Nene | matienzo

Nene.

Enzo terminaba su jornada en clases en 5 minutos. Su pierna se movía de arriba a abajo de manera nerviosa mirando el reloj que había colgado en la pared justo frente a su mesa.

Cuando las agujas marcaron las 2:30 p.m., rápidamente agarró sus cosas y salió disparado por la puerta del salón, encontrándose poco después con su mejor amigo, Francisco.

—Eu, ¿a donde tan apurado? ¿Estás bien?— Fran lo miraba con una expresión confusa y Enzo se presionó durante unos segundos el puente de la nariz.

—Todavía no estoy seguro de si esto es una buena idea, Fran.—

—Dale, Enzo. Tan solo es una juntada con los pibes. Por un día que salgas de tu casa y no estudies no te vas a morir, boludo.—

—No conozco a esos pibes, capaz y les caigo para el orto. También me sacan mínimo dos años. Y le estoy mintiendo a mis papás.— Enzo se veía preocupado y algo inseguro, pero Fran rápidamente lo tomó de los hombros y le sonrió.

—Vamos a ir, la vamos a pasar genial, y si en algún momento te sentís mal, nos vamos, ¿dale?—

Enzo sonrió y asintió, siguiendo el camino hacia el auto de Fran, ya que este era unos años mas mayor y ya tenía la licencia para conducir.

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A Enzo le temblaba la pierna, y estuvo así todo el camino hasta llegar a la casa, que según Fran, era de un tipo llamado Esteban.

—Bien, llegamos.— Fran se giró a mirar a su amigo y Enzo tenía una expresión de duda mirando a la casa. —Enzo.—

Enzo lo miró y Fran le dedicó una sonrisa tranquilizadora de nuevo, lo cual le hizo sonreír.

Ambos salieron del coche y tocaron la puerta, siendo recibidos por un chico alto, incluso más alto que Francisco. Este les dedicó una sonrisa cálida.

—Hola. Debes ser Enzo, ¿cierto? Fran me habló de vos. Pasen.—

Enzo entró de último y se encontró con una casa bastante agradable. Esteban los guió a la sala, donde había 4 chicos más ahí, los cuales, dos de ellos tenían un cigarro en las manos. Esto no le gustó a Enzo.

—Oigan. Les tengo que presentar a alguien.— Dijo Fran alzando un poco la voz para que los chicos le prestaran atención. —Este es Enzo, ya les había hablado de él. No se comporten como pelotudos y no me asusten al nene.

Enzo sonrió avergonzado por las palabras de su mejor amigo y los chicos rieron.

—Mira Encito, estes son Blas y Juani. — Señaló a dos chicos que estaban sentados uno al lado del otro en uno de los sofás. Luego señaló a otro de ellos que estaba sentado en el suelo, según dijo Fran se llamaba Pipe. Por último, se dirigió al que quedaba, que estaba sentado en un sillón a parte, con un cigarro en la boca. —Ese de ahí es Matías.

Le dedicó una mirada, y Enzo sintió que lo estaba analizando.

—¿Que años tenés?— La pregunta de Matías lo tomó por sorpresa. Se aclaró la garganta y se limitó a responder.

—Dieciséis.—

—Dale Fran, todavía es un nene, lo vas a corromper trayéndolo acá.— Soltó Juani, cosa que hizo que Enzo frunciera el ceño. El no era ningún "nene".

—¿Que decís? Ninguno de acá pasa de los 20. Y Mati recién cumple los 18.— Replicó su amigo, el cual se sentó en uno de los sofás libres y dio unas palmaditas en el sitio libre a su lado. Enzo hizo caso y se sentó dejando su mochila a sus pies.

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La tarde fue transcurriendo normal. Enzo se dio cuenta de no era tan malo como parecía.

Se encontraba hablando con Juani, era un tipo gracioso y encontraba divertida su forma de expresarse.

Un olor extraño hizo que dirigiera su vista a Matías, el cual tenía una bolsita de plástico con unas hierbas dentro.

—¿Eso es maría?— Le preguntó el menor con algo de confusión.

—Si, ¿querés?— Rápidamente Francisco le dio un golpe en la nuca a Matías.

—Es un nene, Recalt. ¿Como se te ocurre ofrecerle un porro?—

—Que se yo, capaz quiere. ¿No fumas, "nene"?— Le preguntó Matías con burla y Enzo se cruzó de brazos claramente molesto.

—No, y no soy un nene.—

Matías le sonrió de lado divertido con la situación, esto hizo sonrojar a Enzo.
El chico mayor empezó a sacar lo que supuso que era papel, y con eso comenzó a hacerse un porro. Enzo lo miraba atentamente.

Matías se acercó el porro a medio hacer a los labios y le pasó la lengua para pegarlo y terminar de hacerlo, teniendo los ojos fijos en el menor. Este desvió la mirada rápidamente, nervioso.

El porro fue rotando entre los chicos, obviamente sin llegar a Enzo, por mucho que se lo hayan ofrecido varias veces. Incluso Fran, su mejor amigo, le había dado unas cuantas caladas.

Rápidamente el ambiente se volvió extraño. Los chicos se reían de la nada, sus ojos estaban entrecerrados y algo rojos. Enzo se sentía extraño, y más porque Matías no le sacaba la mirada de encima.

—Ey, Encito. ¿Me acompañas a por algo de tomar?—

La pregunta lo tomó por sorpresa pero se levantó y siguió a Matías a donde suponía que estaba la cocina.

—Mi nombre es Enzo, no "Encito".—

—Te llamo como yo quiera, "nene".— La distancia entre el y el mayor había disminuido cuando esté se apoyo en la mesa que estaba sentado Enzo, poniendo sus manos una a cada lado de su cuerpo.

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Hola bonitos. ¿Cómo están?
Ya llevaba tiempo queriendo hacer una historia sobre estos dos. Espero y les guste.

Intentaré actualizar todos los días.

<3