Soy un Ángel...

Capítulo 31°

-Dime,¿se lo ha tragado?

-No ha dudado de nada. Nos ayudará sin ningún inconveniente.

-Estoy orgulloso, casi me hubiera gustado ser tu padre.

-Jaja que gracioso... por cierto, saldrán de aquí al amanecer.

-¡Bien! , nosotros los estaremos esperando...

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Abro suavemente la puerta de la casa mientras me deslizo sigilosamente por el pasillo sin hacer ruido alguno, pero desgraciadamente consigo toparme con un objeto oculto en las sombras que hace tropezarme con uno de los miles de jarrónes que hay por el pasillo, por suerte no oigo ningún indicio de movimiento asique sigo avanzando con pies de plomo hacia el salón, pero mi sigilo es interrumpido por una ráfaga de luz que ilumina todo la estancia.

-¿De dónde vienes?-dice Jimmy.

-Fui a dar una vuelta.

-¿Durante toda la noche?

-Sí, ¿desde cuándo te importa mi vida?

-Desde que somos amigos.

-Hablando de amigos, ¿qué pasa contigo y Gloria?-digo con una mirada furtiva.

-¿Qué?¡Nada!-dice nervioso. Su expresión lo juzgaba por completo, y también por el sujetador que había debajo del sofá.

-¿Y ese sujetador? No creo que sea por uno de tus fetiches.

-¿Y si nos vamos a dormir ya y olvidamos todo lo que ha pasado?

-Sí, será lo mejor.-Mientras, me dirijo al sofá luciendo una brillante sonrisa. Já, verás cuando se entere Adina...

Tras una larga noche escuchando las risitas que había entre estos dos tórtolos, hoy estaríamos un día más cerca de Cleveland. Nunca he pensado que sus familias podrían sobrevivir, pero saber que una sola persona puede acabar con todo esto, hará que todo vuelva a la normalidad, y si se tienen que erradicar a algunas personitas de por medio... tampoco importa. La raza humana ya es abominable de por sí, si no mueren ahora, ya morirán matándose entre ellos o muriendose de hambre por la naturaleza a la que han hecho desaparecer."Das lo que recibes"
A la mañana siguiente, mientras todos se levantan para tomarse un nutritivo desayuno, yo me encargaba de preparar lss provisiones. ¿Pero han visto acaso que tengo cara de ángel amable y dulce? Tampoco tengo más remedio, ya que si no lo hago yo, no lo haría nadie. Sería mejor dejarlos atrás ahora que estoy a tiempo...

-Samuel.-dice Evan.

-¿Qué?-digo con desprecio.

-¿Necesitas ayuda?

-¿Cuándo has visto que yo necesite ayuda de alguien?

-Emmm...- y tras una larga pausa.- te ayudaré.

Después de un incesante ajetreo de provisiones, mochilas y personas andando de un lado a otro, por fin salimos de aquella cutre cueva y podemos partir sin ningún tipo de interrupción.
Anduvimos a paso ligero hasta la autopista que nos conduciría instantaneamente a Cleveland. En un extremo, una hilera de coches aparecen hechos pedazos, y solo algunos quedaban intactos y llenos de polvo.-Alguno funcionará¿no?-Dice Evan.

-Eso creo.-Respondiendole con un leve suspiro. Me aproximo a uno de los coches. Para mi sorpresa, estaba abierto, pero no encontraba las llaves por ningún lado.

-¿Solución?-Dice Evan.-Hacer un puente perfecto en el coche.

-¿Seguro que sabes lo que haces?

-Me crié en calles plagadas de delincuentes homicidas y grave narcolepsia... Me facilitaba mucho las cosas.-Dice con una carcajada.- El lema de la calle era "Robar o morir de hambre"

-Vaya. Bonito lema...¿también asaltabas viejas?

-Solo si la situación económica lo requería.-Y con un último enlace de cables, consigue que el motor comience a funcionar.

-Vaya, qué rápido.

-¿Es que allí en el cielo o donde quisiera que estuvieras no robabas coches?

-En verdad los ángeles vivimos en los picos de las montañas más altas, aquellas que alcanzan las nubes, asique se podría decir que vivimos en el cielo. ¿Y para qué iba a querer yo eso pudiendo volar?

-No sé, ¿existen coches voladores?

-¿Tu eres tonto verdad?

-¡Oye, no te metas conmigo! Soy curioso,¿vale?

-Vale, vale.-Mientras Evan preparaba el coche para arrancar, llamé a voces a los demás.- ¿a quién se me habrá pegado? Bah.- Todos subieron al coche en cuestión de segundos. Se notaba el entusiasmo por llegar a sus familias. Evan arrancó y se puso en marcha, pero no fue un camino agotador porque a lo lejos vimos el grupo de bichos de Adina.

-¿Pero qué...?

-¡¡Giraa!!