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Solo tenía una misión, y fracasó de manera estrepitosa, cometiendo el mayor error de su vida. Cada día, desde aquel incidente, se preguntaba por qué había desarrollado ese despreciable y estúpido sentimiento conocido como 𝐀𝐦�...
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Lucifer, quien aún se encontraba dormido, no tardo en abrir sus ojos por la interrupción de un pecador en su habitación en forma de manzana.
—¡Buenos días querido! Es hora de levantarse —quitándo las sabanas— ¡Ha dormido demasiado ya!
—¡Oh, por favor! -ocultó su rostro un una almohada— No me molestes, aún tengo sueño.
El más alto le retiro la almohada, logrando que el rubio se levantara de la cama.
—Aveces eres demasiado molesto —frotando sus ojos.
—No es la primera vez que me dice eso —rió.
—Como sea —caminó hacia su tocador. Agarró un peine y comenzó a cepillar su cabello— ¿Por qué viniste a verme? Aún es de mañana, y usualmente sueles verme por la tarde.
—No es nada en particular.
Se acercó a él lentamente y se colocó a su altura y dijo:
—Charlie me pidió que le informara que necesitaba hablar con usted.
—¿No te dijo nada más?
—Me temo que no —agarrándolo de los hombros— Debería ir con ella enseguida, parecía urgente lo que le quería decir.
—Si... —de un chasquido su pijama fue intercambiada por su típico traje— Gracias por avisarme —dichas esas palabras, se desvaneció, dejando al demonio solo.
Siguiendo con Lucifer, apareció en la sala principal del hotel, ahí estaba su hija junto con Angel, quien lo estaba ayudando a atender a algunos huéspedes. Charlie al notar la presencia de su padre se dirigió rápidamente donde él, pidiéndole a Angel que se encargará de los huéspedes por un momento.
—Gracias por bajar papá.
—No te preocupes mi niña. Dime ¿Qué es de lo que querías hablar conmigo?
—¡Ah, si! Mejor vamos a mi oficina. Quiero que sea sorpresa —le susurró al oído.
—Ya comprendo.
Fueron a la oficina de la ya mencionada. Ya en el lugar, Lucifer tomó asiento al igual que su hija, la cual pronto comenzó a hablar.
—Últimamente he estado pensando en hacer algo por todas las personas en hotel, incluyendonos a mi, a ti y a mis amigos —dijo con cierta emoción.
—¿Algo como qué, cariño?
—Bueno, me imaginaba algo como una fiesta o un baile. Pero como no me decidía por ninguno de los dos, ¡Entonces elegí ambos!
