Capitulo 14: "Yukio Takahashi"

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La brisa nocturna acariciaba el rostro de Chinami mientras caminaba lentamente por el parque

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La brisa nocturna acariciaba el rostro de Chinami mientras caminaba lentamente por el parque. Las hojas caídas crujían bajo sus pasos, y las luces débiles de los faroles apenas iluminaban el sendero que serpenteaba entre los árboles. El ambiente se sentía inquietante, como si cada sombra alargada por la luz guardara un secreto.

Ella se detuvo en una pequeña banca de madera junto a un lago oscuro y calmado, donde las ramas desnudas de los árboles se reflejaban de manera espectral. Algo en ese lugar la hacía sentir incómoda, pero a la vez, la empujaba a quedarse, como si una fuerza invisible la atara allí.

Mientras miraba el agua en silencio, los recuerdos empezaron a surgir de nuevo. Esa vez, no eran solo imágenes borrosas. Recordaba la sensación de frío en su piel, la misma que sentía ahora. Recordaba el sonido del viento, cómo susurraba nombres que no lograba identificar.

-¿Por qué estás aquí, Chinami?

La voz surgió de repente. Una voz que la hizo contener la respiración. Chinami levantó la mirada y, frente a ella, parado al otro lado del lago, estaba Yukio. El mismo Yukio que había aparecido en sus sueños, que ahora estaba frente a ella.

Su figura era casi transparente, como una sombra atrapada entre dos mundos. Pero sus ojos... sus ojos estaban llenos de tristeza y algo más: una desesperación que le helaba el alma.

-¿Qué... qué estás haciendo aquí? -preguntó Chinami, susurrando, como si temiera que una palabra más fuerte rompiera la frágil conexión que los unía.

Yukio no respondió de inmediato. Se limitó a mirarla, sus labios apretados en una línea fina. Después, con un suspiro profundo, dio un paso hacia adelante, sus pies apenas haciendo ruido en el suelo cubierto de hojas.

-Estoy aquí porque no puedes olvidarme. Porque no puedes dejar que las cosas se queden enterradas. -Sus palabras flotaron en el aire, cada una cargada de una verdad dolorosa que Chinami no podía evitar enfrentar.

-¿Qué cosas? -murmuró Chinami, temblando ligeramente. Quería acercarse, pero algo la mantenía en su lugar, como si el miedo la hubiese paralizado.

-Lo que viste... lo que no quisiste recordar. -La voz de Yukio sonaba distante, como si hablara desde un lugar que estaba más allá de su alcance. Levantó la mano y señaló hacia el lago, hacia un punto oscuro en la superficie que empezaba a brillar con una luz tenue.

Chinami siguió la dirección de su mano y sintió un nudo formarse en su garganta. En el reflejo del agua, comenzaron a formarse imágenes, borrosas al principio, pero cada vez más nítidas. Era ella, caminando por los pasillos de la secundaria Kuroyama, su uniforme arrugado, su rostro pálido.

Pero había algo más en esas imágenes. Algo que la hizo querer apartar la mirada.

-¿Qué es esto...? -susurró, con la voz quebrada.

No Importa Que Tan Alto VuelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora