Capitulo 13: Las piezas de aquel rompecabezas fantasma.

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**Viernes 7 de abril, 8:15 AM. ***

El campus de la universidad estaba en su usual calma, con las luces de los edificios encendidas y algunos estudiantes dispersos en sus propios mundos. Chinami, con su mochila al hombro, caminaba junto a T/N y Koichi.
Las conversaciones eran ligeras, como cualquier otro día.

Koichi hacía algún comentario sobre un trabajo que debían entregar, pero Chinami apenas lo escuchaba. Su mente seguía atrapada en los recuerdos que, lentamente, comenzaban a desenredarse. Algo en sus sueños, en las sombras de su memoria, le seguía mostrando fragmentos de Yukio Takahashi.

"¿Estás bien?" preguntó T/N, notando su distracción.

"Sí, solo un poco cansada. No dormí bien anoche," respondió Chinami, intentando sonreír, pero la preocupación en su rostro la delataba.

Mientras avanzaba el día, el ambiente en la universidad seguía su curso. Era viernes 7 de abril, un día fresco, donde el bullicio de los estudiantes parecía calmarse al aproximarse el fin de semana. Chinami, a pesar de estar ocupada con sus actividades, sentía un leve cosquilleo de ansiedad bajo la superficie.

Koichi, como siempre, la miraba con curiosidad desde su lugar en la cafetería, notando que su expresión se veía un tanto distante. Parecía perdida en sus pensamientos, una imagen tan familiar para él en los últimos días. Sin embargo, prefirió no intervenir esta vez, dejándola procesar lo que fuera que pasaba por su mente. Ella necesitaba su espacio, y Koichi lo respetaba, aunque no dejaba de preocuparse.

Durante el almuerzo, Chinami tuvo una conversación casual con T/N, quien notó algo extraño en su comportamiento.

-¿Estás bien? Te veo algo distraída hoy -le preguntó T/N mientras jugaban con sus tenedores.

Chinami parpadeó un par de veces antes de sonreír, aunque la sonrisa no alcanzaba sus ojos.

-Sí, estoy bien. Solo... muchas cosas en la cabeza, supongo.

Era una respuesta vaga, pero suficiente para no levantar sospechas. La conversación continuó de forma superficial, pero Chinami no lograba quitarse de encima la sensación de que algo importante estaba por salir a la luz. Mientras tanto, la figura de la señorita Sato seguía merodeando en su mente, junto con todo lo que había vivido la noche anterior en la secundaria abandonada.

Al final del día, cuando el reloj marcaba las 8:15 pm, la señorita Sato esperaba a Chinami en el mismo café que habían acordado. La luz tenue del lugar y el sonido suave del jazz. Las mesas, casi vacías, creaban el escenario perfecto para una conversación de ese grado.

Chinami se sentó frente a Sato, quien la recibió con una expresión seria pero comprensiva.

-¿Lograste recordar algo más, Chinami? -preguntó Sato, inclinándose ligeramente hacia adelante, como si no quisiera perderse ni una palabra.

Chinami asintió lentamente.

-Algunos recuerdos... vagos, pero están ahí. La secundaria Kuroyama... la imagen de Yukio Takahashi sigue apareciendo en mis sueños, y no sé por qué, pero siento que él está conectado de alguna manera con los mensajes. Creo que lo que sucedió con él fue peor de lo que aparenta.

Sato la observaba atentamente, su mente claramente trabajando para conectar las piezas del rompecabezas.

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Chinami tomó un sorbo de su café, sus manos temblaban levemente, y luego, con voz baja pero firme, empezó a contar.

-Anoche... En mi departamento , me quede dormida y en un sueño que claramente era una pesadilla vi algo más. No sé cómo explicarlo, pero hubo un momento en el que me sentí completamente desconectada. Como si el tiempo se hubiera detenido. Y entonces, la vi -hizo una pausa, su respiración se volvió más pesada-. Una mujer, o al menos eso creo que era. No vi su rostro, lo veia pero borroso, pero sentía su presencia, tan cerca, susurrándome al oído.-

Sato inclinó la cabeza, sus ojos se entrecerraron, concentrada en cada palabra que Chinami soltaba.

-¿Qué te dijo? -preguntó la profesora, sin perder la calma.

Chinami apretó sus manos en la mesa, como si al hacerlo pudiera calmar las imágenes que la atormentaban.

-No entendí todo al principio... solo una frase repetida: "No confíes en lo que ves". Y luego, fue cuando apareció Yukio. No en persona, claro, pero lo vi en mis recuerdos, como si algo me estuviera obligando a recordar lo que pasó. Él estaba... mirando algo en su cuaderno, y luego lo dejó caer, como si hubiera descubierto algo horrible. Fue entonces cuando el mensaje apareció en mi mente... igual que los que hemos recibido últimamente.

El rostro de la señorita Sato se oscureció, procesando lo que escuchaba.

-Chinami, ¿crees que esos mensajes están directamente relacionados con Yukio Takahashi? -preguntó, su voz más grave que antes.

Chinami asintió lentamente.

-No sé cómo, pero siento que todo está conectado. Hay algo en esa secundaria, algo que no termino de entender... y creo que Yukio trataba de decirnos algo antes de que desapareciera.

--Después de eso, todo se volvió confuso -continuó Chinami, con el ceño fruncido-. Era como si estuviera atrapada en un bucle, entre lo que veía y lo que recordaba. Yukio parecía desesperado, buscando algo en su cuaderno, como si las respuestas estuvieran ahí. Pero... el cuaderno estaba en blanco.

La señorita Sato la miró fijamente, analizando cada palabra con cuidado.

-Un cuaderno en blanco -repitió, entrelazando los dedos sobre la mesa-. Eso es extraño. ¿Qué crees que significa?

Chinami sacudió la cabeza, frustrada.

-No lo sé. Es como si las respuestas estuvieran ahí, pero escondidas. Como si Yukio intentara mostrarnos algo, pero al mismo tiempo no pudiera. Cada vez que me acercaba a ese cuaderno, sentía un vacío, una sensación de pérdida... de que algo importante se había ido para siempre.

Sato permaneció en silencio por un momento, sopesando sus palabras antes de hablar.

-¿Y la mujer? ¿Sentiste que estaba tratando de guiarte o de advertirte?

Chinami apretó sus labios, como si la idea misma la inquietara.

-Creo que estaba tratando de advertirme. Era como si supiera algo que yo no. Su voz... era fría, pero no malintencionada. Me decía que no confiara en lo que estaba viendo, como si lo que yo pensaba que era real en realidad no lo fuera.

Sato asintió lentamente, sus ojos no apartándose de los de Chinami.

-Todo esto está relacionado con los mensajes, lo siento. Yukio, los cuadernos, esa voz... Todo es parte del mismo rompecabezas. Pero la pregunta es, ¿qué nos están tratando de decir?

 Pero la pregunta es, ¿qué nos están tratando de decir?

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