóvil, tratando de enfocar el rostro de la mujer en su recuerdo. Era borroso, pero familiar, como si alguna vez la hubiera conocido. La sensación de estar tan cerca de algo, pero sin poder tocarlo, la frustraba. Dio unos pasos hacia atrás, alejándose de la ventana, y dejó caer su cuerpo en la cama. ¿Cómo podía todo estar tan entrelazado? El instituto Kuroyama, Yukio, los mensajes, sus propios recuerdos…
Cerró los ojos, esperando encontrar paz, pero en lugar de eso, su mente la arrastró nuevamente a ese pasillo. Esta vez, las luces parpadeaban y el sonido de pasos resonaba en la distancia. Chinami vio su mano extendida, rozando una puerta a punto de abrirse, pero cuando la empujó, se topó con oscuridad. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda, como si algo la observara desde esa sombra, algo que no quería ser visto.
—¿Qué es lo que estoy olvidando? —murmuró en la oscuridad de su habitación.
De repente, en su mente apareció la imagen de un aula vacía, la pizarra con nombres escritos desordenadamente. Entre los nombres, uno resaltaba más que los demás: "Yukio Takahashi". Lo recordaba perfectamente ahora. Había oído hablar de él, quizás de niña, pero algo le decía que había más detrás de ese nombre, algo que la conectaba con todo.
Chinami abrió los ojos de golpe, mientras respiraba con dificultad, su corazón acelerado aún resonaba en sus oídos después del sueño. Se levantó lentamente de la cama, el cuerpo pesado por la confusión y el cansancio. Caminó hasta el espejo de su habitación, observando su reflejo. Por un instante, casi no se reconoció. Era como si algo en ella hubiera cambiado sin que lo notara.
—Yukio Takahashi… —susurró, probando el nombre en sus labios.
De repente, un recuerdo más nítido la atravesó: ella, caminando por los pasillos del Kuroyama cuando era pequeña, escondiéndose en la sombra mientras veía a un grupo de estudiantes salir de una clase. Entre ellos, estaba Yukio, riendo con sus amigos. Pero había algo más en su rostro, algo que en ese momento no había comprendido. Era una sonrisa que no llegaba a sus ojos, como si estuviera ocultando algo bajo esa fachada alegre.
La imagen se desvaneció, pero dejó un rastro de ansiedad en su pecho. No era solo un estudiante más. Algo le había pasado, y ella, de alguna manera, había estado ahí, lo había visto todo sin entenderlo. Ahora, los recuerdos volvían, fragmentados pero cada vez más claros.
—Tengo que seguir —se dijo a sí misma, apretando los puños.
Chinami caminó hacia la ventana y la abrió, dejando que el aire fresco de la noche la envolviera. El viento le despeinaba el cabello mientras intentaba procesar todo lo que acababa de recordar. Yukio Takahashi no solo había sido un rostro más en la multitud de estudiantes, había algo más profundo, algo que la conectaba directamente con él. Pero, ¿qué era?
Un estremecimiento recorrió su cuerpo. Se dio la vuelta y volvió a sentarse en la cama, mirando al techo, tratando de poner en orden las imágenes borrosas en su mente. En su sueño, Yukio aparecía solo en un aula vacía, escribiendo sin parar en un cuaderno parecido al que ella y Koichi encontraron en la secundaria abandonada.
Los garabatos en la página parecían incomprensibles, pero había una palabra que destacaba entre todo el caos: *"culpable"*. Chinami lo veía claramente, como si lo hubiera escrito ella misma. Sintió un nudo en el estómago, una sensación de que los recuerdos iban a seguir invadiéndola, revelando más de lo que estaba preparada para enfrentar. Pero sabía que debía continuar.
Mañana hablaría con la señorita Sato. Tenía que encontrar respuestas sobre Yukio y lo que sucedió en esa escuela.
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No Importa Que Tan Alto Vueles
Romance"Koichi, un estudiante de intercambio, llega a Japón con sueños de aventura y un nuevo comienzo. Sin embargo, su vida da un giro inesperado una mañana de otoño, cuando se cruza con Chinami, una enigmática chica que lo cautiva desde el primer instant...