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Solo tenía una misión, y fracasó de manera estrepitosa, cometiendo el mayor error de su vida. Cada día, desde aquel incidente, se preguntaba por qué había desarrollado ese despreciable y estúpido sentimiento conocido como 𝐀𝐦�...
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Tan dichosa noche llegó. Todos los demonios esperaban pacientes la aparición de la princesa del Infierno y su padre.
Le tomó más tiempo de lo que esperaba, pues el tan importante Rey del Infierno aún se encontraba dando los últimos detalles a su atuendo. Este constaba una camisa de color negro con cuello de tortuga, y encima un chaleco sin mangas de un color rojo oscuro, que resaltaba muy bien en él, también llevaba un pantalón blanco con delgadas rayas doradas, como últimos detalles llevaba puesto una capa de color blanco con hombreras y un moño de este mismo color para adornar su cuello. Y lo más importante de su traje, su máscara, totalmente dorada la cual tenía tres alas pequeñas a cada lado de esta, y en medio la figura de una corona.
Un atuendo realmente elegante.
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Al estar tan distraído en mis asuntos, no me había percatado de que muchos demonios se hospedaron en el hotel.
Estaban entusiasmados por ver al soberano. A pesar de que Lucifer viva en el hotel, muy pocos han sido los "afortunados" de verlo. Tanto drama por él.
¿Qué tiene de especial? Es solo un simple ángel caído.
—¡Oye, Al!
Fijo su vista en la rubia, quien venía muy emocionada.
—¡Charlie, querida! —depositó un delicado beso en su mano— ¡Te vez magnífica, mi vida!
—¡Puedo opinar lo mismo! —risita.
Alastor no se quedaba atrás, su atuendo también era muy extravagante. Llevaba puesta una camisa blanca con cuello bastante alto, una chaqueta corta a la que usa habitualmente, algo curioso que estaba usando era un corset, que solo rodeaba su cintura, también usaba un pantalón totalmente negro. Y por último, un moño de color negro en su cuello, y su monóculo era un poco diferente, siendo esto de oro. Obviamente también llevaba una máscara, esta era de color negro con ciertos patrones en toda ella, y tenía astas, como las de un ciervo, y en medio un detalle haciendo referencia a una radio. Todo este traje era de diferentes tonalidades de rojo.
—Te lo agradezco —respondió amablemente— Su padre parece que tardó más de lo acordado ¿No es así?
—Hablando de él —dirigió su mirada hacia las escaleras— Parece que ya esta aquí.
El demonio miró a sus espaldas. Ahí estaba, la viva imagen de un ángel, tan radiante y divino. Sus ojos mostraban asombro, y algo más que no sabía que era.
¿Lucifer realmente se vio así de impresionante alguna vez?
—¡Espero que la pases bien, Al! Nos vemos después.
