3. Tiempo juntos.

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La cena familiar era de todo menos agradable, o al menos eso pensaba Lucerys, viendo cómo todos conviven con sus sonrisas hipócritas es sus caras, mientras él, bueno él está sentado solo en la mesa, tratando de ignorar al hombre frente a él que lo miraba insistentemente, suplicando en más de una ocasión que necesitaban hablar.

Faltaban tres semanas para la boda y a decir verdad no se sentía capaz de aguantar esto por más tiempo.

– ¿Quieres que nos vayamos? – preguntó en un susurro Aemond quien se había acercado luego de terminar de hablar con Daemon.

– Si. – contestó el omega inmediatamente, fue tan apresurada su respuesta que fácilmente podría parecer que ya tenían planeado que pasara esto.

– Inventamos una excusa o solo nos vamos. –

– Solo nos vamos, no es como que está cena sea tan agradable. – respondió Lucerys poniéndose de pie tomando su bolso.

Aemond se mantuvo detrás del omega despidiéndose de todos, encontrando gracioso ver las caras de todos cuando el omega solo respondía a la pregunta de porque se iban tan temprano • Está fiesta me aburre, prefiero ver películas en la comodidad de mi casa, que estar aquí. •

Aunque no fueron a ver películas en la comodidad de la casa, más bien se encontraban sentados en una banca frente a un lago, comiendo gelato y conversando.

– ¿Por qué decidiste casarte con él? – preguntó Aemond viendo cómo el omega se encogía de hombros.

– Al inicio pensé que era por amor, pero luego de estar tanto tiempo en soledad, me di cuenta que lo hacía por mi “papá” – respondió el omega sin dejar de ver a los patos.

– ¿Por Daemon? –

– Noooo, por el gestor, Harwin siempre supo cómo manipular a los omegas, manipulo a mamá, me manipulo a mi e incluso llegó a hacer lo mismo con Aegon. Él… él tiene un pensamiento muy arcaico, donde el omega debe someterse si o si a su alfa, no debe de trabajar, debe consentir a su esposo, darle hijos y quedarse en casa. –

– Que asco. – contestó el alfa al imaginarse el infierno que tuvieron que vivir Rhaenyra y Lucerys con ese hombre.

– Agradezco infinitamente que mi padre Daemon haya conocido a mi madre, él volvió a poner ese brillo que ya creíamos perdidos en ella, ninguno la juzgo cuando nos dimos cuenta que le era infiel a papá, más bien, la apoyamos y pese a no estar tan seguros con Daemon la incitamos a que nos fuéramos con él. Ya lo conocíamos, Harwin era uno de los socios de mi padre, fue Harwin quien jodió todo y aún así le echa la culpa a mi madre. –

– ¿Y Joffrey? Él todavía es muy unido a tu padre por lo que veo. –

– sí. – la voz se escuchaba apagada ante el recuerdo. – Él era tan pequeño cuando todo pasó que probablemente no recuerde nada, es horrible porque Harwin está haciendo otra versión de él y por más que mamá lo intente él la odia por ser infiel. –

– Se escucha muy feo tu situación familiar. –

– Por ratos lo es. –

– No sé qué decirte, yo soy hijo único y me crió mi tío. –

– Cuéntame más. – insistió el omega con una sonrisa, permitiendo así que el mayor se sintiera seguro para contar su pasado.

– Mi madre era una mujer adicta. –

– ¿Era? ¿Se rehabilitó? –

– No, ella murió de una sobredosis. –

– Ay no, que mal, no sabes cuánto lo siento Yooo....

– Tranquilo, es, creo que fue lo mejor para ella. Yo solía vivir en casas abandonadas con ella, obligándome a ver cómo se drogaba día y noche hasta el punto de ya no saber siquiera quién era yo… tenía doce años cuando ella murió, Yooo... ammm, yo solía robar a las personas, solía recibir una que otra golpiza por andar robando, hasta el día que murió, porque cuando murió la policía se enteró que esa era la mujer que estaba buscando una familia, solo quedaba mi tío Gwayne, al principio vivir con él fue un tormento, yo no sabía qué hacer y varias veces intenté escapar por el temor ¿A qué? Probablemente a la nueva vida que estaba teniendo, pero él fue y es tan bueno conmigo que sin duda alguna amo cada día que él esté conmigo. –

– Es una historia triste con final feliz. – dijo el omega acercándose más al alfa hasta reposar su cabeza en el hombro.

– Igual que la tuya. –

– Lo es. –

Ambos siguieron en un confortable silencio hasta terminar de comer, hasta ver juntos el hermoso atardecer, sintiendo la calidez del sol ocultarse. Posteriormente fueron a la cabaña donde finalmente se acostaron en la cómoda cama matrimonial que tenía y empezaron a ver películas.

Ambos se quedaron dormidos juntos, en una bonita comodidad y seguridad, el televisor de fondo mostrando los créditos de las películas.

A pocos metros de la cabaña a Rhaena discutiendo con uno de los cuñados.

Haciendo el sigue ruido para despertar al alfa rubio que dormía con su omega.

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Chaito
Mua 💋

Alquilando un novio - Lucemond -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora