Capítulo 13°

114 35 1
                                    

Me despierto por una brisa cálida, de esas en las que da gusto desadormecerse, cuando de repente escucho un chillido proveniente de la parte de arriba de la casa.
-¿Jimmy...?¿Samuel...?- Subo corriendo las escaleras hasta detectar de dónde provenia el ruido. Es mi hermano. Entro en una habitación en la que nunca había estado. Encuentro a Jimmy frente al cadáver lívido y putrefacto de una mujer entre unos 50 o 60 años, su cuello estaba rodeado por un alambre de espino en forma de soga, la desgraciada mujer colgaba de la lámpara ladeandose, sus ojos habían desaparecido dejando un hueco oscuro y tenebroso. Notaba que su cabeza iva a desprenderse dentro de poco, ya que el peso hacía que el alambre apretase considerablemente su garganta. Era una imagen absolutamente macabra y desgarradora... En las paredes se podían apreciar pintadas hechas con su propia sangre donde ponía, "Ellos están aquí", "Te están vigilando..." Aquella última frase se me grabó en el cerebro como un puñal, lo hizo ocasionarme unos fuertes dolores de cabeza. Miles de imágenes brotan de mi cabeza, voces que susurran, llantos...
Repentínamente, una claridad crea un destello de imágenes claras y a la vez borrosas... Parezco yo cuando era tan solo un bebé, mi perspectiva solo podía ver el techo y a los presentes que estaban pegados a mi cuna observando como alcones, solo que aquellos no eran mis padres, y lo que más me consternaba de todo, era que cada uno de los presentes tenían alas...
-¡Ahhh!- Consigo despertar de aquella pesadilla con un aullo desesperante. Me levanto del suelo empapada en sudor y lágrimas, Jimmy me ofrece un fuerte abrazo como consuelo.
-Dios, creía que te había perdido...-
-¿Qué ha pasado?-
-Cuando vistes aquella habitación, empezastes a quejarte de tus dolores de cabeza, y depronto...pum, te desmayastes.
-Haa...¿Dónde está Samuel?-
-Fué a buscar provisiones
¿Por qué?¿Quieres que le busquemos?-
-Nono, es que...-
-¿Qué te ha pasado...?-
-Al desmayarme, he... soñado algo extrano.
-¿Con qué?-
- La verdad es que parecía demasiado real...-
-¡¿Quieres contarmelo ya?!-
-Soñé que... estaba acurrucada en mi cuna con unas cuantas personas a mi alrededor, pero...ninguno de ellos eran papá y mamá.
-Alice, ya sabes que eres adoptada...posiblemente aquellos sean tus verdaderos padres¿no?
-¿¡Cómo!? ¡Nonono... imposible!-
-Pero...puede que tu subconsciente haya recordado momentos pasados par...-Interrumpo su momento con un rotundo "no".-
-¡Jimmy! no puedo ser hija de esas personas, ¡Todos tenían alas...!- Jimmy se muestra pálido al mirarme.
-Dime por favor que era una pesadilla...-Me giro rápidamete y levanto mi camiseta haciendo lucir mi espalda.
-¿Ves? No hay alas...-El rostro de Jimmy cambia, pero me es imposible descibrar su estado.
-Tienes...-
-¿Qué pasa?-
-N-nada...tienes una mancha- Empieza a rascarme la espalda con cuidado, pero siento que en mi espalda no hay ninguna mancha...¿Qué me está escondiendo? Pero... cuanto más toca Jimmy en ella conmiezo a sentir varias punzadas, le aparto la mano con menos delicadeza de la que querría demostrar, me levanto corriendo y voy al cuarto de baño, al entrar me doy la vuelta ante el espejo y miro despacio hacia aquel lugar en el que sentí aquellas punzadas, levanto la camisa con los dedos temblorosos, mis ojos se abrieron como platos al ver aquello a lo que nunca me di cuenta que tenía, unas manchas oscuras en el centro de mi columna con una forma un tanto extraña que estaba plasmada ahí, en ese momento muchas preguntas con pocas posibilidades de ser resueltas rondan por mi cabeza...
¿Desde cuándo están estas... marcas aquí? ¿Es de nacimiento? ¿Tiene algo que ver con ese sueño?...etc.
Esas y muchas preguntas más rondaban mi cabeza, dejé de ver mi reflejo en ese sucio y viejo cristal, y me senté en el suelo deslizandome por la pared... lloro desconsoladamene. Las fuerzas me faltan y siento como el cansacio se apodera de mi... Mis dolores de cabeza aumentan considerablemente, las pulsaciónes comienzan a crecer. De pronto aparecen unas arcadas que me hacen vomitar la comida de la última vez. Aquellos bocadillos no estaban bien...
voy a irme otra vez...¿Otra vez? Mi respiración disminuye y suena entre cortada mientras mis ojos se cierran suavemente.
Puedo captar una última imagen, la de mi hermano corriendo hacia mí con desesperación, a penas puedo escuchar cómo grita mi nombre, pero puedo notar cómo me tambalea intentando cogerme entre sus brazos. Adiós...

Soy un Ángel...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora