𝟬𝟲 | 𝖳𝗁𝖾 𝗉𝗋𝗂𝗇𝖼𝖾𝗌𝗌'𝗌 𝖿𝗋𝗂𝖾𝗇𝖽𝗌𝗁𝗂𝗉

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EL GRAN SALÓN de Berk era un bullicio de voces y risas, el aroma del desayuno llenaba el aire

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EL GRAN SALÓN de Berk era un bullicio de voces y risas, el aroma del desayuno llenaba el aire. Estaba junto a mis amigos, así que claramente había demasiada bulla.

A pesar de la alegría del ambiente, no podía dejar de sentir un ligero nudo en el estómago. Edith estaba en la mesa en donde me encontraba, la miraba y recordaba todos nuestros momentos juntos.

También me molestaba el hecho de la idea de un futuro compromiso entre Astrid y yo.

Y hablando del rey de Roma.

Astrid entró al Gran Salón, claramente era raro, el día de ayer había faltado después de la "grata" conversación que tuvimos.

Cuando entró, la mirada de los habitantes se desvió hacia Astrid, incluyendo la mía. Era inevitable. Su belleza era cautivadora y definitivamente ese vestido verde pastel le asentaba demasiado bien.

Me pareció raro al verla así, su rostro parecía como... ¿incómoda? Yo supongo que estaba acostumbrado a las miradas, pero la suya me pareció un tanto incómoda.

Quizás era raro para ella ver gente que se vestía demasiado diferente a ella, ya que tenía una expresión de desdén que apenas ocultaba.

── Vaya, Astrid ── dije mientras me acercaba a su mesa, estaba sentada en un espacio solo ── espero que no te importe que los demás te miren.

Soy una persona que no me gusta ver excluida a otras, cuando era chico era demasiado excluido por ser "débil", así que pensé en quizás podríamos llevarnos bien.

Gran error.

Ella frunció el ceño y se cruzó de brazos.

Oh ouh.

── No me importa lo que piensen, Hiccup ── Su tono era grosero, casi desafiante.

Paciencia, paciencia.

Era evidente que quería demostrar que no le agradaba ser el centro de atención. Eso era raro, yo supuse que ella estaba acostumbrada, siempre las princesas eran el centro de atención en muchos lugares.

Me quedé un poco sorprendido. ¿Por qué ahora actuaba así?

── Eres la princesa, después de todo. Todos están emocionados de verte ── intenté decir con amabilidad, pero sabía que mi tono no era el más animado.

Ella rodó los ojos, como si lo que dijera no tuviera importancia.

── Eso no significa que tenga que actuar como una exhibición. ¿Y qué hay de esos dragones? ── dijo, despectiva ── La gente aquí parece pensar que son lo mejor del mundo, pero son solo bestias voladoras.

Me quedé atónito.

Era obvio que estaba intentando provocarme, pero no sabía por qué.

Mi mente recordó a Chimuelo, mi dragón, y cómo había transformado mi vida.

𝑴𝑬𝑫𝑫𝑳𝑬 𝑨𝑩𝑶𝑼𝑻 | 𝐇𝐢𝐜𝐜𝐬𝐭𝐫𝐢𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora